Luisa Fernanda Paredes
Bustamante
En el estudio de los
acontecimientos históricos nos encontramos a lo largo del tiempo con cambios
absolutamente drásticos para las sociedades desde la perspectiva económica,
política y científica, pero si nos detenemos a observar, nunca antes se había
vivido tantas transformaciones en tampoco tiempo en comparación con los
distintos escenarios de la historia. Partiendo de esto, en una sociedad donde
predomina un sistema económico tan devastador como el Capitalista que vive en
continuo cambio, surge la necesidad de buscar nuevas alternativas para la
organización de una sociedad mas equitativa y prospera, en el sentido de crear
mejores condiciones para cada uno de los individuos y así mismo que se preocupe
por la problemática del medio ambiente. El sistema capitalista ha hecho que las
personas sean mas individualistas, egoístas y con altos intereses materiales y
lo ha logrado a través de la concepción de un libre mercado, ya que esto
conlleva a la competencia, como la esencia, si así se puede decir, para las
políticas neoliberales. De esta manera nace como una alternativa la “Economía
Solidaria” que encuentra su enfoque en las personas y no en la maximización de
los beneficios, por el cual a diferencia del sistema capitalista, la economía está
al servicio de la sociedad con un fuerte compromiso con la naturaleza.
¿Por qué “Economía social y solidaria”?
Que la economía sea social podría ser
visto incluso como una cuestión innecesaria, pues cualquier economía de hecho
es social. Sin embargo, asumiendo el momento histórico del debate
constituyente, cuando se comenzaba a transitar hacia una fase postneoliberal,
está definición de economía social cobra sentido. Sintetizaba un esfuerzo por
recuperar lo social en la economía, que había sido prácticamente hipotecado
como consecuencia del dogma neoliberal. Coraggio, Jose Luis. Economía
social y solidaria. Ediciones Abya-Yala, Quito-Ecuador, Pag.16
La economía solidaria surge en
respuesta y en contraposición a las dinámicas de producción, distribución y
consumo capitalista, donde busca relaciones de cooperación entre los grupos
sociales de producción para satisfacer las necesidades y no el de generar
riqueza (según Adam Smith) dentro de la lógica de la producción. Entender que
los recursos son limitados es importante para la construcción de una nueva
economía, saber que tenemos que tener un sentido de pertenencia y reciprocidad
con la naturaleza, que no estamos por fuera de ella, si no que hacemos parte de
un todo y que no somos seres individuales, nos hace replantearnos para pensar
mas en colectivo y como sociedad.
Encontrar cuales son las
necesidades más importantes en determinada sociedad y en él enfocar la
producción, para un consumo de los productos locales y en esa medida un consumo
igualmente responsable para que a partir de los beneficios se sigan invirtiendo
en el mantenimiento de condiciones laborales y salariales justas que impulsen
el ahorro, y de esa forma continúe el ciclo para dar créditos a otras personas
que puedan invertir en actividades con el mismo carácter social y solidario comprometidos
con el medio ambiente, que permita la creación de mayores empleos y la
ampliación de esta economía. Sin duda entonces, es necesaria la intervención de
las políticas de estado y la regulación de los mercados, pero también es
interesante saber que las decisiones se toman dentro de una democracia
participativa.
Una mirada diferente:
En perspectiva un poco
pesimista, surge la idea de que este tipo de economías siguen favoreciendo el
sistema predominante actual o que el sistema capitalista permite este tipo de
economías porque mitiga el malestar al cual nos encontramos subyugados y
encuentra en este calmar el clamor por la liberación de las sociedades mas
afectadas, para evitar cualquier tipo de revolución contra el sistema.
En conclusión, reconozco que aún
falta mucho por hablar sobre este tema el cual aún sigue en construcción, pero
que mi intención en este pequeño “abre bocas” sobre la Economía Solidaria es
dejar el interés para buscar nuevas alternativas hacia la construcción de
sociedades más equitativas y que sería inadecuado descartar este tipo de
iniciativas tan apresuradamente.
Bibliografia:
Libro Coraggio, Jose Luis.
Economía social y solidaria. Ediciones Abya-Yala, Quito-Ecuador, Pag. 43-49
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