Por: Leonardo Fabio Muñoz
Analizando el
imperante mundo en el que vivimos podemos dar cuenta que las expectativas del
futuro son inconsistentes y
escatológicas, esto debido a la problemática ambiental que se ha generado por
la globalizada industrialización. Pero
esto no siempre fue así, no hace poco parecía plausible la idea de que con las
industrias nos iba a esperar un futuro prometedor “...vieron en la naciente civilización industrial la potencialidad de
lograr paz, armonía, pleno empleo, igualdad de riqueza...” (Toffler,
1980)
Hace poco
cambiamos de chip, ese que permite que tengamos ciertos comportamientos,
concepciones y actitudes en esta sociedad, siempre guiados por principios tales
que nos proporcionaran un ideal de vida y proyección.
Los industriales
en su afán de conquista por la mente humana dieron un vuelco a nuestra manera
de pensar, inculcaron un código basado en principios que les proporcionarían
beneficios inconmensurables. La separación entre consumidores y productores la
cúspide de todo, se usó la educación, la distintas especializaciones, la
predisposición a estar sincronizados por el reloj, todos y cada uno de ellos en
aras de masificar al hombre, preparándolo para un inminente mundo
industrializado. La creación de un mundo no ambiguo era la misión.
En la
actualidad notamos que el sistema en el que vivimos no puede dar respuestas a
muchos interrogantes y que una pronta crisis está cerca. Ante estas
eventualidades es necesario establecer otro paradigma que dirija a la humanidad
a buen puerto, o tal vez al mejor posible.
Es bien vista
la naturaleza humana en el crecimiento económico. Para Adam Smith la codicia
perse genera crecimiento, dado que al hacerme rico puedo ayudar a otras
personas, el problema persiste en los métodos en los cuales una persona amasa grandes fortunas. Si
consideramos a las grandes industrias químicas y metalúrgicas notamos que en sí, son generadoras de empleo,
pero que el daño ambiental ocasionado es crítico.
Ya son millones
de personas que han cambiado su manera de concebir el mundo. Los gobiernos han
empezado a apostarle a los avances científicos que estén no orientados a
degradar el medio ambiente, además de incentivar económicamente a empresas
ambientalistas.
En Colombia
también se está impulsando dichas propuestas “crecimiento verde”. Esta es una
apuesta a mejorar la economía haciendo uso eficiente de los recursos naturales
agua y suelo. Dado que se reportan muchas pérdidas por el mal uso que se les
brinda. “... que busca impulsar mercados y productos que promuevan el
crecimiento económico a partir del uso sostenible de la biodiversidad, los
bosques y el fomento de las energías renovables no convencionales que se
conviertan en fuentes de empleo, de generación de ingresos, y que permitan
diversificar la oferta productiva y exportadora del país...” (Jorge, 2017)
Para concluir
como vemos estamos proyectando nuestro futuro de manera distinta, y este cambio
en el pensar es confuso lo cual implica que estamos viviendo un choque de olas,
del cual esperamos transformar el mundo para dejar de lado la extravagante
explotación a nuestros recursos renovables y esta sea lo más humana
posible. “Este conflicto es la superlucha por el mañana” (Toffler, Ricachones y asesinos, 1980)
Referencias
bibliográficas:
Toffler, A.
(1980). La tercera ola. Colombia: Plaza & Janés.
http://www.elespectador.com/noticias/economia/colombia-apuesta-el-crecimiento-verde-articulo-677182
Buenas tardes!
ResponderBorrarEstoy de acuerdo con lo que planteas, la manera de evolucionar no ha sido sana ya que ha afectado de manera directa a nuestro ecosistema pues estamos matando nuestro planeta explotándolo de una manera catastrófica, muchas de las industrias han reaccionado buscando la mejor solución para seguir con su producción pero de manera limpia sin contaminación, aunque claro nuestro planeta ya está afectado y para eso ya no hay solución, sin embargo la producción limpia es la mejor opción para mantener nuestro planeta sano.