miércoles, 8 de octubre de 2025

La Revolución Americana: El Nacimiento de una Nueva potencia

Frederick Santiago Agredo Vivas


Introducción

La Revolución Americana fue un hecho clave del siglo XVIII que marcó un antes y

un después en la historia política y económica de Occidente. Más allá del conflicto

armado, representó un proceso de transformación social, política y económica. Las

colonias buscaban no solo separarse del dominio británico, sino también construir

un sistema basado en la libertad, la igualdad y los derechos de las personas.

Este texto tiene como objetivo analizar sus causas, el desarrollo del conflicto y sus

consecuencias tanto para Estados Unidos como para otras regiones del mundo.


Causas de la Revolución Americana

Las colonias habían gozado de cierta autonomía, pero la corona británica comenzó

a imponer impuestos y restricciones que afectaban su economía y su libertad. Estas

medidas eran vistas como injustas porque los colonos no participaban en las

decisiones que los afectan. Además, se limitaron sus posibilidades de expansión y

comercio. Esto generó un descontento generalizado que fue creciendo hasta

convertirse en una demanda de independencia.


Camino hacia el conflicto

Las protestas fueron aumentando hasta llegar a actos simbólicos de resistencia,

como cuando un grupo de colonos arrojó cargamentos de té al mar como protesta.

La respuesta del gobierno británico fue endurecer el control, lo que llevó a una

mayor unión entre las colonias. Se formaron reuniones entre representantes para

organizarse políticamente. Finalmente, comenzaron los primeros enfrentamientos

armados y se proclamó la independencia, con la intención de formar un nuevo país

basado en la justicia y la libertad.


Desarrollo de la guerra

La guerra fue larga y difícil para las colonias, que tenían menos recursos y

preparación militar. Sin embargo, conocían el territorio, estaban motivados por una

causa que sentían justa y lograron obtener apoyo de otros países. Este apoyo fue

decisivo para lograr victorias importantes. Finalmente, se reconoció su

independencia y pudieron iniciar la construcción de su propio gobierno.

Consecuencias de la Revolución


El resultado más importante fue la creación de un nuevo país con una constitución

que organizó el poder en diferentes ramas y garantizó derechos a los ciudadanos.

También surgieron debates sobre temas como la esclavitud, la igualdad entre

hombres y mujeres, y la participación política. Aunque no se resolvieron de

inmediato, la revolución fue el punto de partida para futuras luchas sociales.

Además, sirvió de ejemplo para otros movimientos en Europa y América Latina,

difundiendo ideas de libertad y soberanía popular.


Conclusión

La Revolución Americana fue mucho más que un conflicto por la independencia.

Fue un proceso que impulsó cambios profundos en la forma de entender el poder y

la sociedad. Abrió el camino hacia modelos más democráticos y sigue siendo una

referencia para quienes buscan construir sistemas más justos. Su legado aún

inspira a muchas personas en todo el mundo.


Referencias


Datos de la revolución estadounidense. (2021, 27 de mayo). American Battlefield

Trust.


https://www.battlefields.org/es/learn/articles/american-revolution-faqs

jueves, 2 de octubre de 2025

La revolución cognitiva; pilar de la “grandeza” humana

 Cristian Felipe Gallego Casas

Introducción

La existencia de la memoria colectiva emocional, se remonta, al menos para mí, a la

“Revolución Cognitiva”, y no como un mero hito evolutivo; sino que representa el génesis, la

chispa que encendió la llama de lo que somos hoy. Y es que es increíble pensar como desde

hace 70.000 años, nuestros antepasados cambiaron los paradigmas naturales compartidos con

los otros animales (la mera supervivencia), con la capacidad de imaginar, crear y contar

historias; con la capacidad para construir significados compartidos, cuidar de los más

vulnerables y de organizarse por algo más grande que ellos mismos: los otros. Y es justamente

ahí, donde este ensayo hace un breve recorrido de la “Revolución Cognitiva” y como esto fue

un determinante para posicionar a la especie humana como una especie superior.


El nacimiento de los dioses

El posicionamiento del ser humano, u Homo Sapiens Sapiens, como la especie animal

dominante en la historia, se debe a la mayor de sus revoluciones: la revolución cognitiva. Y es

que es ineludible pensar que existe un revolución más importante que la revolución cognitiva,

cuando pretendemos hablar del ser humano como una especie animal superior, y guía de los

porvenires del mundo, en cualquiera de sus aspectos posibles.

La revolución cognitiva se da hace unos 70.000 millones de años atrás, la cual nos

permitió posicionarnos como un especie animal muchos más compleja y ordenada, que nos

permitió no solo sobrevivir a las variaciones climáticas y los depredadores más feroces del

Paleolítico, sino preservar la especia. Y es que podríamos decir que hemos sido la especie

bendecida de la naturaleza, pues a pesar de nuestras desventajas biológicas para la lucha

cuerpo a cuerpo con otros animales, de mayor envergadura y fuerza bruta, la naturaleza nos ha

bendecido (al ser dueña de la existencia) con un cerebro superior con respecto de los demás

animales.

Si bien el Homo Sapiens tenía la ventaja de la sudoración para tener mayor resistencia

en la casa de alimentos proteicos de la carne, carecíamos de las virtudes físicas que nuestros

homólogos los chimpancés tenían (tienen) para desmembrar a sus presas, por lo que

empleábamos más energía para poder alimentarnos; lo cual también era aplicable en los

procesos de recolección, pues a pesar de ser mucho más fácil “cazar” frutas y verduras, se

tenia que recorrer grandes extensiones de tierra para poder hacerlo. Es entonces que, y de

acuerdo con Hariri (2014), la revolución cognitiva le da una ventaja incomparable al ser humano

con respecto a otros animales: un cerebro más pequeño.

En su libro “De animales a dioses”, Harari menciona que, el ser humano (Homo sapiens)

tiene un cerebro mucho más grande que la gran mayoría de mamíferos, pero que no es

propiamente un indicador de mayor inteligencia, porque de ser así, muchos felinos hubieran

evolucionado hasta tal punto de hacer cálculos. Y es que no existe un proporción “más es

mejor”, sino que, es una proporción adecuada del cerebro con respecto al peso promedio del

ser humano y de su consumo energético. Así, el ser humano es más inteligente que el resto de

los mamíferos porque posee un cerebro de tamaño proporcional a su peso, y es más inteligente

que sus antecesores los “Homo erectus”, que, si bien tenían un mayor volumen craneal,

también tenían un mayor consumo de energía para la creación y uso de herramientas para la

cacería y recolección. Por lo tanto, se asocia que, la revolución cognitiva también se da por los

inicios del sedentarismo humano en territorios determinados, que permiten su sobrevivencia,


pero que, además, por su organización social, propia del desarrollo cognitiva permite la

preservación de la especie.

La transición entre los humanos “no revolucionados cognitivamente” y los “sí

revolucionados cognitivamente” se debe también en parte, según Harari (2014), a que

caminamos sobre dos patas y que se empleaban los brazos para la creación de herramientas

que les (nos) permitieran sobrevivir. El estar erguido sobre las dos piernas ampliaba el rango de

visibilidad sobre la sabana, para así buscar presas y percibir enemigos al asecho. Sin embargo,

mantenerse en dos patas tenía sus desventajas, entre las que se puede destacar un esqueleto

más frágil para el combate cuerpo a cuerpo. A pesar de lo anterior, los seres humanos supieron

adaptarse, pues al tener cuerpos más frágiles desde su nacimiento, permitió la constitución de

relaciones sociales complejas, dándole paso así así a las características más importantes de la

revolución cognitiva:


1) El lenguaje complejo, que nos permitía comunicarnos de mejor manera la

información de nuestro alrededor.

2) Ficciones colectivas, es decir, creencias en cosas que permitían explicar las

situaciones que aquejaban a la gran mayoría de las comunidades.

3) Comunicación de terceros, lo que permitió hablar de otros y de sus acciones,

permitiendo reconocer patrones de sociales favorables y desfavorables entre

comunidades; lo que permitió la organización social y el control de grupos.

Esto, aunado a lo anterior, permitió que los nuevos humanos, quienes nacieron

“subdesarrollados” fueran el centro de atención de sus comunidades, quienes se organizaban

para el cuidado de los nuevos miembros. Esto también represento que, la educación y

configuración de los nuevos miembros, requería una constante comunicación (compleja y

común), acordada entre quienes educaban, es decir todos los miembros adultos, con base a

una serie de creencias sobre el mundo que los rodeaba; por lo tanto, la organización social de

los primeros homo sapiens, se da por una cuestión de deseos de preservación de la especie.


Conclusión

En definitiva, la Revolución Cognitiva marcó un punto de inflexión irreversible en la

historia natural, transformando al Homo Sapiens de una especie más entre muchas en la fuerza

dominante del mundo. A través del desarrollo de un lenguaje complejo, la capacidad de crear

significados compartidos y la comunicación sobre terceros, nuestros antepasados no solo

superaron sus limitaciones físicas, sino que construyeron los cimientos de la cooperación social

a gran escala. Así, es red de conocimientos compartidos permitió el cuidado de los humanos

más vulnerables, la transmisión de información y una organización social sin precedentes,

orientada hacia un propósito común: la preservación y el florecimiento de una especie superior.

Desde mi percepción antropocéntrica, gracias a la Revolución Cognitiva, el ser humano es la

especie animal superior, no por nuestra fuerza bruta, sino por nuestra capacidad única de

imaginar, crear realidades compartidas y moldear activamente el mundo que habitamos. Lo que

comenzó como una chispa hace 70.000 años se convirtió en el fuego que ilumino nuestro

destino como arquitectos del futuro.

Referencias

Harari, Y. N. (2014). Sapiens: De animales a dioses.

PRATEC. https://www.pratec.org/wpress/pdfs-pratec/Harari-Yuval-Noah-Sapiens-De-

animales-a-dioses.pdf

miércoles, 1 de octubre de 2025

La Revolución Científica: Transformación del Pensamiento y la Sociedad

 Maria José Villa López

La Revolución Científica, comprendida entre los siglos XVI y XVII, representó un

cambio fundamental en la forma en que los seres humanos entendieron el mundo y su

lugar en él. Este proceso no fue un acontecimiento aislado, sino el resultado de

transformaciones filosóficas, sociales y tecnológicas que desafiaron las concepciones

tradicionales heredadas de la Edad Media y que sentaron las bases de la ciencia moderna.

Figuras como Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Johannes Kepler, Francis Bacon, René

Descartes e Isaac Newton no solo impulsaron descubrimientos científicos, sino que

también revolucionaron los métodos de investigación, estableciendo una nueva relación

entre razón, observación y experimentación. Este ensayo examina los principales aportes

de la Revolución Científica, su impacto en la configuración del pensamiento moderno y

sus repercusiones en la sociedad europea de la época.


Contexto histórico y filosófico

La Europa del Renacimiento ya había experimentado una transformación cultural que

abrió las puertas a nuevas formas de conocimiento. El humanismo renacentista, al

recuperar los textos clásicos grecolatinos, inspiró un espíritu crítico frente a la autoridad

medieval, representada principalmente por la escolástica y la Iglesia católica (Gaukroger,

2006). Además, el auge de la imprenta en el siglo XV permitió la circulación masiva de

ideas, acelerando la difusión del conocimiento científico.

En este contexto, se produjo una ruptura con la cosmovisión aristotélica y ptolomeica que

había predominado durante siglos. La concepción geocéntrica del universo comenzó a ser

cuestionada, dando paso a una visión heliocéntrica que transformó no solo la astronomía,

sino también la filosofía y la teología.


Aportes fundamentales de la Revolución Científica

Uno de los hitos iniciales fue la obra de Nicolás Copérnico, De revolutionibus orbium

coelestium (1543), donde planteó el modelo heliocéntrico. Este desafío a la concepción

geocéntrica fue continuado por Galileo Galilei, quien, a través de la observación

telescópica, demostró fenómenos como las fases de Venus y los satélites de Júpiter, lo

cual reforzó la validez del modelo copernicano (Galilei, 1610/2011).

Johannes Kepler, mediante sus leyes del movimiento planetario, perfeccionó la teoría


heliocéntrica al demostrar que las órbitas no eran circulares, sino elípticas.

Posteriormente, Isaac Newton sintetizó los avances previos en su obra Philosophiae

Naturalis Principia Mathematica (1687), donde formuló las leyes del movimiento y la ley

de gravitación universal, proporcionando un marco matemático que consolidó la física

clásica (Westfall, 1980).

En paralelo, Francis Bacon y René Descartes contribuyeron a la consolidación del

método científico. Bacon enfatizó la importancia de la inducción y la experimentación

como vías para alcanzar el conocimiento (Bacon, 1620/2000), mientras que Descartes

promovió un racionalismo basado en la duda metódica y la deducción (Descartes,

1637/2004). De esta manera, la ciencia se estableció como una disciplina autónoma,

regida por la observación, la lógica y la demostración empírica.


Impacto en la sociedad y la cultura

La Revolución Científica no solo fue un fenómeno intelectual, sino también social. La

consolidación de academias científicas, como la Royal Society en Inglaterra y la

Académie des Sciences en Francia, institucionalizó la investigación y facilitó el

intercambio de conocimientos entre científicos de diferentes regiones. Este proceso

marcó el inicio de la ciencia como actividad colectiva y pública (Shapin, 1996).

Asimismo, el nuevo paradigma científico contribuyó a la secularización del pensamiento

europeo. Al demostrar que los fenómenos naturales podían explicarse mediante leyes

universales, se debilitó la interpretación teológica del cosmos y se fortaleció una visión

más autónoma de la razón humana. Sin embargo, este cambio no estuvo exento de

tensiones, como lo evidenció el juicio contra Galileo por parte de la Inquisición.

La Revolución Científica también sentó las bases para la Revolución Industrial, ya que el

avance en la comprensión de las leyes naturales posibilitó aplicaciones tecnológicas en

campos como la navegación, la mecánica y la medicina.


Conclusión

La Revolución Científica fue mucho más que un conjunto de descubrimientos aislados:

representó una transformación estructural en la forma de concebir el conocimiento. Al

sustituir la autoridad de la tradición por la observación, la experimentación y la razón, se

configuró un nuevo paradigma que dio origen a la ciencia moderna. Su impacto

trascendió el ámbito académico, influyendo en la filosofía, la política, la religión y la

economía de la Europa moderna.


En definitiva, la Revolución Científica puede entenderse como uno de los pilares del

mundo contemporáneo, pues estableció la confianza en la capacidad humana de

comprender y transformar la naturaleza a través de métodos sistemáticos y verificables.


Referencias

Bacon, F. (2000). Novum Organum. Cambridge University Press. (Trabajo original

publicado en 1620)

Descartes, R. (2004). Discurso del método. Alianza Editorial. (Trabajo original publicado

en 1637)

Galilei, G. (2011). Sidereus Nuncius (S. Drake, Trad.). University of Chicago Press.

(Trabajo original publicado en 1610)

Gaukroger, S. (2006). The emergence of a scientific culture: Science and the shaping of

modernity, 1210–1685. Oxford University Press.

Shapin, S. (1996). The scientific revolution. University of Chicago Press.

Westfall, R. (1980). Never at rest: A biography of Isaac Newton. Cambridge University

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

 EMMANUEL TOVAR


Este fue un proceso de transformación económica, social y tecnológica con inicio en el

siglo XVIII en gran Bretaña, para luego extenderse a lo largo de Europa y América.

El cambio se dio de el ámbito agrícola y de artesanos al ámbito industrial y con uso de

maquinarias o herramientas para la ejecución de tareas cotidianas.

Algunos inventos impulsaron esta revolución como por ejemplo la máquina de vapor,

creada por James Watt pues este invento permitió la creación de fábricas y de transporte

como también la desmotadora de algodón por Eli Whitney En 1793 esta maquinaria

separaba las semillas del algodón de una manera más rápida y efectiva que aquellos

individuos que se encargaban de esta tarea y por último pero no menos importante fue el

barco de vapor, este facilito el transporte fluvial y marítimo de mercancías o de

producto de un lado a otro.

Todo esto impulsó en gran manera la economía de las regiones que la revolución afectó.

Las consecuencias o efectos de la revolución industrial son diversos entre estos

encontramos el incremento de la producción de bienes, la urbanización acelerada, pues

recordemos que la revolución industrial provoca que mucha gente de la zona rural

migrara a la urbana para buscar mejores oportunidades, ya sea de empleo o de vida.

Hubieron problemas sociales como el trabajo infantil para tareas de ejecución más

sencilla y la mala condición de vida para los obreros que solían hacer las tareas que

para ese entonces eran realizadas por máquinas o inventos que facilitaban el ejercicio.

Pero este avance también trajo varios problemas, las ciudades crecieron tan rápido que

no hubo tiempo para planificarlas bien, así que mucha gente terminó viviendo

amontonada en casas muy pequeñas y sin servicios básicos, lo que causaba

enfermedades. Las jornadas de trabajo eran muy largas, a veces de más de 12 horas al

día, y los sueldos eran bajos. Incluso los niños y las mujeres trabajaban en las fábricas,

muchas veces en condiciones peligrosas.

En conclusión, la Revolución Industrial abrió la puerta a más inventos, al sistema

económico que usamos hoy y a la conexión entre distintos países. Gracias a este

proceso, el mundo dio un gran paso hacia lo que conocemos como vida moderna, y

todavía hoy sentimos sus efectos en la forma en que producimos cosas, nos

comunicamos y vivimos en sociedad.


El Triunfo de la Razón

Jennifer Alejandra Torres Perlaza


La Ilustración, un movimiento intelectual que floreció en Europa durante el siglo XVIII, no

fue meramente una época de cambio; fue una verdadera revolución en la forma en que la

humanidad se entendía a sí misma y a su relación con el mundo. Este período, a menudo

referido como el siglo de las luces, marcó un quiebre radical con la tradición, la superstición

y el autoritarismo, al colocar a la razón humana como el faro fundamental para la

organización social, política y moral. Mi tesis es que la Ilustración constituyó el catalizador

intelectual indispensable que derrumbó las estructuras del Antiguo Régimen e inauguró la era

de la modernidad política. Para desarrollar esta problemática, el presente ensayo primero

analizará el rol fundacional de la razón como herramienta de progreso, luego explorará su

impacto transformador en las esferas política y económica, y, finalmente, examinará la

difusión social de estas ideas a través de nuevos espacios públicos.


El principio fundacional de este movimiento reside en la fe inquebrantable en la capacidad de

la mente humana para comprender y mejorar la realidad. Inmortalizada por Immanuel Kant

(1784) en su frase "Sapere aude" (¡Atrévete a saber!), esta actitud representaba un desafío

directo a la autoridad dogmática. La razón, apoyada por el método científico empírico

impulsado por figuras como Isaac Newton en el siglo anterior, se convirtió en la principal

herramienta. En lugar de aceptar explicaciones basadas en la revelación o la costumbre, los

pensadores ilustrados buscaron leyes naturales y universales, aplicables tanto al cosmos como

a la sociedad. Este enfoque generó un optimismo sin precedentes sobre el progreso de la

civilización.


El impacto más explosivo de la Ilustración se sintió en las esferas política y económica.

Políticamente, los "filósofos" cuestionaron la legitimidad del absolutismo monárquico y la


doctrina del Derecho Divino de los Reyes. John Locke (1689) propuso la existencia de

derechos naturales inalienables (vida, libertad y propiedad), y sugirió que el gobierno solo

existía por el consentimiento de los gobernados. Montesquieu (1748), en su obra El espíritu

de las leyes, formuló la esencial teoría de la división de poderes—ejecutivo, legislativo y

judicial—como el mecanismo crucial para garantizar la libertad. Finalmente, Jean-Jacques

Rousseau (1762) argumentó que la soberanía residía en el pueblo. Este espíritu crítico se

extendió rápidamente a la economía: mientras el Antiguo Régimen se sostenía sobre el

mercantilismo (intervención y control estatal), los ilustrados promovieron el concepto de

leyes naturales aplicables también al mercado. El liberalismo económico de Adam Smith

(1776), articulado en La riqueza de las naciones, argumentó que la libertad de mercado,

guiada por una "mano invisible", generaría mayor prosperidad para la sociedad. Este

principio de laissez-faire desafió directamente los monopolios y regulaciones, exigiendo la

misma libertad individual en el comercio que en el gobierno.


La Ilustración no solo cambió las ideas, sino también cómo se distribuían. Gracias a la

imprenta y al auge de nuevos espacios sociales como los salones y los cafés, el conocimiento

dejó de ser un monopolio eclesiástico o cortesano. La Enciclopedia (Diderot & D’Alembert,

1751-1772) fue quizás el proyecto más ambicioso de la época, buscando compilar todo el

conocimiento humano en una obra accesible y secular. Este fenómeno creó una "esfera

pública" crítica y educada, que debatía activamente sobre temas de gobierno, economía y

religión.


En pocas palabras, la Ilustración trasciende la etiqueta de movimiento cultural para

establecerse como la revolución fundacional de la mentalidad moderna. Hemos visto cómo la

Razón, elevada a principio rector, sirvió no solo para interpretar el mundo, sino para

transformarlo, desmantelando la legitimidad del absolutismo y del mercantilismo. Las teorías


de división de poderes y de mercado libre no solo fueron ideas, sino planos para construir

repúblicas y sistemas económicos basados en la libertad individual. La democratización del

conocimiento a través de la Enciclopedia aseguró que estas luces no se apagaran. Por ello, la

Ilustración no es un capítulo cerrado de la historia, sino el esqueleto filosófico sobre el que se

articulan nuestros derechos, nuestra crítica a la autoridad y, en última instancia,

REVOLUCION INDUSTRIAL: TECNOLOGIA, TRABAJO Y CAMBIO SOCIAL

 

Marly Estefani Rivera Vallejo.


En la historia de la humanidad ha habido grandes momentos históricos que han cambiado

la historia. Entre ellos podemos hablar de las revoluciones, las cuales nos muestran

momentos en la historia en la que hubo cambios profundos que han transformado

estructuras sociales, económicas y culturales de algunas sociedades. En este caso me

voy a centrar en la revolución industrial, una revolución que se llevó a cabo principalmente

en la Gran Bretaña y el resto de Europa durante los siglos XVII y XVIII, la cual se ha

definido como la transformación económica, social y de avances tecnológicos más grande

que ha vivido la humanidad (historiando. Mariño. V). Algo que me llama mucho la atención

de esta revolución es que el ser humano pasó de ser un modelo agrario en el cual

producía manualmente a un modelo industrial el cual basaba su producción en

maquinarias de ayuda.

Una de las cosas más interesantes al escucharla es la magnitud de sus transformaciones.

Se pasó de una economía rural basada en agricultura y el trabajo manual a una economía

urbana mecanizada y orientada a la producción de masa (https://goo.so/HVKaU).Si nos

devolvemos un poco en la historia antes de la revolución industrial y analizamos la

revolución neolítica en la que los seres humanos aprendimos a trabajar la tierra y a

cultivar nuestros propios alimentos, es decir que la siembra, los riegos, la limpieza, la

recolección de los frutos, todo eso debíamos hacerlo manualmente, solo con algunas

herramientas básicas, manuales e incluso se usaban animales para este proceso. Pero

muchos de los procesos fueron sustituidos por la llegada de la revolución industrial y el

trabajo que se hacía en el mismo, pero esta vez ya no se usaba una gran cantidad de

mano de obra ni animales, sino maquinaria que hacía gran parte del trabajo. Los

mecanismos tecnológicos facilitaron y mejoraron la producción de fábricas. Uno de los

sectores de producción que se vio influenciado por estos avances fueron las fábricas

textiles. La industria textil era una de las más importantes en la sociedad de principios del

siglo XVIII y a partir de la revolución industrial obtuvo incluso más notoriedad

(https://goo.so/67UzDf).

Un proceso en el que podemos ver reflejada esta transformación es el proceso de la caña.

Normalmente, para obtener un producto como la panela, se debe realizar un largo

procedimiento que consiste en varios pasos. En primer lugar, se prepara el terreno y se

labra la tierra. Luego, se hacen unas zanjas especiales donde irá la semilla; estas deben

construirse de tal manera que haya espacio suficiente para la semilla y el abono, además

de mantener una buena distancia entre una y otra. Una vez realizada la siembra, es

fundamental estar atentos a la limpieza y la fertilización del cultivo, considerando todo

este proceso y el tiempo que requiere para llegar a la cosecha. Cuando la caña está lista,

se procede a cortarla y almacenarla en la molienda, lugar donde se lleva a cabo todo el

proceso para preparar la panela. Después de ese proceso, se inicia la molienda de la

caña en el trapiche, el cual funciona mediante un motor. Al pasar la caña por el trapiche,

se obtiene lo que se conoce como guarapo, que luego se traslada a las pailas de un horno

grande para comenzar el proceso de melar el guarapo y así obtener la panela. Se debe

destacar que todo este procedimiento, antiguamente, se realizaba de forma manual. Sin

embargo, gracias a la maquinaria actual, el trabajo se ha facilitado y se realiza en menos

tiempo. Por ejemplo, lo que antes se hacía para arar la tierra con palas, ahora se lleva a


cabo con una máquina de arar, así mismo, la forma en que se transportaba la caña, ya

fuera al hombro o en caballos, todo esto cambiado, ahora se utiliza camiones o tractores.

Para moler la caña, antes se empleaban trapiches hechos de grandes troncos, los cuales

eran movidos por caballos. Este trabajo de molienda podía durar días y el desgaste de los

animales era considerable. En cambio, hoy en día, con el trapiche motorizado, todo es

más rápido y basta con una sola persona para realizar la tarea. En resumen, todo ese

trabajo que antes requería de muchas personas y era sumamente agotador, ahora es

mucho más fácil de ejecutar.

Elegí la Revolución Industrial porque representa un momento clave en la historia que nos

permite comprender mejor el mundo actual. No sólo destacan sus avances tecnológicos,

sino también sus profundas implicaciones sociales, económicas y culturales. Esta

revolución nos demuestra que el cambio es inevitable, pero también que puede

convertirse en una oportunidad para crecer y valorar el trabajo que se realiza en distintas

áreas laborales. Además, me parece increíble cómo inventos como la máquina de vapor

transformaron por completo la forma en que se trabajaba y se vivía. Gracias a ella, se

impulsó el desarrollo de los ferrocarriles, lo que permitió transportar mercancías y

personas, conectando regiones que estaban lejos. Estos avances no solo aceleraron la

producción, sino que también marcaron el inicio de una nueva era en la movilidad

La urgencia del espíritu ilustrado en tiempos de oscurantismo moderno


Amy Nathaly Reyes Triana

¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón! Esta frase de Kant, lema de

la Ilustración y de la revolución de pensamiento que transformó a la humanidad hace

más de dos siglos, resulta hoy más vigente que nunca. Sin embargo, en la era digital

dicho espíritu ha desaparecido o aplastado: rodeados de información, hemos regresado

a un oscurantismo moderno disfrazado de inmediatez, entretenimiento y dependencia

tecnológica. La paradoja de nuestro tiempo es evidente: mientras el conocimiento

nunca estuvo tan disponible, preferimos consumir lo superficial y delegar el

pensamiento en algoritmos y en inteligencias artificiales, por eso en este ensayo

sostengo que solo recuperando el espíritu ilustrado, la valentía de pensar por nosotros

mismos, podremos resistir la manipulación y liberarnos del dominio de la ignorancia

voluntaria.

La ilustración como dice Cartwright (2024) fue una revolución de pensamiento que

defendió la capacidad del ser humano de razonar, convirtiendo está en el centro de

todo, significando un cambio de enfoque en la política, la filosofía y la ciencia, pasando

estos de estar englobados en la actividad eclesiástica a independizarse y moverse al

mundo social cotidiano, esto tuvo origen principalmente en Europa entre los siglos XVII

y XVIII, en una época producto de la transición de la Edad Media oscurantista, para

algunos, caracterizada por la dominación y ocultamiento del conocimiento por parte de

la iglesia, la superstición y la falta de cuestionamiento generalizado, a la época

renacentista y humanista que sentaron bases para el llamado Siglo de las luces, dando

ese gran paso en parte gracias a la reforma protestante de Lutero, que entre otras

cosas, tuvo como consecuencia la disminución del poder eclesiástico en la vida

cotidiana, y consiguió su impacto además gracias a la imprenta que facilitó la

distribución del conocimiento de manera más accesible.

“El oscurantismo fue una práctica medieval del clero y los altos estamentos que

consistía en bloquear la difusión del conocimiento, la razón y la cultura al resto del

pueblo… consistía en mantener a la población al margen de todo conocimiento

científico inspirado en la razón y en la investigación”, (García, 2022). Esto fue hace 15

siglos aproximadamente, y aunque ya no vivimos bajo el dominio absoluto de la iglesia

o de los monarcas, existen nuevas formas de mantener a las personas en la

ignorancia, una especie de oscurantismo moderno, lo cual es paradójico teniendo en

cuenta que vivimos en una época en la que tenemos más acceso a la información que

nunca, pero a su vez una época en la que la razón se ha dejado a un lado, como algo

que ofende a la sensibilidad individual y ha tomado dominio el entretenimiento absurdo,

pues con frecuencia las personas eligen ignorar la información o sustituirla por algo

más cómodo, fácil, ligero, rápido de consumir, que no requiera pensar, que no requiera

esfuerzo.


Referencias Bibliográficas

Cartwright, M., & Cochin, B. P., II. (2024). Ilustración. Enciclopedia de la Historia del

Mundo. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-22613/ilustracion/

García, A. M. (2022, 24 noviembre). Oscurantismo Qué es, definición y concepto.

Economipedia. https://economipedia.com/definiciones/oscurantismo.html

Kant, E. (1784), ¿Qué es la ilustración?. Dialnet.https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&opi=89978449&url=https://

dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3171408.pdf&ved=2ahUKEwiwxd2Huf

yPAxWJSzABHdh3Hc8QFnoECB8QAQ&usg=AOvVaw0q6zIytIF6an2RiUMlu0Ci

Dopamina y recompensa: la historia de las redes sociales. (2022, 14 enero).

Psiquiatria.com. https://psiquiatria.com/adicciones/dopamina-y-recompensa-la-

historia-de-las-redes-sociales

Consumo mundial de medios en 2025: la información en tiempos de pantalla y

sospecha | Unimedios. (s. f.). https://unimedios.usc.edu.co/consumo-mundial-de-

medios-en-2025-la-informacion-en-tiempos-de-pantalla-y-sospecha/

Revolución de la Inteligencia Artificial ¿Cómo puede remplazar labores?

 La humanidad se encuentra en un proceso de cambios sin frenos. La inteligencia artificial se veía

como algo que no se podría avecinar sino en siglos, este gran avance ha llegado de sorpresa y vino para

quedarse, su desarrollo al pasar del poco tiempo ha sido impresionante. Esta revolución tecnológica

plantea un gran interrogante que se adentra en el terreno existencial: ¿Esta la IA destinada a remplazar a

los seres humanos en sus funciones más esenciales?

La situación mas evidente es el remplazo en el ámbito laboral, ya que es algo que podemos

observar con claro detalle en la actualidad, aunque lleva poco tiempo desde su creación, el avance que ha tenido esta tecnología ha sido impactante y alarmante para muchas personas que pueden sentirse

remplazadas en sus trabajos. Lo que ha generado ha sido unos grandes desarrollos informáticos que

facilitan muchas labores cotidianas o complejas, lo que hace dudar mucho a las empresas de contratar

personas especializadas en aquellos campos requeridos. En los últimos meses las empresas han invertido en poner a prueba y arriesgar por usar IA para facilitar los costos o que brinden unas respuestas más específicas que las de sus empleados un claro ejemplo fue una empresa ubicada en India llamada Dukaan, en 2023 su fundador remplazo el 90% de sus empleados por IA (La compañía que remplazo al 90% de servicio al Cliente. (2023, 13 de julio) BBC NEWS. https://www.bbc.com/mundo/articles/cd1engjggx1o), este ejemplo hace pensar mucho sobre el futuro y la economía mundial, ya que muchas personas están empezando a ser desempleadas por este fenómeno.

Se ha evidenciado que la IA no solo puede reemplazar labores manuales, si no también psicológicas por su efectividad en la ayuda hacia los humanos. Las inteligencias artificiales están siendo diseñadas con el propósito de ser más tolerantes y empáticas con el usuario, esto para hacer sentir más comodidad con ellas, lo que ha generado en casos dependencias al uso excesivo de esta, pero lo que mas produce incertidumbre es el hecho de hasta que punto esta puede ayudar a una persona a liberarse o si en verdad podría ayudar como psicólogo para las personas, es una duda que abarca muchas cosas, ya que los estudios afirman que el ser humano se siente mejor cuando una persona lo escucha y le brinda ayuda para sus problemas, pero por otro lado también se han evidenciado casos en donde la IA actúa en función de escuchante o psicólogo especializado para la persona, lo que en parte lo hace bueno, pero es una duda que se mantendrá en el tiempo ya que entra en conflicto con el mundo de la manera de pensar y actuar del ser humano, lo que generaría dudas sobre si en verdad lo que estamos haciendo realmente ayuda.

La educación es muy importante en este tema, uno de los puntos clave a recalcar es la facilidad de

aprender con una pantalla con el sin fin de cursos que podemos encontrar en la internet. Los profesores de algunos colegios han implementado el uso de las Inteligencias Artificiales en sus clases para hacerlo mas dinámico o aprender mas sobre su tema a tratar, pero esto mas que todo va de la mano de los estudiantes, niños y adolescentes que están en instituciones educativas, ya que en un futuro pueden tener ubicación remota por una IA, sin embargo el ejemplo mas cercano a nosotros es el uso de esta en trabajos, posiblemente aprendan más del tema gracias a esta ayuda, ya que no solo responde a la pregunta sino que también la explica para tener una mejor comprensión de este. Esto puede ser un arma de doble filo por las implicaciones que tiene, por un lado mejoraría su comprensión y dominación del tema, pero por el otro se podría dar porque facilita su trabajo y no se hace con conciencia o con el esfuerzo necesario para realizar aquella labor.

Algunas de las desventajas que podremos encontrar en esta revolución es en el sentido ético. Las

personas jóvenes y adultas a causa de facilitar trabajos, pueden encontrar en ella una gran ayuda que no es del todo buena, ya que no estaría aprendiendo o poniendo a prueba su conocimiento, su aprovechamiento en exceso puede generar ocio y malos hábitos que podrían ser irreversibles si no se da la lección rápidamente. También han existido casos de creación de inteligencias artificiales sin limitaciones, eso significa que no es igual a todas las que conocemos, estas pueden hacer todo lo que tu le pidas, estamos acostumbrados a ver ciertas limitaciones en las IA´s de la web, pero si nos adentramos mas a fondo podremos encontrar a estas mas libres, que se puede prestar para malos escenarios como: robos, hackeos, extorsiones etc.…

En conclusión, las Inteligencias Artificiales a su paso pueden lograr remplazar algunos trabajos

que podrían causar grandes cambios a nivel estructural del mundo, su impacto seria devastador en la

mayoría de casos si en verdad no estamos preparados para sus avances por la velocidad en la que van, su uso es en parte también ético por lo inadecuado que podríamos hacer con estas plataformas.

Cómo la Revolución Industrial transformó la vida de las personas

 Cómo la Revolución Industrial transformó la vida de


las personas


La Revolución Industrial, que comenzó en el siglo XVIII en Gran Bretaña, marcó un cambio enorme en

el mundo. Las máquinas, como la máquina de vapor, y las fábricas no solo cambiaron cómo se

producían las cosas, sino también cómo vivía la gente. Este periodo afectó profundamente la vida

diaria, el trabajo y las relaciones familiares de las personas. Este ensayo explica de manera sencilla

cómo la Revolución Industrial impactó a los individuos, desde sus rutinas hasta sus sueños, y cómo

estos cambios moldearon la sociedad.


1. Un nuevo tipo de trabajo en las fábricas

Antes de la Revolución Industrial, la mayoría vivía en el campo y trabajaba en la agricultura, con un

ritmo tranquilo marcado por el sol y las estaciones. Con las fábricas, todo cambió. Hombres, mujeres y

hasta niños trabajaban en lugares ruidosos, con máquinas que nunca paraban. Las jornadas eran

largas, a veces de 12 o 14 horas, lo que dejaba a las personas agotadas y con poco tiempo para

descansar o estar con sus familias. A pesar de esto, el trabajo en las fábricas ofrecía un salario fijo,

algo nuevo para muchos. Con ese dinero, podían comprar ropa, alimentos o herramientas que antes

eran difíciles de conseguir, lo que les daba esperanzas de mejorar su vida, aunque fuera poco a poco.


2. La vida en las ciudades: retos y novedades

Las fábricas estaban en las ciudades, así que muchas personas dejaron sus pueblos para buscar

trabajo. Las ciudades crecieron rápido, llenándose de gente. Las casas eran pequeñas, a menudo

sucias, y muchas familias vivían apretadas en una sola habitación. Esto hacía que las enfermedades

se extendieran fácilmente, y la vida podía sentirse dura y solitaria. Sin embargo, las ciudades también

traían cosas nuevas: mercados con productos baratos, teatros y, más tarde, trenes que permitían

viajar lejos. Para muchas personas, esto era emocionante, porque les abría un mundo más grande,

aunque adaptarse significara dejar atrás la calma del campo y aprender a vivir en un lugar lleno de

ruido y movimiento.


3. Luchas y sueños por un futuro mejor

La Revolución Industrial creó diferencias grandes entre ricos y pobres. Los dueños de las fábricas

ganaban mucho dinero, mientras que los trabajadores recibían sueldos bajos y trabajaban en

condiciones peligrosas. Esto causó enojo y llevó a las personas a unirse para exigir cambios.

Formaron grupos y comenzaron a pedir jornadas más cortas, mejores salarios y lugares de trabajo

más seguros. Estas luchas no solo buscaban mejorar la vida diaria, sino que también dieron a las

personas un sentido de fuerza y esperanza. Muchos comenzaron a creer que podían cambiar su

futuro y el de sus familias, lo que marcó un cambio importante en cómo veían su lugar en el mundo.


La Revolución Industrial transformó la vida de las personas de una manera que aún se siente hoy.

Cambió sus trabajos, los llevó a las ciudades y les dio nuevos sueños, pero también trajo retos como

el cansancio, el hacinamiento y la desigualdad. A pesar de las dificultades, este periodo enseñó a las

personas a luchar por sus derechos y a imaginar un futuro mejor. La Revolución Industrial no solo creó

máquinas y fábricas, sino que también moldeó la forma en que las personas viven, trabajan y se

La tercera revolución industrial: una vida llena de cambios y nuevos pensamientos en el ser humano.



A lo largo de la historia siempre han existido revoluciones que cambian por

completo la manera en la que las personas piensan, viven, se comunican, o trabajan.

De todas ellas, la que más me marca es la Tercera Revolución Industrial, también

llamada revolución tecnológica ya que dio paso a nuevas cosas, nuevos pensamientos

y nuevas ideas sobre cómo ser, sobre cómo comunicarnos y sobre qué hacer o no

hacer. Decidí escribir sobre este tema porque siento que no es algo lejano o ajeno, sino

que hace parte de mi vida diaria y la de la mayoría de los seres que hay en esta tierra.

Así que en este ensayo quiero mostrar cómo esta revolución transformó la sociedad,

pero también cómo me ha hecho pensar en los beneficios y en los retos que trae para

mi generación. Además, me interesa porque esta revolución no solo transformó la

forma de producir y comunicarnos, sino que también cambió nuestra manera de

relacionarnos, de aprender y hasta de pensar. Es como si la tecnología nos hubiera

reescrito nuevamente, como si hubiéramos vuelto a nacer ya que lo que se veía antes

ya nada se ve ahora y no queda casi nada de esa esencia antigua, esta revolución creó

seres humanos totalmente diferentes.


La Tercera Revolución Industrial arrancó en la segunda mitad del siglo XX con la

llegada de la informática, la automatización y, más tarde, el internet. Puede sonar muy

histórico, pero en realidad es el mundo en el que nací. Todo lo que hago a diario tiene

huella de esa revolución: desde estudiar con plataformas digitales como Classroom que

es una app a la cual me meto día con día, hasta hablar con alguien por videollamada

sin importar dónde esté. Eso me parece increíble porque hace unas décadas la gente

ni siquiera podía imaginar algo así e incluso todo era por medio de la lectura, pero con

libros físicos, las personas eran diferentes, les tocaba más duro la educación, es como

si con esta revolución y con el paso del tiempo y con los avances, las cosas poco a

poco fuesen más fáciles, es eficiente pero preocupante.


Lo que más me impresiona es como con esta revolución nos hemos vuelto tan

dependientes a la tecnología y tan dejados del mundo real por estar metidos en el

mundo tecnológico, o sea es increíble el cambio de antes vs ahora, antes se enviaban

cartas, el amor era bonito, sofisticado y los escritos llenos de pureza, ahora con un

WhatsApp y un texto sacado de IA se cree que se ha hecho mucho, cuando no es así,

lamentablemente la tecnología aunque tiene sus cosas buenas, más le ganan las

malas, cambia día con día nuestra forma de ser, pensar y comunicarnos, por ejemplo,

en lo sentimental, nos daña muchas veces el pensamiento que hasta causamos

problemas en las relaciones amorosas o familiares que hasta incluso hay un porcentaje

que hizo la unidad estatal de Utah donde habla que el 80 % de los divorcios se dan por

apps como Facebook donde aproximadamente cae uno de cada 7 divorcios, lo que nos

demuestra que esta revolución y demás cosas nuevas, aunque son beneficiosas,


2

dañan lo que más significado tiene, el amor, la familia, el buen pensamiento, y el

tiempo, cosas que no se pueden comprar.


También hablemos de otro punto que es importante, pero a la vez me aterra, es

la automatización y el papel de las máquinas. Gracias a esta revolución, los robots y

programas hacen tareas que antes hacían personas, ¿no es extraño esto? Me parece

loco pensar que un robot haga lo que nosotros podemos hacer y sea capaz de

reemplazarnos Esto tiene dos caras: por un lado, nos facilita la vida y aumenta la

productividad, pero por el otro, genera miedo porque muchos trabajos desaparecen y

muchos jóvenes podrían llegar a pertenecer al club de los rechazados, pues en un

noticiero vi que a nuestra generación le dicen así, porque al salir de la universidad, la

inteligencia artificial y los robots programados nos están remplazando y no podemos

ejercer lo que estudiamos. Estos detalles críticos me hacen pensar que, en el futuro, lo

más valioso será desarrollar lo que las máquinas no pueden hacer, tener creatividad,

empatía y un buen pensamiento crítico que nos haga innovar y no permita de ninguna

forma que alguna máquina nos reemplace.


En conclusión, la Tercera Revolución Industrial no es para mí un simple tema de

historia, sino algo que vivo en carne propia todos los días. No es solo leerlo en un libro

o escucharlo en clase, sino darme cuenta de que todo lo que hago desde estudiar con

el celular, hacer una tarea en el computador, hasta hablar con mis amigos o familia por

videollamadas es posible gracias a ella. Esta revolución me conecta con el mundo

entero, me abre oportunidades y me hace la vida mucho más práctica claro está, pero

al mismo también me pone a reflexionar si realmente quiero depender tanto de ella y

quiero seguir teniéndola diariamente en mi vida, ya que los daños que me causa

pueden ser tanto mentales como emocionales, y lo que más anhelo es conservar las

cosas que no son materiales sino sentimentales. Así que el reto es aprender a usarla

de manera inteligente, sí, hay que sacarle provecho, pero no podemos dejar que nos

controle.

Lo bacano es que esta revolución no termina, sigue en movimiento, pues cada

año aparece algo nuevo: inteligencia artificial, robots, aplicaciones, inventos que antes

parecían de ciencia ficción y cosas interesantes. Por eso esta revolución, aunque haya

traído efectos negativos me permite cuestionarme cómo quiero vivir mi presente y

cómo quiero prepararme para el futuro que viene lleno de cambios.

Bibliografía


https://www-modernfamilylaw-com.translate.goog/resources/unforeseen-

impacts-technology-

marriages/?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc

ENTRE CARBÓN Y METAL: UN VISTAZO A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL




José I. Pinzón




La revolución industrial es probablemente uno de los periodos históricos más importantes y trascendentales de la especie humana. Marcó un antes y un después en la manera de producir y consumir de la gran mayoría de las naciones. Impactó incluso el ámbito ambiental, causando cambios en prácticamente todos los aspectos de la vida del planeta Tierra. 


En el presente ensayo, se va a dar un repaso sobre los hechos más relevantes de dicha revolución, datos comprobables sobre su origen y antecedentes, y una reflexión sobre las consecuencias que ha tenido y que se siguen viendo en la sociedad y sobre el mundo. Todo esto, con el fin de demostrar su importancia para la civilización, y poner en evidencia sus más destacables componentes.


Para empezar, hay que aclarar que se entiende por revolución industrial. La Primera Revolución Industrial nació en 1760 y terminó en 1850,(Teresa Kiss, 2025) con la creación de la máquina de vapor de James Watt y otras tecnologías, que permitieron la creación de la fábrica urbana como espacio de trabajo, al mecanizar procesos de producción, permitiendo su masificación.


Con esta primera revolución, gestada en Inglaterra, el mundo cambió para siempre. Las fábricas requerían más trabajadores, y los necesitaba lo suficientemente capacitados como para poder operar las cada vez más complejas máquinas. La mayoría de la población inglesa eran pastores y granjeros, descendientes de los siervos de los tiempos del Rey Arturo, que seguían trabajando la tierra sin ser propietarios. Escucharon las promesas de un mejor futuro, con más oportunidades laborales, y emigraron en masa a la ciudad.


En las ciudades las cosas no fueron sencillas para sus nuevos residentes. Para empezar, físicamente no estaban preparadas para tal volúmen de gente. Esto degeneró en unas condiciones de vida horribles para la mayoría de los trabajadores de las nuevas fábricas. Desde condiciones de vivienda indignas, hasta alimentos de mala calidad y caducos, la vida de los nuevos obreros era mucho peor que en los campos. Y las condiciones laborales tampoco eran una maravilla. Con jornadas laborales excesivamente inhumanas, medidas de seguridad que brillaban por su ausencia, y con capataces estúpidos y estrictos, no era ningún sueño trabajar en esta nueva época.



Por contraste, los dueños de dichas fábricas vivían tiempos de gloria. Al maximizarse la producción, también lo hicieron las ganancias. Al ser tan bajos los salarios, y los insumos de los trabajadores, y el tener la libertad de poder contratar a quien quisieran (incluyendo mujeres embarazadas y niños), los nuevos poderosos fueron todos aquellos que eran propietarios de grandes centros de producción, y tenían el capital para invertir en las nuevas tecnologías, estableciendo una (vigente hasta el día de hoy) relación de “propietario de los medios de producción-trabajador”


Esta explosión de productividad afectó áreas insospechadas, tales como la alimentación, la educación, el entretenimiento y la salud. Cada vez se consumía más comida procesada, se hicieron escuelas para que los niños fueran futuros obreros competentes, se masificó el entretenimiento barato para el populacho, y se tuvo que cambiar el sistema de salud.


Sin embargo, no todo fué negativo. Se forzó a las ciudades a tener un mejor aseo, con alcantarillados y recolección de basuras, para reducir las tasas de mortalidad de obreros. Se mejoró el sistema de salud, volviéndose más accesible para la muchedumbre, con los mismos propósitos. La inmensa cantidad de nuevos recursos también impulsó los descubrimientos científicos, como la penicilina o el ferrocarril. 


En conclusión, la historia no sería la misma de no ser por esta revolución industrial. Afectó todos los ámbitos de la civilización humana, dando pié al capitalismo y sus múltiples componentes. Solo nos queda preguntarnos, cuál será la próxima revolución que impacte a la humanidad tanto, como aquella que sonaba a silbidos de vapor y choques de engranajes.




REFERENCIAS:


Kiss, T. (2025, 11 julio). Revolución Industrial - Qué es, sus causas y consecuencias. Concepto. https://concepto.de/revolucion-industrial/


La Revolución Agrícola


La revolución agrícola no solo transformó la manera en que los humanos se relacionaban con la

tierra, sino que dio origen a un fenómeno que cambió para siempre las estructuras sociales: el

comercio. Antes de esta revolución, la vida humana se organizaba en torno a la caza, la recolección

y la supervivencia inmediata. Pero al establecerse en comunidades agrícolas, surgió por primera vez

el excedente: producir más de lo necesario para sobrevivir. Ese exceso abrió la puerta al

intercambio.

Desde mi perspectiva, ahí comienza uno de los procesos más fascinantes de la historia: el desarrollo

de sistemas de valor, como el trueque, el dinero y el mercado. Alguien cultivaba trigo, otro criaba

ganado, otro hacía vasijas. Así nació la necesidad de intercambiar. Pero este intercambio no era

simple: requería acuerdos, confianza, y pronto, una medida común. Al principio, fue la sal, el trigo,

el ganado. Más tarde, metales como el oro y la plata. Esto me llevó a pensar: ¿cómo pasamos de

cambiar bultos de trigo a pagar con el celular?

Es interesante preguntarnos en cómo la historia del dinero refleja también nuestra relación con el

valor, con el trabajo y con lo que consideramos esencial en cada época. Para comprender cómo el

comercio evolucionó hasta convertirse en un sistema complejo, es necesario entender dos conceptos

fundamentales en economía: el valor de uso y el valor de cambio.

El valor de uso se refiere a la utilidad concreta que tiene un bien: un abrigo abriga, un alimento

nutre, un transporte mueve. Es lo que una cosa hace por nosotros. En cambio, el valor de cambio

representa cuánto puede conseguirse a cambio de ese bien, y suele medirse a través del dinero. Este

concepto, desarrollado en distintas formas por pensadores como Adam Smith y Karl Marx, nos

ayuda a ver cómo el trabajo humano se esconde detrás de cada objeto.

Adam Smith, por ejemplo, sostenía que el valor de un producto estaba ligado al trabajo que

implicaba producirlo y al trabajo que se podía obtener a cambio. Marx llevaría esto más lejos,

denunciando cómo en el capitalismo el valor de uso queda eclipsado por el valor de cambio: ya no

producimos cosas por su utilidad, sino por su capacidad de generar riqueza.

Este proceso, que el economista Paul Sweezy llama “mercantilización”, está más presente que

nunca. Un automóvil, por ejemplo, ya no se valora solo por llevarnos de un lugar a otro, sino por su

marca, diseño o lujo. Así, el consumo deja de ser una necesidad y se convierte en una forma de

vida. Personalmente, esto me hace cuestionar cuántas de las cosas que compramos responden a

verdaderas necesidades y cuántas a una cultura que nos empuja a consumir por consumir.

La Revolución Agrícola no solo cambió la relación del ser humano con la tierra, sino que sentó las

bases de algo mucho más profundo: nuestra forma de atribuir valor, intercambiar trabajo y organizar

la vida económica. Lo que comenzó como una solución práctica para sobrevivir terminó

convirtiéndose en el eje de una cultura donde el valor de las cosas muchas veces se mide más por su

precio que por su utilidad.

Reflexionar sobre esta transformación muestra que la economía no es un concepto abstracto: es un

espejo de nuestras prioridades como sociedad. Si seguimos produciendo y consumiendo sin

preguntarnos para qué ni por qué, corremos el riesgo de reducirnos a simples engranajes de un

sistema que confunde progreso con acumulación.


Entender el origen del comercio, del dinero y del valor no solo permite mirar el pasado con más

claridad, sino también el presente con más conciencia. Porque al final, el verdadero desafío no es

tener más, sino reconocer qué vale realmente la pena conservar, intercambiar y construir.


Bibliografía

BAUDRILLARD. Jean. (1972) Crítica de la economía política del signo. Trad. de Aurelio

Garzón del Camino. Siglo XXI, México, 1979

La revolución científica y la forma de entender el mundo

 Angie Katherine Perafan Erazo

De todas las revoluciones expuestas, la Revolución Científica es la que más me genero

curiosidad. No la veo solo como un hecho histórico lejano, sino como un giro que todavía

nos habla hoy: nos invita a atrevernos a pensar distinto. Mi intención es reflexionar sobre

cómo ese momento transformó la manera de entender el mundo y cómo, al leer sobre él,

nos puede inspirar a no quedarnos con lo que se da, por cierto, sino a atreverme a

cuestionar y buscar nuestras propias respuestas.


Durante este periodo, se transformaron no solo la política y la economía, sino también la

mentalidad colectiva, me parece importante reconocer la valentía de quienes iniciaron este

cambio. Copérnico se atrevió a decir que la Tierra no era el centro del universo; Galileo se

enfrentó a la Iglesia por defender lo que había observado con su telescopio; Kepler rompió

con la idea de órbitas perfectas y Newton logró explicar las leyes que rigen el movimiento.

Cada uno de ellos rompió un muro, y gracias a esa suma de pequeños actos de

desobediencia intelectual se abrió un camino completamente nuevo para la humanidad.

Los avances como la elaboración de mapas más precisos, la invención de la imprenta o el

mejoramiento de la navegación abrieron caminos para conocer más allá de lo que antes se

creía posible. Estos desarrollos no solo facilitaron el comercio y la exploración, sino

también la circulación de ideas y debates.

Al pensar en esto, me doy cuenta de que no fue solo una revolución de descubrimientos,

sino sobre todo una revolución de mentalidad. La gente aprendió que la verdad no estaba

únicamente en los libros antiguos o en lo que dictaba la autoridad, sino que podía

encontrarse en la observación, en el experimento, en la comprobación. Esto me genera

mucha intriga, porque muchas veces yo también me descubro aceptando lo que otros dicen

sin preguntarme si realmente tiene sentido. La Revolución Científica a muchas personas

nos pone a que cuestionar, no significa ser irrespetuoso, sino tener la curiosidad y el valor

de buscar la verdad.

El costo personal que tuvieron que pagar algunos de estos pensadores. Galileo fue juzgado

por la Inquisición y obligado a retractarse, aunque sabía que tenía razón. Eso me hace ver el

valor que tenemos nosotros hoy en día al tener la libertad que tenemos hoy para estudiar,

investigar y compartir ideas sin esos mismos riesgos. La Revolución Científica no solo

cambió la historia de la humanidad, también reta a mirar las propias decisiones y a

preguntarnos qué tanto nos atrevemos a ser fiel a lo que pensamos.

Es de reconocer que los frutos de esa revolución están en la vida cotidiana. La tecnología

que usamos, los avances médicos, la educación que recibimos, todo tiene sus raíces en

aquel cambio. Pensar que lo que hoy me parece normal nació de un acto de duda y coraje

me hace ver que cada transformación comienza con alguien que se atreve a mirar y pensar

distinto.

La Revolución Científica no es solo una etapa de la historia, es también un espejo en el que

nos miramos. Nos puede llegar a enseña que cada avance comienza con una duda y que

tener la valentía de cuestionar lo establecido es lo que abre horizontes. Hay que reconocer

que hoy disfrutamos de la libertad de estudiar, investigar y expresar ideas sin los riesgos de

aquella época, eso nos debe hacer sentir agradecidos, pero también cargando con una

responsabilidad de usar esa libertad con sentido. No basta con admirar a los grandes

pensadores del pasado; lo importante es aprender de ellos y aplicar esa enseñanza en la vida

cotidiana.

Este tema nos invita a no conformarnos con respuestas fáciles ni con verdades impuestas,

sino a atrevernos a explorar, preguntar y construir nuestras propias conclusiones. Creo que

esa es la mayor herencia que nos da la Revolución Científica: mostrarnos que el

conocimiento se conquista con curiosidad, coraje y perseverancia. Y si esa revolución

cambió el rumbo de la humanidad, también puede cambiar la manera de ver el mundo y de

vivir en él, recordarnos que hasta una pequeña duda puede ser el inicio de una gran

transformación.


REFERENCIAS

que fiue la inquisicon pára galileo - Búsqueda

La Inquisición contra Galileo: el juicio en el que se enfrentaron ciencia y religión

NO ES NORMAL FINGIR SEGURIDAD CUANDO TENEMOS MIEDO

 Holly Nicol Palomino Penagos


Desde que tengo memoria recuerdo haber escuchado en casa historias sobre la

vida de mi padre en el ejército, la representación de las guerras con fusiles,

hombres y caos. En el colegio, diferentes revoluciones que cuentan historias, todas

con algo en común; violencia y guerras pasadas. Actualmente logró comprender que

hay una revolución que vivo cada día de mi vida, que existe en mis pasos y

decisiones, aunque, esto no significa que haya sido una elección ni algo que quiera

ver de frente, la revolución de género simplemente sucede por un motivo, y este es

existir como una mujer joven dentro de una sociedad con infinidad de defectos por

corregir y quizás un tanto de ignorancia, pues ha sabido quedarse en el pasado.

Este texto no parte de una ideología sino de mi experiencia y las dudas que surgen

en mi mente sobre lo que observo cada día.

Actualmente tengo 18 años, pero desde mucho antes, aproximadamente 5 años

atrás, cuando mi cuerpo empezó a cambiar, supe lo que es recibir palabras que no

han sido pedidas por nadie, palabras que se quieren disfrazar como piropos más

tienden a ser incómodas y me inducen a preguntarme ¿Cuál es la razón de que sea

así?, ¿Por qué tenemos que fingir seguridad mientras ignoramos el miedo que

sentimos?

Fue ahí cuando supe qué tal revolución es una urgencia, pues esta revolución no es

un simple movimiento social viral, ni una moda que impartir, sino algo que surge

cuando entendemos que no está bien sentirnos así, no está bien contemplar

historias pasadas donde las mujeres están obligadas a soportarlo todo como si

fuese un deber, no está bien quedarnos calladas ante la injusticia, leyes negadas ni

secretos que duelen, y esto se ha visto reflejado en la voces que han sido capaces;

Lo que vivimos hoy en día no es algo que apareció de la nada, ha sido una lucha de

muchas mujeres que le buscaron y dieron un lugar a nuestro sentir.

En su artículo sobre la historia del feminismo, Palomar (2025) cuenta como una de

estas voces fue la de Olympe de Gouges, la mujer que publicó la “declaración de los

derechos de la mujer y la ciudadanía” en el transcurso de la primera ola, un artículo

donde se plantea que las mujeres deben poder tener los mismos derechos civiles

que los hombres, con ella podemos observar un claro ejemplo de discriminación,

pues una mujer ilustre con razón e intención de promover igualdad de género no

podía ser considerada en el mundo y es por eso que fue guillotinada en el año 1793.

Las mujeres quisieron seguir luchando, aunque la respuesta siempre fue negativa y

solo recibieron castigos y exclusión, estas voces femeninas no se rindieron hasta

lograr conformar un movimiento de acción social durante el sufragismo de la

segunda Ola, un evento histórico liderado por mujeres Burguesas blancas que dio

paso a nuevas visiones del feminismo donde se veían diferentes discriminaciones

como ser mujer negra, u obrera dependiendo su clase solía ser un motivo más para

ser discriminada (Palomar, 2025).

El legado que dejó todo este sacrificio no debe ser en vano, es por eso por lo que en

nuestra realidad actual no podemos defraudar a quien se atrevió a cambiar el rumbo

de la historia, no podemos dejar caer las enseñanzas de autoras como Bell Hooks y

Judith Butler quienes en la tercera parte de la historia nos brindaron una forma de


mirar el feminismo racial (Huff, 2016) y la performatividad de género (Gómez-Olano,

2023), no podemos rendirnos y mucho menos frustrar nuestras antecesoras, hoy

mas que nunca es donde debemos seguir organizándonos y defendiéndonos bien

sea desde las calles o desde el elemento de movilización moderna; Las redes

sociales y rebeliones mediante hashtags, lo importante siempre será poder

visibilizarnos y defender lo que somos, luchar por si mismas y por todas las que aún

no se atreven o ya no están en este plano terrenal. Luchar por todo lo que no es

ameno para nosotras, por poder hacer que seamos visibles y aceptadas

independientemente de nuestra etnia o características socioeconómicas porque no

es mentira, ni es lo mismo ser una chica Blanca en Francia que una mujer indígena

en Colombia.

Quizás para muchas personas son más importantes las revoluciones históricas

sobre guerras o avances industriales y tecnológicos, para mi tienen relevancia cada

una de estas, pero preferí hablar de esta revolución porque es la que estoy viviendo,

no se trata de un montón de palabras plasmadas en un libro y muy difíciles de leer,

se trata de mi historia como mujer, se trata de mis ideales y aspiraciones, porque mi

deseo y el de muchos es poder vivir en tranquilidad, no tener que ver como las niñas

sufren y pasan por momentos que no deberían pasar. Mi deseo es poder ver como

existo en un mundo donde cada día hay una mejora en la sociedad en vez de atraso

y maldad, poder algún día traer al mundo una nueva vida que pueda ser libre y

digna, sin tener que explicarle a nadie su existir para encajar. Quiero poder dejar a

un lado el miedo hacia la sociedad y no pretendo ser una víctima en silencio,

pretendo ser una mujer que se siente en libertad de expresar lo que piensa y

experimenta, haciendo parte de quienes juntas damos un paso y una voz de aliento

a esta revolución.


REFERENCIAS

Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). (s.f.). Nace Mrie Gouze,

Olympe de Gouges: Revolucionaria, filosofa, defensora de los derechos de

las mujeres y autora de la de Declaración de los Derechos de la Mujer y de la

ciudadanía. https://n9.cl/hr5yx

Gómez-Olano, I. (2023, 13 de febrero). Judith Butler: Una Revolución en los

estudios de género. https://n9.cl/d5myt

Huff, M. (2016, 4 de enero). Bell Hooks: feminista interseccional. UMKC Women´s

Center. https://n9.cl/dysou

Palomar S, A. (2025, 6 de marzo). Breve historia del feminismo: fechas y nombres

clave. National Geographic Historia. https://n9.cl/75i8l

Simón, L. (s.f.). Las olas del feminismo. Politocracia. https://n9.cl/qysixz

DEL FUEGO A LAS IDEAS

 Jhon Sebastian Paguanquiza Solarte


Entre todas las revoluciones que hemos visto, la que más me ha impactado es la Revolución

Cognitiva. La escojo porque siento que es la que verdaderamente explica por qué los seres

humanos somos capaces de organizarnos de maneras tan complejas. Este proceso marcó el inicio

de la capacidad de imaginar, crear ficciones y compartir relatos colectivos que nos permitieron

cooperar en grandes grupos. En este ensayo quiero expresar por qué considero que esta

revolución no es solo un hecho histórico, sino una forma de entenderme a mí mismo y la manera

como vivo en sociedad.


Lo que me resulta más fascinante es la idea de que lo que hoy consideramos normal el dinero,

las leyes, la religión, las naciones son construcciones imaginadas. (Harari, 2014) Harari explica

que esas ficciones compartidas son la base de nuestra cooperación masiva. Personalmente, esta

reflexión me hace pensar que muchas cosas por las que nos preocupamos día a día no existen de

manera tangible, sino porque las creemos colectivamente.


Por ejemplo, el valor de un billete de dinero. Para mí es un papel común, pero lo acepto como

medio de intercambio porque confío en que otros también lo harán. Esa confianza es fruto de la

Revolución Cognitiva la capacidad de creer en cosas que no vemos, pero que organizan nuestras

vidas. Me impresiona darme cuenta de que gran parte de mis decisiones estudiar, trabajar,

proyectar un futuro están ligadas a esas realidades imaginadas que compartimos como sociedad.


También pienso que esta revolución me ayuda a entender el poder del lenguaje. Vemos que la

diferencia entre nosotros y otros animales está en que podemos hablar no solo de lo que existe

frente a nosotros, sino de cosas que no existen, de mitos, de dioses o de ideologías. Para mí esto

es clave porque me hace consciente de que cada palabra que digo o escucho tiene un poder

enorme: puede construir confianza, esperanza, o incluso dividir y generar miedo.


En mi opinión, la Revolución Cognitiva no es un suceso lejano, sino una realidad que aún

moldea mi vida y la de todos. Comprender que vivimos dentro de relatos compartidos me hace

valorar el papel de las ideas y las palabras en la construcción de la sociedad. Elegí este tema

porque siento que entenderlo me da una mirada distinta sobre lo que creemos “real”: mucho de lo

que guía nuestras acciones no está en la naturaleza, sino en nuestra imaginación colectiva. Y en

ese sentido, reconozco que yo también soy parte de esa revolución, cada vez que creo en un

proyecto, en un futuro o en un sueño compartido.


REFERENCIA

Harari, Y. N. (2014). Sapiens: a brief history of humankind. Choice Reviews Online, 52(11),

52–5967.

https://doi.org/10.5860/choice.190494

Las huellas de la revolución industrial

 Maria Camila Oviedo Posso

La Revolución Industrial es uno de esos acontecimientos que marcaron el antes y el

después de la historia humana, a pesar de que cambió la manera de realizar el trabajo, su esencia

es de gran interés porque fue su influencia la que se transformó la manera de producir, la que

transformó el estilo de vida y con ello la manera en cómo se relacionaron las sociedades. Este

acontecimiento, normalmente, se limita a la gran cantidad de innovaciones implementadas en las

fábricas y en los equipos, pero se olvida que transformó la organización de la vida cotidiana;

además de considerarse como el inicio de muchos de los problemas sociales que nos acompañan

hasta el presente. Para dar mayor visibilidad a lo mencionado previamente, se escribe el siguiente

ensayo, que argumenta que la Revolución Industrial no fue únicamente una época de innovación

para nuestra historia, sino también uno de los procesos más complejos y con un gran impacto

social. En primer lugar, el ensayo explicará cómo nació y cómo evolucionó esta revolución;

después, describirá algunas modificaciones sociales que surgieron durante este periodo; por

último, hará la reflexión correspondiente sobre cómo sigue generando efectos económicos y

sociales.

La Revolución Industrial nace en Inglaterra durante el siglo XVIII y se expande a Europa

y luego al mundo. No solo cambió las técnicas de producción, también transformó la manera en

que se efectuaba el trabajo. El paso de los talleres artesanales a las fábricas implicó nuevas

rutinas y una disciplina más endurecida. El obrero ya no controlaba el proceso completo de lo

que producía, sino que pasó a ser una pieza de una maquinaria mayor. Sergio Ordóñez explica

que una revolución tecnológica se convierte en industrial cuando transforma las herramientas en

equipos de producción, lo cual obliga a reorganizar la relación entre capital y trabajo (Ordóñez,

2023, p. 42).

Es sabido que las fábricas concentran grandes cantidades de trabajadores en condiciones

que muchas veces resultan precarias. Jornadas largas, salarios bajos y ambientes insalubres que

acompañan a la llamada expansión de la producción. Sin embargo, fue lo que dio inicio a nuevas

formas de organización como el movimiento obrero, demandando por mejores condiciones de

vida. El impacto de la revolución no se limita a lo laboral, porque las ciudades pasaron a ser la

médula de la vida social, pues el crecimiento urbano trajo problemas de vivienda y de salubridad,

pero también ocasionó espacios de encuentro cultural y político. La literatura de la época habla

acerca de estas condiciones y como señala Cortés Vergara, los discursos revolucionarios no sólo

se difunden en la política sino también en los libros y en la prensa, que a su vez funcionan como

armas de debate y crítica (Cortés Vergara, 2022, p. 15).

Aunque el origen de la Revolución Industrial data del siglo XVIII, sus consecuencias han

repercutido hasta el presente. Hoy, hablamos de la revolución digital y es heredera de esa

transformación inicial, según el autor Ordóñez se argumenta que los procesos de digitalización y

automatización no surgen de la nada, sino que continúan el trayecto iniciado por la industria

electrónica y las telecomunicaciones desde mediados del siglo XX (Ordóñez, 2023, p. 44). Lo

que hoy llamamos economía digital conserva la lógica de integración entre tecnología, capital y

trabajo que tuvo origen en la primera Revolución Industrial. El trabajador de plataformas

digitales, que vive de un algoritmo y no de un patrón directo, repite la experiencia del obrero de

fábrica, pero en un nuevo escenario; es decir, continúan los problemas de desigualdad,

precariedad y concentración de riqueza y muestran que las problemáticas de la Revolución

Industrial solo evolucionaron.

Principalmente, toda la revolución industrial se dio en Europa, pero también llegó a

países en desarrollo, mientras las potencias industriales controlaban la producción y la

tecnología, las demás regiones quedaron marginadas y subordinadas a la exportación de materias

primas. Ordóñez señala que la incorporación de los países en desarrollo a los nuevos ciclos

industriales dependio de condiciones impuestas por la globalización y no de sus propias

decisiones (Ordóñez, 2023, p. 41). En América Latina, la industrialización parcial nunca rompió

del todo con la lógica de la dependencia, y en Colombia la producción cafetera y minera quedó

relegada a los mercados externos y nunca se optó por empezar con un proceso interno de

modernización plena.

Se ha reiterado que la Revolución Industrial no se limitó a las fábricas y a las máquinas,

algo que la literatura y la prensa de la época argumentan como un conflicto entre tradición y

modernidad. Cortés Vergara afirma que la revolución es también un fenómeno discursivo porque

los textos escritos sirven para conocer nuevas ideas y para cuestionar las viejas jerarquías (Cortés

Vergara, 2022, p. 22). En otras palabras, el avance se da junto con la denuncia de la pobreza del

trabajador; por ende, los escritores, los periodistas y los pensadores construyen una

representación mental en la que el trabajo deja de ser un esfuerzo individual y se convierte en un

tema de interés social.


La Revolución Industrial provocó una serie de cambios que aún permanecen en cómo

trabajamos, producimos y nos relacionamos; también estableció a la innovación como el método

de transformación social, económica y tecnológica más potente. El impacto en los países en vías

de desarrollo evidencia que nuestra economía aún presenta una dependencia que limita la

modernización; esto nos lleva a concluir que la revolución se manifiesta no sólo en lo político y

económico, sino también en los discursos, la literatura y la manera en que interpretamos nuestro

lugar en el mundo. En la actualidad, la revolución digital es la continuación de ese legado y trae

consigo una gran cantidad de retos nuevos y viejos sobre cómo interactúa el trabajo y el capital,

y el hecho de que estos procesos sean continuos nos hace comprender que en la Revolución

Industrial podría encontrarse algunas alternativas a la solución de problemas contemporáneos.


Referencias


Cortés Vergara, C. (2022). Literatura y revolución. Universidad de Chile.

Ordóñez, S. (2023). Revolución tecnológica, ciclo industrial e integración en la globalización de

los países en desarrollo. Economía Informa, 442, 41-57. Instituto de Investigaciones

Económicas, UNAM.

Universidad del Cauca. (2025). Revoluciones 2025-43-49. Documento guía de curso.

Universidad del Cauca. (2025). Revoluciones 2025-50-72. Documento guía de curso.

REVULACION NEOLITICO

 JHON JAIRO ORTEGA CASTILLO

La revolución neolítica es uno de los periodos más importantes he interesantes que ha tenido el homo

sapiens. Surgió hace unos 10 mil años, fue un periodo muy importante porque el hombre paso de ser

nómada y recolector, a asentarse en un solo lugar eh implementarse la agricultura, en este caso

hablaremos de las consecuencias que trajo la revolución y todos los avances que trajo.


La revolución neolítica fue una etapa muy importante para la sociedad, por las siguientes razones; desde

que el hombre dejo de ser recolector, se centró en un solo lugar lo cual a muchos pueblos de la época

les dio un territorio, pudiendo desarrollar la agricultura y la domesticación de animales.


Esto produjo muchos cambios que fueron radicales que cambiaron la forma de vivir del homo sapiens,

por las razones que era más sencillo que ser recolectores. Las personas se fueron adaptando a la

agricultura y poco a poco fueron aprendiendo las formas más eficientes de hacer producir la tierra, y

esto trajo consigo muchas otras revoluciones que se dieron mucho más después, como la revolución de

las letras:


Esto fue un resultado después de que el homo sapiens se volviera más sedentario, después de tener una

agricultura las comunidades necesitaban tener un dialecto mucho más desarrollado y preciso. Las

personas se enfocaron en la producción, y eso conllevo a la comunicación con otras comunidades para

tener intercambio de productos, lo cual fue la época donde se dio el primer intercambio de productos lo

cual lo podemos llamar como hoy en día se conoce el “comercio”.


Después se fue desarrollando la escritura de los números que eran necesarias para los intercambios y la

numeración de lo que se producía, así poco a poco unas comunidades se fueron arraigando a estos

nuevos cambios. Y unas se desarrollaron más que otras, y en este punto de la historia donde algunas

comunidades se impusieron sobre otras se dio la esclavitud, y todo ya empieza a cambiar a modos de

producción diferentes, utilizando la mano de los esclavos.


Todos los cambios del neolítico fueron cruciales para la estructuración del sistema que tenemos ahora,

aunque no es lo mismo como antes, así empezó. Con cambios importantes la cooperación el manejo de

herramientas y la buena comunicación hizo que el homo sapiens se impusiera ante las demás especies.


En conclusión, desde que el hombre empezó a tener razón y a tener ese instinto de cooperación he

imposición sobre las demás especies y unión social, se puede contar que dejamos de ser nómadas, ese

instinto de querer conseguir las cosas y siempre buscar una mejor comodidad, y el razonamiento lógico

permitieron el desarrollo de las comunidades; El homo sapiens siempre va buscar acoplarse de la mejor

manera para tener mayor comodidad sin importar el sistema que utilice eso se ve reflejado a lo largo de

la historia en los diferentes modos de producción que conocemos. Eso fue lo interesante de esta

revolución neolítica y por tal razón me llamo la atención, desde el momento en que se empieza a contar

Una revolución en defensa de la libertad frente al wokismo


 Alejandro Muñoz Erazo


Han habido múltiples revoluciones a lo largo de la historia, unas para transformar la

forma en que el ser humano se relaciona con la naturaleza, pasando de la simple recolección a

una vida organizada en comunidades; y otras para abrir caminos al conocimiento, cuando los

símbolos y las letras se convirtieron en la herramienta que permitió transmitir ideas de

generación en generación hasta la actualidad. Claramente hace falta mencionar las resoluciones

que revocan a reyes y estructuras de poder, unos con la banderita de la libertad y otros como por

ejemplo buscaban el fin de la explotación laboral.

Todo lo mencionado anteriormente, fue y es relevante para la manera en la que

entendemos hoy el mundo, no obstante, no son revoluciones que me tocaron. Lo que si me

interpela y siento que hago parte toda mi generación y mi persona ya sea a favor o en contra, es

una revolución inconclusa en la que se cuestiona y posiblemente ponga fin al wokismo que está

impregnado en todo el mundo a nivel global.

En ese sentido, si las revoluciones anteriores moldearon nuestras instituciones y

discursos, la que ahora me interpela ocurre en un contexto de una creciente polarización.

Vivimos en un mundo donde se buscan objetivos distintos, marcados por juicios y valores que

cada vez adoctrinan con más fuerza y dejan menos espacio para ceder; en ese escenario, el factor

decisivo en el que vemos el problema o el núcleo del porqué se origina nuestros problemas y a la

vez formas de solucionar, lo es la intervención estatal. Montesquieu ya advertía sobre la


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tendencia del poder a corromperse “todo hombre que tiene poder se inclina a abusar de él” (El

espíritu de las leyes, 1748). Esa idea ilumina un peligro actual y es que si el Estado se erige en

árbitro moral y cultural, existe el riesgo de que la política pase de garantizar libertades a imponer

una única visión ideológica. Por eso, al analizar la revolución inconclusa que cuestiona el

wokismo, es imprescindible considerar el papel y los límites de la intervención estatal.

Cuando hablo de wokismo me refiero a una corriente cultural y política que enfatiza la

justicia social, la visibilización de grupos históricamente marginalizados y el reconocimiento de

desigualdades estructurales en raza, género u orientación sexual. No obstante, este fenómeno no

surge de la nada ya que se alimenta de una tradición de luchas sociales que tienen sus raíces en

movimientos progresistas y en teorías críticas que cuestionan la desigualdad estructural. Como se

puede ilustrar en autores como Marx en el Manifiesto Comunista en el que “la historia de todas

las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases” (1948),

planteando que las tensiones sociales no son accidentales, sino inherentes a las diversas

estructuras de poder ya sea económico o social. Por otro lado, autores como Gramsci explicó en

Cuadernos de la cárcel que “la supremacía de un grupo social se manifiesta de dos maneras,

como dominio y como dirección intelectual y moral” (1975).Es decir, esto significa que no basta

con controlar la economía o la fuerza política; un grupo también necesita influir en cómo la gente

piensa, en los valores que adopta y en lo que considera justo o injusto. A esa capacidad de

moldear la cultura y las ideas, Gramsci la llamó hegemonía cultural. Esta noción ayuda a

entender por qué fenómenos como el wokismo tienen tanta fuerza porque no se trata solo de

leyes o políticas públicas, sino de ganar la batalla en la forma en que las sociedades perciben la

igualdad, la justicia y la identidad. El wokismo surge precisamente de esa lucha por disputar

quién fija las normas culturales y qué voces deben ser escuchadas.


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Sin embargo, está revolución que se menciona en este texto se da gracias a que revela un

problema central el wokismo, el cual es, cuando el Estado se convierte en árbitro de lo que está

bien y lo que está mal, se corre el riesgo de que la política deje de ser un espacio de libertades

para transformarse en un mecanismo de adoctrinamiento, el cual, no nos damos cuenta porque

pensamos que son ideas propias. John Stuart Mill ya advertía en Sobre la libertad que “si toda la

humanidad menos uno fuera de una misma opinión, y solo una persona fuera de la opinión

contraria, la humanidad estaría menos justificada para silenciar a esa persona que esa persona

para silenciar a la humanidad” (1859). Con esto, Mill muestra que imponer una única visión

moral, incluso con el argumento de proteger derechos o sensibilidades, atenta contra la

diversidad de pensamiento, esto debido a que, el Estado no se debe de encargar de dar una

opinión de juicio de valor, porque esta deja de ser objetiva. En el mismo sentido, Friedrich

Hayek en Camino de servidumbre sostuvo que “una vez que entregamos al Estado la tarea de

decidir qué fines deben perseguirse, perdemos la libertad para decidir por nosotros mismos”

(1944). El wokismo, al apoyarse en políticas que buscan moldear el lenguaje, las costumbres o

incluso hasta la memoria histórica, termina generando lo que Tocqueville llamó una “tiranía de

la mayoría” (La democracia en América, 1835.) donde no se persigue al individuo por la fuerza,

sino a través de la presión social y cultural legitimada por el poder público, esto se intensificó

gracias a las redes sociales que evidentemente generan una mayor polarización que ayuda a que

este fenómeno del wokismo siga atacando por la exclusión del que piense diferente.

Por lo que, la alternativa, puede no ser un Estado ausente, sino un Estado limitado. Un

poder público que garantice libertades individuales y reglas de convivencia básicas, pero que no

pretenda definir qué valores morales deben prevalecer en toda la sociedad. Montesquieu en El

espíritu de las leyes (1748) sostenía que “para que no se pueda abusar del poder, es preciso que


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el poder detenga al poder”. Esa advertencia cobra vigencia hoy ya que al reducir la intervención

estatal en lo cultural no significa eliminarlo, sino ponerle límites claros para que no sustituya la

libertad individual por un adoctrinamiento colectivo. Así, la verdadera solución es un equilibrio,

en donde, un Estado que proteja derechos y arbitre conflictos, pero que deje en manos de los

ciudadanos y las comunidades la tarea de deliberar sobre lo justo y lo que es bueno, sin que sea

un poder concentrado y existan múltiples ideologías habitando en un mismo modelo.

En conclusión, no existe una respuesta clara ni definitiva sobre cómo debe resolverse esta

revolución inconclusa que cuestiona al wokismo. La historia muestra que cada forma de

gobernar ya sea con mayor intervención estatal o con un Estado más limitado, contiene una serie

de ventajas y riesgos, el cual aunque ya se vivió en etapas anteriores de la historia, no se sabe

cómo se adapte o siga adoptando en el futuro. Lo que sí es cierto es que cualquiera de esos

caminos será fundamental en la manera en que termina configurándose esta lucha cultural y

política. La expectativa no está únicamente en que una visión gane sobre otra, sino en cómo las

decisiones de hoy marcarán el rumbo de las libertades, los derechos y el papel del Estado en las

próximas generaciones, el cual, estas problemáticas y cuestiones hacen parte de la revolución

que me tocó.


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Referencias:


Gramsci, A. (1975). Cuadernos de la cárcel. México: Era.


Hayek, F. A. (1944). Camino de servidumbre. Londres: Routledge.


Marx, K., & Engels, F. (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Londres: Workers’

Educational Association.


Mill, J. S. (1859). Sobre la libertad. Londres: John W. Parker and Son.


Montesquieu, C. de S. (1748). El espíritu de las leyes. Ginebra: Barrillot & Fils.


Tocqueville, A. de. (1835). La democracia en América. París: Charles Gosselin.

EL INCIO DE NUESTRA HISTORIA

 


Manuel Jesús Muelas Aranda


La Revolución Cognitiva fue uno de los momentos más importantes en la historia

de la humanidad. Ocurrió hace aproximadamente 70.000 años, cuando los Homo

sapiens, es decir, nosotros, desarrollaron una nueva forma de pensar y

comunicarse.

Antes de ese momento, los humanos vivían como cualquier otro animal: cazaban,

comían, dormían y simplemente sobrevivían. Sin embargo, con esta revolución,

nuestros cerebros comenzaron a imaginar, crear ideas nuevas y cooperar de

maneras completamente distintas. Eso lo cambió todo.

Por primera vez, los humanos no solo hablaban entre sí, sino que eran capaces de

imaginar cosas que no existían físicamente, como dioses, espíritus, reglas, mitos y

creencias compartidas. Esta habilidad fue lo que nos diferenció de otras especies,

como los neandertales, quienes también eran inteligentes, pero solo podían

colaborar en pequeños grupos. En cambio, los Homo sapiens, gracias a sus

nuevas ideas y creencias, lograron organizarse en grandes comunidades y

avanzar rápidamente.

Y aunque eso sucedió hace miles de años, todavía vivimos bajo la influencia de

esa revolución. Hoy seguimos creyendo en cosas que no existen físicamente, pero

que funcionan porque todos acordamos creer en ellas. Un ejemplo es el dinero, si

lo vemos como papel, no tiene valor alguno. Sin embargo, todos sabemos o

decidimos que sí lo tiene, y por eso funciona. Lo mismo ocurre con las leyes, las

religiones e incluso los países. Nada de eso es real en un sentido físico, pero

gracias a que todos creemos en su existencia, se vuelven reales.

Pensar en esto me hizo reflexionar: muchas de las cosas que nos motivan, que

nos inspiran o nos mueven, vienen directamente de esa capacidad que

heredamos en la Revolución Cognitiva, la de imaginar. Imaginamos metas, ideas,

e incluso cosas sin sentido que nos impulsan a seguir adelante. Esa es tal vez,

una de las cosas que nos hacen más humanos.

A veces sentimos que tenemos demasiadas emociones, pensamientos o ideas

que no entendemos. Pero precisamente eso nuestra forma de ver el mundo, de

emocionarnos con una película, de contar historias o de seguir ideales forma parte

de ese legado que empezó cuando los primeros Homo sapiens se atrevieron a

imaginar algo más allá de lo que veían frente a ellos.


Gracias a esa revolución cognitiva, fuimos capaces de expandirnos por todo el

planeta, inventar nuevas formas de organización y, a partir de eso, crear otras

grandes revoluciones, como la Revolución Agrícola, que fue fundamental para

nuestra supervivencia y evolución.

En conclusión, la Revolución Cognitiva no solo cambió la historia del ser humano.

Cambió nuestra manera de pensar, de soñar y de vivir. Y aunque no siempre lo

notemos, sigue ahí, detrás de cada pensamiento, cada creencia y cada idea que

tenemos. En cierto modo, esa revolución también cambió mi propia historia,

porque me ayuda a entender de dónde venimos y quizá también

El mayor fraude de la historia


Devorah Mosquera Collo

Ocurrida aproximadamente diez mil años atrás, la revolución neolítica sentó las

bases de la civilización humana. Marcó el destino del Sapiens desde la transición de

nómada a sedentario, junto al dominio de la agricultura y el nacimiento del excedente.

Quien iba a pensar que acciones que nos resultan tan familiares y ancestrales como

cultivar, que prometían un alto grado de estabilidad y de progreso, tendrían como eco en

la actualidad un resultado crítico y devastador, tanto para el planeta como para los

individuos que lo habitan. Este ensayo no solo promete hablar sobre el nacimiento de

este periodo, sino también hacer una crítica a las más grandes consecuencias de las

cuales somos partícipe como humanidad. ¿Será el paradigma de la acumulación

neolítica el verdadero origen de la extinción global? ¿Podría la razón humana curar la

enfermedad que así misma se ha creado y contagiado?

Hace miles de años Sapiens tomó la decisión más trascendental de su historia,

rompió el ciclo natural de cazador y recolector porque ahora podía cultivar su propio

alimento, el origen del excedente que más adelante vendría siendo la base de la riqueza

y la desigualdad. Ya teniendo control de lo que producía, más un espacio limitado y con

fronteras, creó sin saberlo el concepto de la propiedad privada, que con la agricultura

formarían la división de las clases sociales. El neolítico parecía ser el punto de la

historia más prometedor dado al crecimiento de la población y la gran cantidad de

alimentos que podía abastecerla, pero no fue si no una cortina de humo para la realidad

que enfrentaría la especie humana. Enfermedades por la nueva dieta alimenticia, la

aparición de la guerra en defensa de la propiedad, límites territoriales y la lógica de la

acumulación, principales causas de las que se deriva la crisis actual. Es curiosamente

alarmante, que lo que nos había proporcionado un crecimiento como especie, hoy nos

balancea en la línea de extinción.

“La agricultura hizo posible la existencia de más gente, pero no mejoró

necesariamente su calidad de vida” (Harari, 2014,p. 95). El neolítico priorizó la

cantidad de productos y de individuos, sobre la calidad de vida de ellos mismos, 10,000

años después la única diferencia es que ya no se le da prioridad a la cantidad de comida

sino a la acumulación de capital y gracias a ello, la creación de las élites y su lógica de

hacer más, vender más y ganar mucho más, a cambio la subordinación de la integridad y

la dignidad humana e incluso contra su propia existencia. Hace una semana en su

intervención ante la asamblea general de la ONU, el presidente de Colombia, Gustavo

Petro, se refirió al capital , que por medio de la codicia vuelve a priorizar la

acumulación sobre la vida, y cómo, la oligarquía global en este impulso insaciable, nos

ha llevado a la crisis climática. Esta lógica no es sino la extensión del error neolítico, en

donde no fue la agricultura en sí misma la que permitió llegar a este desastre, sino la

humanidad quien la escogió y el capitalismo que se encargó de pulir, perfeccionar y

globalizarlo. Petro argumentó que el impulso interminable de la producción es

particularmente por el capital fósil, frente a una gran irracionalidad humana que se niega


a reconocer la escasez de los recursos naturales, la existencia del cambio climático, la

ciencia y el tiempo límite (el punto de no retorno). En pocas palabras así cómo se

abandonó la recolección y la caza para entrar y crear la revolución neolítica, se debe

abandonar esta era de acumulación capitalista y permitir la llegada de una nueva

revolución que ponga por encima la existencia humana y planetaria.

“El tiempo ya se acabó, es la hora de los pueblos…Detener el capital Fósil…

Capital o vida, democracia o barbarie.”(Petro, 2025, párr. 27). Es hora de superar esta

lógica capitalista para liberarnos de la codicia y el error histórico que amenaza el

colapso de la vida. Petro en su discurso también menciona la razón como cura y hace un

llamado a la humanidad hacia detener el deseo acumulativo, y para que pueda funcionar

propone ir más allá del Estado nación y la oligarquía, que la humanidad sea un nuevo

sujeto político con una visión democrática que abandone el sistema capitalista.

En conclusión, el error neolítico de enfocarse en la cantidad sobre el bienestar, se

ha transformado en la avaricia del capital, la acumulación siempre ha prevalecido sobre

la vida, evidentemente nos lleva a un final, a la necia extinción humana. Pero si se

quiere curar la enfermedad autoinfligida se debe levantar la bandera de la vida y forzar

la transición a un nuevo paradigma en el que prevalezca la vida. No es una cura solo

individual sino colectiva, debe ser la voluntad de las masas el detener el capitalismo y

finalmente anteponer la existencia humana a la antigua lógica de la ganancia salvando la

vida del planeta.


Referencias

“Harari, Y. N.(2014). Sapiens: De animales a dioses.”

Petro, G. (2025, 23 de septiembre). Intervención del presidente Gustavo Petro ante la

asamblea 80° periodo ordinario de sesiones de la asamblea general de las Naciones

unidas. https://www.presidencia.gov.co/prensa/video/Paginas/Video-Intervencion-del-