Lisseth
Yohana Lozano Díaz
El
análisis que me dispondré a hacer tiene como objetivo central desdeñar, a groso
modo, los distintos paradigmas que existieron o coexistieron en determinada
época pues, es de esta manera, como se logra ver un paralelo con el texto que
ha servido de guía para la elaboración de este texto, la tercera ola de Alvin Toffler,
ya que la implementación o la llegada de un nuevo modelo económico no se da de
la noche a la mañana ni tampoco se establece con el aval de todos y cada uno de
los afectados. Es, en ese entendido, como se va a realizar este corto escrito.
Se tomará como punto de referencia el siglo pasado y lo que llevamos corrido de
este pues en un periodo histórico de más de 117 años podremos ver cómo las
lógicas del mercado, así como también los modelos económicos y las fuerzas
productivas se han venido transformando atendiendo a las necesidades y deseos
cambiantes y crecientes de las sociedades modernas.
Para
empezar, nos ubicaremos a inicios del siglo XX, en donde por antonomasia la
economía clásica era la que daba explicación a los problemas y a las cuestiones
del momento. Se creía en equilibrios parciales. Se creía que el mercado y sus
fuerzas eran capaces por sí mismas de regular las actividades económicas pues
cualquier crisis y desestabilización de la economía se superaba con el pasar
del tiempo pues los precios y las cantidades producidas o dicho desde otra
perspectiva, los demandantes y los oferentes, llegarían a un acuerdo, por así
decirlo, y se alcanzaría de nuevo la situación idónea, la de equilibrio. Esta
teoría económica y los principios bajo los cuales se sustentaba eran
básicamente los postulados teóricos de Adam Smith, David Ricardo, Malthus,
Mill, Bautista Say entre otros.
Con
el pasar del tiempo y teniendo siempre en cuenta que a medida que las
sociedades van evolucionando suelen ir apareciendo nuevas y mayores
dificultades en todo ámbito que hacen transformar tanto a los seres humanos y a
su manera de entender el mundo como a la manera de actuar en los mercados y en
el sistema, se presentó la gran crisis del 29, más que cualquier cosa, por
desconocimiento del poder que tienen los sistemas bancarios. Tal hecho hizo que
estos sistemas colapsaran conllevando a que las personas perdieran sus ahorros,
las empresas pararan la producción, despidieran empleados, el consumo cayera,
la inversión se disminuyó y la demanda agregada en su totalidad cayera. La
sociedad entró en crisis, el hambre se hacía notar con mayor fuerza y la teoría
económica no podía explicar lo acontecido. Ahora bien, si todo estaba tan bien
estructurado y tan bien explicado, ¿por qué la economía clásica de ese entonces
no fue capaz de explicar los fenómenos que estaban sucediendo? Las respuestas
son múltiples, pero fundamentalmente porque los constantes cambios en el
aparato productivo hicieron que la teoría quedara insuficiente para atender con
dicho problema. Fue así como surge y toma auge los postulados keynesianos ya
que dándole un papel mucho más representativo al Estado y ampliando su espectro
de intervención se logró salir de la crisis mundial.
La
teoría keynesiana jugó un papel importante pues aumentando el gasto público y
maniobrando la tasa de interés se logró estimular de nuevo la inversión y se
hizo que la demanda agregada aumentase de nuevo, llevando a que la economía en
términos generales estuviese mejor, aunque también iba en aumento el déficit de
los estados. Este paradigma o nuevo modelo se consolidó frente a la economía
clásica ya que daba explicación a los nuevos fenómenos y problemas.
Continuando
con el análisis y ubicándonos más o menos en las décadas de los 70 y los 80, la
teoría keynesiana halló dificultades y limitaciones lo cual ocasionó la
búsqueda de nuevas alternativas. Fue así como el modelo neoliberal comenzó a
tomar fuerza, más que todo en Estados Unidos y Gran Bretaña. Lo que sucedió fue
que se retomó en cierto sentido con la economía clásica y el principio
fundamental de la mano invisible, premisa que exige que buscando el bienestar
personal se logrará el colectivo. Claro está que en estas nuevas lógicas a las
que atiende la economía hay que añadirle muchas otras cuestiones que no fueron
tan fructíferas para todos los países, por ejemplo y por solo citar un ejemplo,
la competencia a la que se expusieron las industrias dado que el modelo
económico neoliberal impone que es necesario quitar o disminuir en lo posible
con las barreras arancelarias que en últimas lo que hacen es cuidar la
producción local de la extranjera; pues bien, sin ese tipo de protección las
empresas y las industrias entran a competir con gigantes que ya están muy bien
posicionados en los mercados conllevando a que el débil tienda a desaparecer.
Algunos
países vivieron épocas de auge muy significativas, otros no tanto; lo cierto
aquí fue que llegado los años de 2008 se vivió otra gran crisis, la crisis
financiera. Aquí, el sistema bancario nuevamente entró en jaque y solo fue
posible salir del meollo con ayuda estatal, en otras palabras, retomando a
determinados principios keynesianos, aunque incluso así, aún se viven rezagos
de dicha depresión.
Por
último y ya llegando al segundo decenio del siglo XXI, podemos ver que existen
tendencias a un nuevo cambio de paradigma y de modelo, ya que el deterioro
ambiental que se ha venido ocasionando desde los dos últimos siglos está
ocasionando estragos y todo por fundamentar el crecimiento y el desarrollo a
costa del daño y deterioro de nuestro medio ambiente. A corto y a mediano plazo
será condición necesaria la llegada de una nueva manera de entender el mundo
económico pues el sistema, así como va, no podrá sostenerse por mucho tiempo.
Como
conclusión se dirá que el libro, la tercera de Toffler, es muy pertinente y es
insumo suficiente para entender las lógicas del cambio a lo largo de la
historia pues, así como se plantea en esas líneas, a medida que las sociedades
van evolucionando tienen que ir coexistiendo con otros modos de entender el
mundo o, en otros términos, se va dando un choque de olas. La gran cuestión
ahora será, el sistema actual, ¿con que nueva ola chocará?
REFERENCIAS Y FUENTES
muy bueno el texto, me gusta la manera como relacionas el cambio de paradigmas economicos con las crisis del 29 y la del 2008, muestras como el paradigma dominante de la época se queda corto ante los problemas que se le plantearon (teoria neoclasica) transición a teoria keynesiana. Pienso que es un claro ejemplo de como las teorías que rigen un sistema económico deben cambiar en la medida que la sociedad lo exige.
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