Alice
Juliana Molano Muñoz
“…Hemos guardado un silencio bastante
parecido a la estupidez…” (1809).
Eduardo
Galeano comienza su libro “Las venas abiertas de América Latina” planteándonos la frase citada anteriormente,
con esto nos hace repensar acerca del país en el que vivimos. Al parecer
habitamos un cuerpo gigante “saludable”
donde el sistema que lo mantiene en funcionamiento (estado), está
generando un peso incalculable para la
sociedad que mantiene este cuerpo en pie y equilibrio. Pero de algún modo los
ciudadanos queremos llegar a buscar en este cuerpo (Colombia) la plena
salutífera de todo aquello que nos oprime y nos acongoja. Estanislao Zuleta propone que queremos poseer una doctrina global capaz
de dar cuenta de todo, revelada por espíritus que nunca han existido o por caudillos
que desgraciadamente si han existido (2015). Con todo ello se podría vislumbrar
que Colombia quiere llegar a buscar un “paraíso” que nos venden los países de
primer mundo, así mismo Estanislao nos expone una crítica sobre esto tan
anhelado “paraíso” que nuestro país desea alcanzar y nos vende una idea encaminada hacia la dificultad: “Adam y sobre todo Eva, tienen el mérito original de
habernos liberado del paraíso; nuestro pecado es que anhelamos regresar a él “(2015). En lo
que representa a la dificultad no es de negar que en Colombia se ve una línea a
través del tiempo que esto incrementa y sin embargo este cuerpo sigue
reteniendo un silencio de sufrimiento, pero aquí es donde planteo lo siguiente:
¿Colombia
está en capacidad de soportar más sufrimiento o está dispuesta a romper sus
cadenas y generar un avance que signifique un cambio importante en su historia?
Si
bien es cierto existen muchos factores influyentes para el desarrollo de una
nación, Daron Acemoglu y James Robinson plantean que
una nación debe destinar los incentivos
suficientes para que la sociedad se interese en un avance socio-económico donde
el pueblo no falle, según ellos , el poder no puede estar siempre ligado al
fracaso (2013). Con esto está claro que en Colombia existe cierta antipatía
hacia la política que históricamente hemos tenido, ya sea porque el sistema político
Colombiano no invierte recursos para el
bien común, o porque estamos en una estructura donde el poder tiende a una
frustración. Pero a pesar de esto la sociedad y como se planteaba
anteriormente, es la que tiene en pie y equilibrio a este cuerpo, está en un
momento crucial pues lo anormal se está
convirtiendo en normal caso tal es el da la corrupción que desde décadas ha
estado presente en nuestro sistema y sin
embargo ya es “normal “lo que en ciertas partes del mundo no está bien visto,
tal vez esto se tienda a ver normal por lo que nos plantea Daron Acemoglu y
James Robinson en cuanto a que el poder no puede estar siempre ligado al
fracaso, entonces la sociedad en la actualidad se podría estar viendo afectada
por este factor influyente en todo estado . Por lo tanto Colombia está atada a
unas cadenas de desarrollo que se oprimen y no se sueltan, este proceso es
vital para conseguir un cierto “paraíso “donde se den condiciones suficientes
para llevar a cabo un proceso de transformación. Es de señalar que el
desarrollo sería un canal fundamental para que Colombia avance y no soporte más
sufrimiento.
Entonces,
mientras se sigan oprimiendo más estas cadenas hacia el cuerpo, Colombia seguirá estando en un
estado de sufrimiento que aunque lo estemos viviendo no se generan maneras para
su apropiado manejo. Según Eduardo Galeano el subdesarrollo de América Latina
proviene del desarrollo ajeno y continua alimentándolo (1971), por ello
Colombia sigue un desarrollo impropio donde sus avances son insignificantes y
hasta cuando no se cambie esto en este cuerpo gigante se verá sometido al
sufrir.
Para
finalizar a Colombia le quedan grandes retos como lo es el avance ideológico
pues por causas como hacer lo anormal normal está en duda la transformación de un país próspero para
todos y donde la gente sea incluyente. Ahora bien no somos un país ajeno a las dificultades,
si bien es cierto Colombia pasa por muchas no solo en lo que a cada persona le
incumbe sino en lo general. Después de todo lo planteado no está claro el
futuro de este cuerpo pero es ahora de hacer conciencia de todo lo que sucede
día a día. El movimiento de lo social nos dará una visión clara de un panorama
afrontado en la actualidad.
Bibliografía
Galeano, E. (1971). Las venas abiertas de America
Latina . En E. Galeano, Las venas abiertas de America Latina (pág. 3).
Calella, Bacelona : Siglo X España .
Galeano, E. (1971). Las venas
abiertas de America Latina . Calella,Barcelona : Siglo X Esapañ .
Robinson, D. A. (2013). Por què
fracansan los paìses . Deusto, España : Deusto .
Zuleta, E. (2105). Elogio a la
dificultad. Bogota, Colombia: Ariel.
¡Hola!
ResponderBorrarConsidero un gran acierto traer a colación estos cuatro autores, en ellos es posible hallar un punto en común. Me refiero a la perspectiva social humanística que en este caso aplica satisfactoriamente en la ciencia económica, más específicamente en el desarrollo económico. Como conocedor de los autores que manejas, me es posible opinar a conciencia como sujeto discursivo.
Primero que todo, es de resaltar la conjunción que haces de la perspectiva institucionalista y las corrientes humanísticas latinoamericanas. Esto ya se ha visto en la teoría del dependentismo, y tus conclusiones no pueden ser más que acertadas, pues vivimos en una época que demanda un reconocimiento histórico de lo ocurrido, que el subdesarrollo no es una condición de atraso económico per se, sino que existe un centro y una periferia, donde esta última franja que circunscribe los países tercermundista, alimenta lo que se ha denominado un “capitalismo salvaje”. Es de resaltar el papel que adjudicas a la sociedad colombiana, pues yo también considero que vivimos cubiertos por el velo de la ahistoricidad y la ensoñación que demandan un mínimo esfuerzo por parte de nuestros compatriotas. Es decir que somos el problema y la solución al mismo tiempo; hace falta amalgamar una ideología progresista del desarrollo, y tomar conciencia de que el estado es la representación de nuestra propia idiosincrasia, que nos ha llevado en palabras de Pierre Bourdieu a la aceptación de una violencia simbólica, que no es más que la normalización de pautas belicosas como lo es el nuevo liberalismo amparado bajo los que se supone que deben ser nuestros protectores.
En fin, el agente de cambio somos nosotros, la base jerárquica de la organización que conocemos como sociedad. Sólo si nos constituimos como cuerpo integro, podremos llegar a aspirar al paraíso, o mejor dicho a librarnos de él.
P. D.
Si bien el texto es coherente, deja ideas inconexas que se pudieron profundizar a cabalidad, en todo caso enhorabuena.