Julián Andrés
Palacios
Seguro
habrás oído la dichosa frase de quien gana la guerra cuenta la historia, que no
es más en resumidas cuentas, que el narrador de los hechos, es quien detenta
poder hegemónico, llámese conquistador, ilustrado o clérigo. Pues bien, el
mundo medieval estuvo habitado por una sociedad entrañable pero lamentablemente
analfabeta, y por lo tanto sus registros históricos son huellas que se han perdido
a través de los tiempos. Por suerte algunos historiadores se han preocupado por
rescatar las voces de aquellos a los cuales les fue vedado el derecho de contar
su propia historia, me refiero específicamente a la cultura popular. Obras como
las de Mijaíl Bajtín y Carlo Ginzburg, intentan desentrañar un mundo que no
debería sernos tan ajeno, y “El Nombre de la Rosa” no debería ser la excepción.
Un
tópico de la obra es sin duda el papel de la risa, este gesto tan carnavalesco,
propio de la cultura popular, presente en un texto aristotélico que Jorge de
Burgos trata de ocultar a la vista de los curiosos llevándolos a la muerte, no
es más que una alegoría al pululante ideal oscurantista que rigió el medioevo.
La restringida entrada a la biblioteca, el misterio que envuelve la obra, no
son más que la punta del iceberg. Por ello volviendo al populacho, cabe resaltar
la figura de Salvatore, resalta a la vista su amorfo cuerpo e ininteligible
habla, de cómo trae jovencitas para el deleite carnal del cillerero y su pasado
herético, sin obviar el papel que juega la cocina dentro del imaginario
popular, ocurriendo una escena sexual en esta instancia. Salvatore es la
antítesis de Burgos, que a su vez la biblioteca lo es de la cocina. No es mera
casualidad que Umberto Eco lo haya hecho así, es la vida corporal, que se
compenetra con otros cuerpos, de la masa cultural que entra en conflicto con la
escolástica de las ordenes monásticas, que en un contexto histórico más general
también beligeran frente a las ordenes mendicantes, representadas en los
ideales de pobreza de Guillermo de Baskerville.
En mi
opinión digo que la novela es un fiel retrato de época, no sólo por su
iconografía y su contexto histórico, sino porque posee todo lo que una buena
novela debe poseer; sustancia. Y esa crema y nata del género literario, no es
más que la osadía de decir las verdades en la cara, de cómo la ramera de
babilonia liquidó la cultura popular.
El mapamundi y el imaginario medieval
Permítame
convenientemente declarar una relación análoga entre la novela de Umberto Eco y
la concepción medievalista del mapamundi, que hace hincapié no menos en la
conjunción del espacio-tiempo que en la geografía cartográfica. Es sin duda una
ardua tarea, y he de disculparme que las relaciones que establezca sean
deliberadamente circunstanciales o parezcan extremadamente rebuscadas, en todo
caso a continuación procedo a dilucidar mi subjetiva concepción.
Algo
que llama la atención a la llegada de Adso a la abadía (anexo A), es el estupor
que le genera el leviatán que es el edificio principal apegado a las faldas
montañosas. Esta característica septentrional de majestuosidad y calculada
ubicación (teniendo en cuenta que la biblioteca y el scriptorium se encuentran
en las plantas altas) nos puede permitir hacer un paralelo con la obra de
Salterio (anexo B), fiel representante del ideario de mapamundi medieval. Por
una parte el edificio y gran baluarte de la abadía ubicado superiormente,
representa un estadio ulterior al humano, divino si se podría decir; en él se
guardan la palabra y el conocimiento, el cual no es accesible a todos. También
es la génesis del pecado del hombre que aspira a lo divino; antes fue un fruto,
hoy es un libro. Los misterios de la biblioteca desatan el crimen, que es la
trama central de la historia, hombres que creían en dios pero pactaron con el
diablo.
Debajo
la biblioteca prohibida encontramos el scriptorium, un estadio intermedio entre
la nobleza de la biblioteca y lo mundano de la cocina de la planta inferior. En
este lugar se representan las almas de estos monjes escribanos que transitan
entre los recintos adquiriendo conocimientos, sin embargo vedados por una
autoridad superior. Un jardín del edén donde sin duda se poseen privilegios,
habitado por un dios intransigente (Jorge de Burgos). Paralelamente vista la
abadía desde el exterior, la parte central corresponde a la iglesia,
análogamente podemos decir en un mundo católico, que sin duda es la Jerusalén,
bastión de las expediciones de los cruzados, símbolo del mismísimo cristo.
Bajo
el centro del mapa hallamos el dormitorio y periféricamente los sitios del
quehacer laboral y cotidiano, la herrería, el chiquero etc. En el edificio
principal en la planta inferior, la cocina. Esta es ineluctablemente la zona
concupiscente de la abadía, en ella se desenfrena el deseo carnal (el
cillerero, Salvatore y Adso) y en ella habitan los trabajos de baja alcurnia,
es el propio vulgo que arderá literalmente al final de la novela,
convirtiéndose en el mismísimo infierno.
Finalmente
retrocediendo a la biblioteca, encontramos que esta representa un laberinto con
referencias a un mundo tripartito, que aunque diferente, es comparable al
modelo de T-O, un tipo de mapamundi de corte teológico medieval (anexo C). En
primer lugar descubrimos un polígono que en sus dos cuartos izquierdos localiza
a la Europa central y peninsular (Germania, Gallia, Roma e Yspania), el cuarto
superior derecho Asia (Judae), y África norte en el cuarto inferior derecho
(Egyptus), donde se encuentra la famosa sección prohibida del Finis Africae.
Como
conclusión no me queda nada más que decir que la abadía involucra una
yuxtaposición tanto estructural como narrativa, acoplándose (en mi opinión) a
la idiosincrasia del mapamundi medieval.
Referencias bibliográficas:
Eco,
U. (2013). El nombre de la rosa. Colombia:
Penguin Random House.
Bajtín,
M. (2003). La cultura popular en la Edad
Media y en el Renacimiento: el contexto de François Rabelais. España: Alianza
Editorial.
Vignolo,
Paolo. El mapamundi medieval. Historia
medieval. Universidad Nacional de Colombia. 10 de abril de 2016
Anexo A (mapa de la abadía)
Mapa de la abadía. [Mapa].
Recuperado de https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguwkQSBh__TsLROQIoUUtdDOjx4deP6y_Qq3DhEwCu0vh_s0z4SzwnZFxlwlDe_QQYAURLXDCxVYPYVqKGFRSYvLrF157DWk6cQJVa-0eZx5u9n8z0xzrfR3Kk2DGnQ3ZySY9o1NMFudF0/s400/haft_abbey.gif
Anexo B (mapamundi de Salterio)
Salterio.
Mapamundi. [Mapa]. Recuperado de http://www.arteguias.com/artesaniamedieval/g-mapasalterio.jpg
Anexo C (mapa de la biblioteca)
Mapa de la biblioteca. [Mapa].
Recuperado de https://image.slidesharecdn.com/towards-a-crosscontext-ia3434/95/towards-a-crosscontext-ia-19-728.jpg?cb=1190786261
No hay comentarios.:
Publicar un comentario