Jhoan
Lopez
El principal riesgo de bajar la tasa de interés de referencia es un alza del dólar que
afecte las expectativas de los agentes económicos. Cabe explicar que, según la
teoría económica al bajar la tasa de interés, ingresan menos dólares al país en busca de
rendimiento, y a menor oferta de moneda extranjera, mayor será su precio. Al
subir el dólar, se inicia el ciclo de ajuste al comportamiento del factor
inversión en las empresas, capitales y personas endeudadas en moneda extranjera, y
también presionados por los precios
intercambian a un costo de transferencia
mas elevado. Sumado a esto, la
recuperación de la economía del imperio del norte también jugaría en favor de
la apreciación de la divisa, pues se
dice que si la economía norteamericana está creciendo por encima del
mercado, es bien probable que en la actualidad los estamenes mundiales
financieros reviertan su política monetaria tremendamente
expansiva. Eso hará que las tasas de interés en EE.UU. suban más de lo que ya
están subiendo vía expectativa y especulación. En consecuencia se dejarán de ingresar y se retirarán dólares del
país, y los principales inversionistas institucionales financieros y los bancos se refugiarán en el dólar porque verán que es
más rentable en el futuro.
Es un tema muy sensible en el
mercado Colombiano, pues de acuerdo con JP Morgan, al reducir la tasa de interés de referencia,
las autoridades Nacionales revelan un
sesgo al crecimiento, minimizando cualquier preocupación por la inflación. En
este caso es necesario explicar que al
reducir el costo del crédito y estimular la demanda agregada, pueden generarse
presiones inflacionarias. Las proyecciones de inflación en el mediano y largo
plazo están firmemente ancladas a no darse el lujo de hacer política monetaria
expansiva porque la historia reciente no sugiere ser optimistas.
Entonces cual es el problema,
la respuesta, principalmente, es el
triunfo de las malas ideas. Es tentador argumentar que los fracasos económicos
de los últimos años demuestran que los economistas no tienen las respuestas. De
hecho, la verdad es peor, realmente, la economía estándar ofreció buenas
respuestas, pero los dirigentes políticos y el sistema y brazo capital del
mundo eligieron olvidar e ignorar lo que debieron haber sabido, a costa de sus
intereses económicos de poder.
Ejemplificando un poco la situación, la crisis
financiera en Estados Unidos llevó, a
través de diversos canales y medios, a una caída drástica en el gasto privado
debido a que la inversión doméstica se
desplomó a medida que reventó la burbuja de la vivienda; los consumidores
empezaron a ahorrar más conforme se evaporó la riqueza ilusoria creada por la
burbuja, mientras persistía la deuda hipotecaria. Y esta caída en el gasto
privado llevó, inevitablemente, a una recesión mundial.
la economía no se puede tomar como un
sistema sencillo del ejercicio de la praxis es decir, Una familia puede decidir gastar menos y tratar
de ganar más. Sin embargo, en la economía en su conjunto, el gasto y los
ingresos van juntos: mi gasto es su ingreso; su gasto es mi ingreso. Si todos
tratan de recortar el gasto al mismo tiempo se desploman los ingresos y aumenta
el desempleo.
La estrategia es tratar de
implementar e impartir un impacto
financiero más reducido, para evitar catastrofes económicas como las
ocurridas en la quiebra del punto y coma a finales de los
1990, y en ultimas instancia poder evitar la
reducción en las tasas de interés, factor principal de la crisis de 2008, la cual fue mucho mayor e, incluso, la reducción de
las tasas hasta cero no fue para nada suficiente.
En ese momento los gobiernos
necesitaron intervenir gastando para apoyar a sus economías, mientras que el
sector privado recuperaba su balance. Y, hasta cierto punto, sí sucedió, pues los ingresos cayeron drásticamente en la
crisis, pero el gasto aumentó en realidad conforme se expandieron programas asumiendo
el rol de extencionalidades subisidiarias como el seguro por desempleo, entre
otros estímulos. Aumentaron los déficits
presupuestarios, lo cual, en realidad, fue bueno, probablemente la razón más
importante por la cual no tuvimos una completa repetición de la Gran Depresión.
Sin embargo, todo salió mal en 2010. La crisis en Grecia se tomó,
equivocadamente, como un signo de que sería mejor que todos los gobiernos
recortaran de inmediato el gasto y los déficits.
La austeridad se convierte en el
cotidiano dia a día, y los supuestos expertos que debieron ser sensatos
aclamaron el proceso, mientras que se ignoraron las advertencias de algunos
economistas que no comparten los intereses del sistema, en cuanto a que la
austeridad arruinaría la recuperación. Por ejemplo, el presidente del Banco
Central Europeo afirmó con confianza que “la idea de que las medidas de
austeridad podrían disparar el estancamiento es incorrecta”. Bueno, un completo
sofisma literal.
el principal representante
financiero del mundo, el FMI propone de hecho la entusiasta metolodologia de
la austeridad bajo las reglas de la
presión de los dueños del sistema, al grado en el que se dice que dicha estrategia estuvo
equivocada, y merece que se le reconozca
su disposición a replantear su posición a la luz de la evidencia. Pues Los dirigentes europeos, habiendo creado un
sufrimiento en el mismo rango de una depresión en los países deudores, sin
restablecer la confianza financiera, todavía insisten en que la respuesta es
todavía más dolor. El actual gobierno británico, que eliminó una recuperación
prometedora al recurrir a la austeridad, se niega completamente a considerar la
posibilidad de que haya cometido un error.
Por su parte en Estados Unidos, los republicanos insisten
en que usarán la confrontación por el techo de endeudamiento, una acción profundamente
ilegítima en sí misma, para demandar recortes al gasto, lo que nos llevaría de
vuelta a la recesión. La verdad es que acabamos de experimentar un colosal
fracaso de la política económica, y son demasiados los responsables de ese
fracaso que conservan el poder y se niegan a aprender de la experiencia.