domingo, 21 de febrero de 2016

Algo llamado capitalismo.


Alexza Jhovana Correa Ararat



Querida amiga:

Te escribo para darte noticias del progreso de mi investigación. Hasta ahora, la sociedad me ha sorprendido; Tienen un sistema económico totalmente diferente al nuestro, a su modo de producción le llaman: capitalismo, Aquí las relaciones sociales no se basan en la cooperación ni mucho menos en la ayuda mutua, al contrario, se basa en la explotación; es una sociedad egoísta e individualista, en la cual solo importa los ingresos que puedan llegar a obtener.

Hace unos días logré hablar con una de las personas que se encuentran en la cabecera del capitalismo, me logró explicar algunas cosas de su modo de producción y gracias a esto lo logré entender;  me explicaba que sus objetos de trabajo son  llamados: trabajadores,  estos tienen diversas actividades productivas, cuyo fin es: una economía que genere ciertos ingresos que despues les permitiran  conseguir bienes y alimentos. También me he logrado informar sobre algo que podremos llamar: la sociedad del consumo; en donde utilizan y gastan cosas que realmente no necesitan, generando así un desperdicio. Lo realmente horrible de esto es que están acabando con sus medios geográficos: agotan sus recursos; cortan arboles; vuelan montañas para extraer los metales; acaban con el agua y terminan con otros seres vivos.

A pesar de que tienen unos medios de trabajo  muy sofisticados y evolucionados,  sus tecnologías son desechables; claro, estas están planeadas para ser reemplazadas al poco tiempo y crear un ciclo consumista, y este ciclo fluye gracias al ideal que se les ha vendido:  “si no tienes o compras mucho, no vales”.

Al observar algunos mensajes publicitarios, logré notar algunas de las filosofías que muestran sus anuncios: la felicidad depende de lo que logres comprar; para valer en la sociedad es muy importante la apariencia física; compra productos que te permitan cumplir con los estereotipos sociales; tener más que otra persona te hace estar por encima de ella, así como dijo Ivan Rech: “En una sociedad de consumo hay, inevitablemente dos clases de esclavos, los prisioneros de la adicción y los presos de la envidia.  Aquí los vacíos son llenados con objetos materiales, las personas quieren estar y permanecer a la moda.

Por último, solo queda esperar que la sociedad no me introduzca en su consumismo desenfrenado en el tiempo que me queda de permanencia aquí. Te mantendré informando de mis nuevos descubrimientos.

Atentamente, tu amiga no tan primitiva.




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