Isabelle Vanessa Tintinago.
Pensar en el futuro hace parte de todos. Cada
uno de nosotros hemos imaginado o nos hemos preguntado alguna vez, qué puede
pasar dentro de unos pocos o varios años.
Podemos guiar nuestros pensamientos con lo que
vemos y con lo que vivimos, de acuerdo a nuestras experiencias podríamos
esperar un futuro placentero o no tener tanta esperanza en el cambio; también
podemos relacionarnos con lo que los productores plasman y nos enseñan en sus
películas, que pueden de cierta manera crear un miedo al futuro, un miedo a lo
desconocido, un miedo a lo que pueda pasar, ya que algunas películas pueden
tratarse de destrucción, o incluyendo otra visión del mundo, la de la religión,
que de cierta manera puede ser una visión conservadora, relatándonos un fin de
la humanidad.
La revolución industrial, dio paso al
capitalismo, el capitalismo llego a romper con los estándares en los que se
encontraba una sociedad, en la línea del tiempo, la sociedad agrícola, implantando
su modo de producción, la industria, la fábrica, con ello la importancia del
tiempo, ya que todos los trabajadores debían estar a tiempo en sus trabajo, la
división del trabajo, trabajos repetitivos, creando la especialización de los
mismos, y éste ha estado presente hasta
la actualidad, con sus pros y contras, pero cuando nos encontramos inmersos
dentro de una realidad, es un poco difícil definirla y saber por qué situaciones
estamos pasando, tanto que podemos pasar por alto sucesos que pueden ser
importantes en la historia, como lo puede ser en este momento, el acuerdo de
paz.
Entonces ¿será que todavía nos encontramos
dentro del capitalismo o estamos haciendo transición a un nuevo modo de
producción?
Sabemos que se han estado presentando problemas,
discusiones y desequilibrios económicos, políticos y sociales, Toffler podría
catalogar estos cambios, como características de una nueva ola, una nueva ola
que está emergiendo, propone el derrumbamiento de todo lo existente para dar
paso a cosas nuevas y mejores.
Con ese interés de querer saber qué es lo que
puede pasar a futuro, podemos evidenciar dos grupos de personas que de acuerdo
a sus intereses personales y experiencias, tienen unos pensamientos diferentes;
nos encontramos en un momento del tiempo donde compartimos con personas que
vienen, por decirlo de alguna manera, de
la segunda ola y se están relacionando con los que tienen un pensamiento
diferente que serían los de la tercera ola o “sociedad superindustrial” con
esta situación, existen algunas personas que no ven el futuro de buena manera, personas
que pueden estar un poco aferradas al pasado y creen que estos cambios no son
buenos para la sociedad, por el contrario, el otro grupo de personas son las que
esperan con ansias el futuro. Asimismo, el futuro puede convertirse en una
ilusión, ya que es un determinado tiempo que no se ha vivido, pero puede que se
convierta en un futuro esperado o en una decepción.
Con la idea que ha propuesto Toffler podríamos
creer que del surgimiento de estos conflictos se va a crear una nueva forma de
vivir, una nueva sociedad, se van a transformar los modos de producción,
etc. Y nos dice “Muchas cosas de esta emergente civilización contradicen a la vieja
civilización industrial tradicional. Es, al mismo tiempo, altamente tecnológica
y anti industrial.” (Toffler, 1979) .
Dentro del imaginario del futuro, para los que
piensan en poder mejorar el planeta, esta frase se puede convertir en una frase
de esperanza, porque nos quiere decir que se le daría la oportunidad al planeta
de poder renovar sus fuentes naturales creando con la tecnología, modos de
producción y fuentes de energía amigables con la naturaleza, sin tener que
explotarla llegando al nivel de extinguirla, extinguiéndonos a nosotros mismos;
otros no piensan así y creen que el mundo va a decaer y se va a acabar, que no
vamos a ser capaces de crear estas nuevas formas o no nos vamos a concientizar a
tiempo para poder cambiar.
Una serie de conflictos nos rodean y se pueden
convertir en algo “imposible” de solucionar, parece que no se sabe por dónde
comenzar, porque todos tienen su razón de ser y su importancia, y estas buenas
intenciones de querer seguir con este cambio pueden derrumbarse y convertirse
en un hacer nada y no se trata de un hacer nada solo físicamente, sino
psicológico, tenemos muchas malas costumbres y pensamientos que podríamos
cambiar.
Para poder ponerle frente a estas situaciones
podríamos comenzar con la aceptación. Si hablamos de que esta nueva ola llega a
imponer sus condiciones, no queda más que aceptarla y continuar; un ejemplo
para esto podría ser el concepto de familia, en la actualidad la familia ya no
está constituida por la familia nuclear, se están creando diferentes tipos de
familia, y así sucede con todo; con un ejemplo así de simple se puede reconocer
que no todo el mundo está de acuerdo con la idea de la diversidad de las
familias, pero si el mundo está en un constante cambio, podríamos aceptar estas
nuevas condiciones de vida, que pueden favorecer a muchos y que al final de
cuentas, no perjudican a nadie.
Pero nos estamos acabando unos con otros y
¿qué tal si estos conflictos sean solo el comienzo de un gran cambio y la
situación empeore aún más para luego poder notar un verdadero cambio?
Existen muchas posibilidades para este
esperado futuro, pueden existir tantas como las personas que habitamos este
planeta, teniendo en cuenta que cada uno de nosotros tiene su diferente forma
de pensar, se podría proponer de una buena manera el estar abiertos a cualquier
cambio que se presente para poder mejorar, sin olvidar que nosotros somos la
base de todo, por lo tanto, podemos tomar decisiones para nuestra vida futura.
Referencias
Toffler, A. (1979). La tercera ola.
https://cruceshernandezguerra.wikispaces.com/file/view/La+tercera+ola.pdf
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