Astrith Carolina Alba
Monje
La
configuración partidista nacional ha estado anclada a familias políticas, es
decir a linajes de parentesco y de lealtad. Durante el bipartidismo los
partidos conservador y liberal ejercieron de forma exclusiva el poder. Ambos
partidos políticos nacidos a mitad del siglo XVIII son producto de una herencia
ideológica propia de fracciones bolivarianistas y santanderistas;
posteriormente centralistas y federalistas. En un primer momento la preeminencia liberal
se manifestó en el Olimpo Radical (1863-1886), posteriormente, luego de la
guerra de 1885 el partido conservador ejerció el poder bajo el proyecto
político de la Regeneración.
Para
1930 el triunfo de los liberales en las elecciones presidenciales, dio paso a
la Republica liberal. Con la revolución en marcha emprendida durante el primer
gobierno de López Pumarejo (1934-1938)- propuesta que buscaba reformar el atraso
mercantil y productivo de una sociedad altamente agraria-, se gestó un ambiente
conflictivo entre terratenientes y campesinos que luchaban por la restitución
de sus tierras. La posesión de tierras de forma ilegal ha estado sustentada en
la influencia de una clase oligárquica que continúa canalizando todo tipo de
reformismo con el objetivo de conservar su poder; es bien sabido que la acumulación
de tierras en Colombia ha sido fuente de poder y en consecuencia detonante de
conflictos. Tal escenario influyó en la conformación de organizaciones de
defensa civil o autodefensas campesinas.
El
periodo de la republica liberal termino en 1946, cuando los conservadores
ganaron las elecciones y empezaron su gobierno dentro del periodo histórico
conocido como la Violencia. Durante la Violencia los gamonales arreciaron el
proceso de expropiación agraria. En ese momento las organizaciones campesinas
fueron catalogadas como amenaza a la estabilidad, declarándolas enemigo
interno. Frente a esta situación gran cantidad de campesinos se unieron y
formaron las Ligas de Defensa Campesina, convertidas posteriormente en objetivo
militar.
Con
el auspicio de la iglesia católica, el 13 de junio de 1953 el teniente general
Gustavo Rojas Pinilla mediante un golpe de estado se hace al poder. En este
régimen se desato la lucha contra el comunismo, por lo que en abril de 1955 el
ejército inicio la ocupación de zonas regionales agrarias en donde el Partido
comunista colombiano (PCC) ejercía influencia, siendo este partido ilegalizado
por decreto presidencial en 1956. Este hecho genero un ambiente de frustración
frente a los supuestos cambios institucionales positivos que se preveían, por
lo que en las zonas agrarias se reactivaron los núcleos de autodefensas que
luego pasaron a ser guerrillas móviles.
Bajo
un régimen militar y la violencia desbordada en el campo, los dirigentes
liberales y conservadores mediante los pactos de Sitges y Benidorm (ciudades
españolas) buscaron poner fin a la violencia y erradicarla de sus prácticas
interpartidistas, como resultado de estos acuerdos y tras derrocar a Rojas
Pinilla, en 1958 se estableció un pacto que configuraría un nuevo régimen
político. Frente Nacional (1958-1974) fue el nombre de este pacto, aprobado por
plebiscito en diciembre de 1957, que instituyo por 16 años este poder
compartido: los dos partidos se alternarían el poder presidencial y se
repartirían en forma paritaria los cargos políticos y administrativos, para
volver a fundar el equilibrio y la transacción entre los partidos y recuperar así
la legitimidad del conjunto del sistema político. (González. 1997, p.78)
La
implementación del mencionado pacto termino de dificultar el surgimiento de
terceras fuerzas políticas y organizaciones de oposición, situación que
contribuyo al desarrollo del movimiento guerrillero. La burocracia gubernamental
y el régimen político, han truncado cualquier cantidad de propuestas políticas
contrarias al statu quo, tal factor deja como ejemplo la lucha de Camilo Torres
(El cura guerrillero) quien fue un ferviente opositor del Frente Nacional, en
esta perspectiva, Camilo gestó e impulsó el “Frente Unido del pueblo”, en donde
buscaba articular todas las fuerzas políticas revolucionarias y de oposición bajo
la “Plataforma del Frente Unido”, iniciativa enfocada a lograr la reforma
agraria, reformas en el ámbito urbano, en la política tributaria, la política
monetaria, el régimen de salud, la configuración de familia y las fuerzas
armadas, proceso que no vio culminado pues fue asesinado durante su primer
enfrentamiento como militante del ELN en patio cemento Santander.
Con
la frustración por no lograr profundos cambios de forma pacífica y legal, muchas
organizaciones se plantearon la necesidad de recurrir a la lucha armada, para
lograr establecer un nuevo régimen y una nueva sociedad. Bajo esta perspectiva
histórica se puede afirmar que cuatro han sido las organizaciones insurgentes del
país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el Ejército de
Liberación Nacional (ELN), El Ejército Popular de Liberación (EPL) y el
Movimiento Diecinueve de Abril (M-19).
El
surgimiento de las Farc, tuvo lugar a partir de la ofensiva militar en 1964,
contra las zonas de auto-organización y autodefensa campesina al sur del país,
específicamente en Marquetalia, Guayabero, El Pato y Riochiquito, zonas de
influencia comunista; dicha ofensiva tenía como finalidad erradicar las
conocidas repúblicas independientes, surgidas por la exclusión de campesinos de
la frontera agrícola, que exigían el acceso a la propiedad de la tierra.
Los sobrevivientes de la incursión militar
realizaron en 1964 la primera conferencia del Bloque Sur, elaborando el
programa agrario de los guerrilleros y a finales de 1966 en la segunda
conferencia se constituyen las Farc-Ep. Por su parte el M-19, tuvo origen por
el descontento político que dejo las elecciones presidenciales del 19 de abril
de 1970 que dio como ganador de forma dudosa al candidato del Frente Nacional,
el conservador Misael Pastrana Borrero, frente a Rojas Pinilla candidato de la
ANAPO.
De
acuerdo a lo anterior el movimiento armado suele explicarse en parte como un
subproducto de la cerrazón del sistema a los dos partidos tradicionales y la
exclusión de terceras fuerzas, bien sea por pactos, como el Frente Nacional,
por presuntos fraudes electorales…o bien por el exterminio de líderes
opositores, como en el caso del genocidio de la Unión Patriótica (Roll, 2002,
p.117)
En
términos generales es evidente que en Colombia siempre ha habido un problema de
tenencia de la tierra y en consecuencia de la utilidad y manejo de ésta, sumado
a este factor está el cierre de los espacios de participación política a grupos
diferentes a los tradicionales, siendo tal elemento dentro del discurso de la
izquierda guerrillera el principal factor justificatorio de su lucha armada, expresando
además que el pueblo organizado tiene la obligación de combatir la violencia
estructural que ha existido en el país.
En
este orden de ideas valdría la pena preguntarse si los grupos de izquierda han
sido incapaces de plantear y construir una alternativa política que articule el
descontento social generalizado en Colombia y por tanto diversos grupos
poblacionales excluidos no vean la necesidad de alzarse en armas para lograr
alcanzar un proyecto político reformista.
Bibliografía.
·
Ibeas, J. Agudelo, L (1997). Colombia:
heterogeneidad del movimiento guerrillero, multipolaridad de la guerra y maraña
negociadora España: SODEPAZ.
·
González. F (1997). Aproximación a la
configuración política de Colombia. En: Para leer la política: ensayos de
historia política colombiana Bogotá: CINEP.
·
Roll. D (2002). Rojo difuso y azul pálido:
los partidos tradicionales en Colombia: entre el debilitamiento y la
persistencia Bogotá: UN Editorial.
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