lunes, 14 de septiembre de 2020

La degradación del ser en la segunda ola

Adriana Isabella Vanegas Paz.


“hoy en día sabemos como se hace todo, excepto vivir.”(Sartre)


La segunda ola fue un suceso histórico, propuesto por el sociólogo futurista Alvin Toffler (1950-2016) en su libro; la tercera ola (1979). Plantea los cambios que esta trae a la sociedad, la tecnología y los medios de comunicación, siendo la revolución industrial, el mayor acontecimiento ocurrido durante esta. Trae consigo muchas reformas, como la producción en masa, las fábricas, la manera de educar y trabajar. Siendo estas dos últimas un modelo de las industrias. El autor lo establece como un programa encubierto, que desarrollaba en los estudiantes obediencia, puntualidad y trabajo mecánico repetitivo. Así al salir de las escuelas, llegasen a trabajar a las fábricas con un conocimiento previo. Ahí los hacían trabajar de manera exageradamente repetitiva. Sin darse cuenta, la raza humana empieza a convertirse en esclava de su vida, desinhibiendose de su propio ser.

Como ya establecimos, el siglo XX fue la cuna de las reformas para la vida humana, pues fue  el comienzo de una revolución industrial, que no solo afectó aspectos tecnológicos, sino en principio sociológicos. Las personas salen del campo, a poblar las ciudades con la esperanza de conseguir mejores trabajos, y mejores vidas. Esta industrialización empieza a revolucionarlo todo, incluyendo la cotidianidad, teniendo como referente el modelo de fábrica. Es cuando comienza una degradación dentro de la vida misma, y entonces el existencialismo del ser, surge como respuesta a esta crisis de costumbre de los individuos.

 El campo está vacío. Los padres mandan a sus hijos al colegio para que sean empleados de banco. Porque también eso se ha degradado: La sabiduría. Que trabajen los brutos y que estudien los locos; el porvenir del género humano está detrás de un escritorio. Si sócrates resucitara, sería gerente.(Castillo; 1962)

Abelardo Del Castillo, establece lo mecanica que se vuelve la vida humana, después de la era industrial. Ya nuestro futuro no es arar los campos, es sentarnos en un cubículo de oficina a recibir órdenes. Nos hemos degradado tanto, que en esos términos medimos el éxito de una persona. Empieza a desvanecerse una de las necesidades axiológicas del ser humano; ser libre, porque ahora dependemos de una silueta superior para que nos someta. 

La actividad de la vida humana se reduce, entonces a lo que la industria quiere de nosotros. Sarte lo justifica de la siguiente forma: “Los objetos que median entre el individuo, y la sociedad, como el autobús de las 7:49, agrupan personas extrañas entre sí, reunidos solo por la función realizada; en este caso, por la espera del vehículo.” (Sartre;1960). Ya no nos relacionamos por gusto, si no por necesidad, esto empieza a causar una pérdida de identidad dentro de nosotros, que es afianzada por el hecho de que las máquinas están reemplazando nuestro trabajo. Este estado capitalista empieza a agruparnos, dividirnos, a quitarnos y darnos poder a su antojo, con el fin de someternos a unas reglas. Los seres humanos hemos perdido la esencia, y se ha convertido en rutina. Ya no caemos en cuenta de la vida repetitiva que estamos viviendo, y no se percibe de manera consciente la existencia. Tendemos a limitarnos y a tomar decisiones basadas en una mecanización. “Adquirimos la costumbre de vivir, antes que la de pensar. En la carrera que nos precipita cada día, un poco más, hacía la muerte” (Camus, 1942)

Es entonces que llegamos a la conclusión de que a pesar que la industrialización nos abre los ojos a una nueva realidad, llena de avances tecnológicos y globalización. También nos muestra un destino donde nos somete a una crisis de identidad, que se acentúa con el hecho de que nuestro trabajo manual, será reemplazado por máquinas. Dejándonos a la deriva de un trabajo netamente oficinista, donde pasaremos los días viviendo en una realidad repetitiva, y mecanizada. Vamos a vivir en lo que Camus plantea como una realidad absurda; viviendo todos los días lo mismo, hasta el día de nuestra muerte. Donde lo único que podemos hacer para remediarlo, es tratar de vivir la vida lo mejor que se pueda, aún sabiendo que vamos a vivir en un destino reiterativo moldeado por las bases de una industria.

El hombre absurdo dice "sí" y su esfuerzo no terminará nunca. Si hay un destino personal, no hay un destino superior, o, por lo menos, no hay más que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, sabe que es dueño de sus días. En ese instante sutil en que el hombre vuelve sobre su vida, como Sísifo vuelve hacia su roca, en ese ligero giro, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierte en su destino(Camus, 1942).

¿seremos en realidad dueños de nuestro propio destino?



Referencias:

Camus, A. (1942). El mito de Sísifo. Francia: Alianza Editorial.

Del Castillo, A. (1962). Las otras puertas. Also Sprach, el señor Nuñez. Buenos Aires, Argentina: Emecé.

Sartre, J-P.(1960). Crítica de la razón dialéctica. Francia: Losada.

Toffler, A. (1980). La tercera ola. Estados unidos: Bantam Books.




 

 




7 comentarios:

  1. Me llamo mucho la atención la pregunta planteada al final, y desde mi punto de vista diría que SI ya que el ser humano tiene la capacidad de crear su propio destino desde sus pensamientos, acciones y debe luchar para cumplir sus sueños y tener un destino que lo haga feliz, como dice un maestro Indio, Swami Sivananda "El hombre es dueño de su propio destino. Tú mismo por el poder de tu pensamiento, creas tu destino. Pero puedes anularlo si quieres. Todas las facultades, energías y poder están latentes en ti. Desarróllalas y hazte libre y grande".

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Me encanta tu visión positivista de la vida.
      Voy a contrariarte un poco.
      Para poder llegar a vivir una vida plena, es necesario un ingreso. Al menos para las cosas básicas, como; vivienda, carro, alimentación. Ese ingreso lo vas a recibir de tu trabajo, el cual a su vez, vendrá de tus estudios. Todo funciona como una cadena. Tú crees que fue tu decisión estudiar, y forjarte como una profesional. pero la realidad es que es necesario, porque así funciona el mundo. Si no estudias, y no te educas, probablemente no llegues tan lejos. (claro, están los cantantes, youtubers, etc. que no estudiaron una carrera, e igual son exitosos) Pero finalmente estos ejemplos le sirven al capitalismo, justo como nosotros lo haremos, en el momento que entremos a la vida laboral!
      Las decisiones que tomamos, son finalmente producto de aquello que nos han inculcado desde pequeños. Que debes trabajar, para poder ser alguien en la vida. Ahora bien, ¿esa fue la conclusión que tu forjaste?, ¿o que tus padres te forjaron?
      Piénsalo! :)

      Borrar
    2. Incluso, tus padres fueron influenciados a su vez por el mercado.

      Borrar
  2. Me parece muy importante. La pregunta ¿Seremos en realidad dueños de nuestro propio destino? es una pregunta compleja ya que por un lado talvez si somos dueños de nuestro propio destino porque tenemos la capacidad de superarnos, reproducirnos y salir adelante. Pero por otro lado pareciera que no porque en este país si luchamos por nuestros ideales y hacemos nuestras propias criticas y eso va en contra de la opinión o de lo que piensan nuestros gobernantes simplemente no estaría bien y ya lo tildan de "guerrillero "o que es "castrochavista" hay están en estos días los indígenas reclamando por un montón de injusticias y no solo ellos a todos nos a tocado entrar en paro para reclamar que se cumplan nuestros derechos como ciudadanos. Entonces para mi no esta claro si de verdad somos dueños de nuestro propio destino.

    ResponderBorrar
  3. Claro Maritza, también estamos limitados por el estado. Tienes razón. La verdad no lo había visto desde esa perspectiva.
    Pero si lo pensamos, el estado cumple su función coercitiva en ese sentido, pues nos limita, desde nuestra forma de pensar, hasta nuestra forma de actuar.

    ResponderBorrar
  4. Me parece muy interesante lo que argumentas, concuerdo que mirando desde perspectivas adentradas, ese proceso de industrialización masivo a contribuido a la pérdida de identidad de las personas, en cierto punto estamos olvidando la esencia de la vida, ¡vivir!, dejándonos influenciar por una metodología de industria de la cual muchas veces no tenemos idea que nos controla. Creo que factores como este han contribuido en que el humano descienda a una rutina en aspectos comunes como el trabajo y el colegio, convirtiéndose en un infierno diario para muchas personas.

    ResponderBorrar
  5. Concordando con lo que planteas, agrego en la misma dirección que el sentido de la vida ha cambiado gracias a la industrializacion y al pensar en las necesidades ambiciosas antes que en el disfrute y busqueda de una felicidad real fuera de los falsos eufemismos insertados en el pensamiento social por las elites mundiales. Nos hemos convertido en instrumentos de producción y en mano de obra barata que cree en los espejismos de riqueza alcanzables a través del como tu lo dices, trabajo interminable. Esta realidad, no deja más que un sinsabor, un poco desesperanzador que viéndolo desde el punto economista, e incluso desde las ciencias sociales y del ser humano, nos damos cuenta que hay mucho trabajo para hacer y mucho que mejorar con ello.

    ResponderBorrar