martes, 21 de marzo de 2017

VIVIENDO EN LA PREMISA REVOLUCIONARIA






Por: Leonardo Fabio Muñoz



Analizando el imperante mundo en el que vivimos podemos dar cuenta que las expectativas del futuro son  inconsistentes y escatológicas, esto debido a la problemática ambiental que se ha generado por la globalizada industrialización.  Pero esto no siempre fue así, no hace poco parecía plausible la idea de que con las industrias nos iba a esperar un futuro prometedor “...vieron en la naciente civilización industrial la potencialidad de lograr paz, armonía, pleno empleo, igualdad de riqueza...” (Toffler, 1980)

Hace poco cambiamos de chip, ese que permite que tengamos ciertos comportamientos, concepciones y actitudes en esta sociedad, siempre guiados por principios tales que nos proporcionaran un ideal de vida y proyección. 

Los industriales en su afán de conquista por la mente humana dieron un vuelco a nuestra manera de pensar, inculcaron un código basado en principios que les proporcionarían beneficios inconmensurables. La separación entre consumidores y productores la cúspide de todo, se usó la educación, la distintas especializaciones, la predisposición a estar sincronizados por el reloj, todos y cada uno de ellos en aras de masificar al hombre, preparándolo para un inminente mundo industrializado. La creación de un mundo no ambiguo era la misión.

En la actualidad notamos que el sistema en el que vivimos no puede dar respuestas a muchos interrogantes y que una pronta crisis está cerca. Ante estas eventualidades es necesario establecer otro paradigma que dirija a la humanidad a buen puerto, o tal vez al mejor posible.

Es bien vista la naturaleza humana en el crecimiento económico. Para Adam Smith la codicia perse genera crecimiento, dado que al hacerme rico puedo ayudar a otras personas, el problema persiste en los métodos en los cuales  una persona amasa grandes fortunas. Si consideramos a las grandes industrias químicas y metalúrgicas  notamos que en sí, son generadoras de empleo, pero que el daño ambiental ocasionado es crítico.

Ya son millones de personas que han cambiado su manera de concebir el mundo. Los gobiernos han empezado a apostarle a los avances científicos que estén no orientados a degradar el medio ambiente, además de incentivar económicamente a empresas ambientalistas.

En Colombia también se está impulsando dichas propuestas “crecimiento verde”. Esta es una apuesta a mejorar la economía haciendo uso eficiente de los recursos naturales agua y suelo. Dado que se reportan muchas pérdidas por el mal uso que se les brinda. “... que busca impulsar mercados y productos que promuevan el crecimiento económico a partir del uso sostenible de la biodiversidad, los bosques y el fomento de las energías renovables no convencionales que se conviertan en fuentes de empleo, de generación de ingresos, y que permitan diversificar la oferta productiva y exportadora del país...” (Jorge, 2017)


Para concluir como vemos estamos proyectando nuestro futuro de manera distinta, y este cambio en el pensar es confuso lo cual implica que estamos viviendo un choque de olas, del cual esperamos transformar el mundo para dejar de lado la extravagante explotación a nuestros recursos renovables y esta sea lo más humana posible.  “Este conflicto es la superlucha por el mañana” (Toffler, Ricachones y asesinos, 1980)



Referencias bibliográficas:

Toffler, A. (1980). La tercera ola. Colombia: Plaza & Janés.

http://www.elespectador.com/noticias/economia/colombia-apuesta-el-crecimiento-verde-articulo-677182




1 comentario:

  1. Buenas tardes!
    Estoy de acuerdo con lo que planteas, la manera de evolucionar no ha sido sana ya que ha afectado de manera directa a nuestro ecosistema pues estamos matando nuestro planeta explotándolo de una manera catastrófica, muchas de las industrias han reaccionado buscando la mejor solución para seguir con su producción pero de manera limpia sin contaminación, aunque claro nuestro planeta ya está afectado y para eso ya no hay solución, sin embargo la producción limpia es la mejor opción para mantener nuestro planeta sano.

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