martes, 4 de abril de 2017

Keynes y Hayek los dos extremos que no favorecen la economía popular.


                                                                  Oscar Fernando Campo.

Estos dos personajes no solo han marcado la historia de la economía mundial, sino la sociedad en su totalidad.

Se podría decir entonces que se han estado siguiendo pautas económicas, no de desarrollo, sino de pobreza para unos y de empoderamiento para otros.

Mientras Keynes habla de mayor intervención del estado, proponiendo recibir los impuestos que son en ultimas el dinero adquirido por los trabajadores, Hayek habla de un mínimo estado, defendiendo mas la privatización donde el dinero lo tienen unos pocos, entonces la pregunta es ¿cuál es el dinero que queda para comprar? La respuesta seria no hay dinero para comprar, no hay quien compre porque nos estaríamos viendo en una economía anti social, exclusiva, donde solo unos pocos serian los que pudieran participar de ella. ya que si el primero habla de incrementar impuestos para equilibrar faltantes y el segundo habla de mayor intervención privada, los dos están ejerciendo una desmedida presión sobre la base que son los consumidores.

Este tipo de economía es poco beneficiosa, ya que excluirá del mercado a los compradores en general, puesto que el consumo se estanca. Es importante tener en cuenta el constante movimiento de mercado, que es relativamente proporcional a la necesidad que tengan las personas. El poder adquisitivo que se tengan dependerá siempre de sus ingresos, por ende, si se tiene dinero la tendencia es a poner en ejercicio la demanda para satisfacer las necesidades del individuo o en algunos casos estimular la compra por placer sin ser impulsada/o por ninguna necesidad urgente del ser humano.

Keynes y Hayek establecen su diferencia mayor, en hacer un énfasis en un gasto publico y la mucha o poca intervención en el mismo y podríamos decir que estos dos grandes personajes de la economía se sitúan en puntos extremos que en nada favorecen a las grandes mayorías, es por ello que se podría argumentar que todo este tiempo se ha trabajado con economías equivocadas que van en un detrimento paulatino de una economía que debe buscar alternativas de un bienestar social, no solo para algunos de sus integrantes sino para las mayorías que son quienes fundamentan dicha economía.

La ineficiencia de la economía planteada por estos dos representantes antes mencionados y su contrapunteo no ha traído mas que graves consecuencias a la realidad del consumidor que aunque parta de su necesidad no posea el poder adquisitivo para hacerlo. Mientras Keynes habla de que el estado debe aliviar en parte este poder adquisitivo en realidad lo que este hace es empobrecerlo mucho mas debido a que sus recursos no solo son captados sino que no son re invertidos y máxime en la actualidad en la que dicho capital queda en las manos de los corruptos y este dinero va a parar a las arcas del capital privado o a manos de quienes se hacen elegir como mandatarios.
En tanto que Hayek habla de menor gasto publico y la poca intervención de la autoridad en los aspectos ya mencionados lo único que ha logrado con esto es justificar el apoyo del gobierno al capital privado dando el poder adquisitivo solo en quienes ostentan el poder económico, dejando totalmente desprotegido al público que vive con mas cercanía la escasez y la falta de oportunidades para tener un empleo digno con el que pueda suplir sus necesidades.

El asunto ya mencionado denominado  fuerzas estabilizadoras del mercado, en gran medida causó el efecto contrario a los pensamientos de Keynes y Hayek, puesto que en la actualidad vemos que ninguna de estas dos teorías da resultados óptimos a la realidad de la sociedad actual.

También es controversial entre estos dos grandes, el incremento del ahorro que traería mayor inversión sostenido por Hayek mientras que Keynes argumentaba que el ahorro traería una contracción económica, sino se contemplaban expectativas favorables de la inversión. Mas es bastante discutible hablar de ahorro si un consumidor no tiene un buen salario o peor aun si se halla desempleado, volviendo entonces en este caso a dejar en manos del capital privado esta opción vista desde las dos partes, y quedando una vez mas reflejada en la injusticia social de los últimos tiempos.

 A diferencia de Keynes, Hayek, hablaba de una producción libre y a su vez de contrarrestar el dinero fácil, tanto de liquidar todo lo que no favorecería la inversión saludable mas estos pensamientos optimistas fracasaron y su contrincante en cambio dio ideas a los gobiernos de responder a los déficit presupuestales subiendo los impuestos y cortando el gasto publico, es por esto que en definitiva siempre los mas perjudicados serán obreros, trabajadores, empelados o de cualquier otra denominación dada a quienes conforman la base económica.

(Aguilar, 2014)
mas los gobiernos de las ultimas décadas hacen caso omiso a las recomendaciones tal vez bien intencionadas y se dedican hacer políticas económicas de opresión que no solo se reflejaron en el tiempo referenciado sino que se viven con mas fuerza en lo contemporáneo en el que no solo se observan gruesas líneas de desempleo que el gobierno mimetiza, bajo encuestas del DANE y colca las líneas de pobreza en porcentajes supremamente bajos en los que ninguna persona se sienta relativamente pobre y viva un conformismo que lo haga pensar en que no hace parte de este grupo.

Keynes y Hayek en su controversia tal vez hayan dejado indicios de cómo garantizar una buena economía mundial mas el deseo de poder y la ambición de unos pocos deshagan o no apliquen estas teorías a favor del pueblo sino a favor propio.

La economía actual se une a una falsa democracia, esta raya en la infamia puesto que se ha dedicado a malversar los recursos públicos sin ningún pudor. Lo mas triste de ésta realidad es que desde el presidente de consejo comunal hasta el presidente de la republica esta apropiándose del dinero publico para enriquecerse sin importar las necesidades de un pueblo.



Es ahí donde el punto de vista keynesiano se pierde; entonces aparece Hayeck como un fantasma que les justifica diciendo que el estado no debe intervenir, y los mandatarios ya empiezan a descuidar lo fundamental en la vida humano entre lo que está la salud y la educación.

Por esta razón la economía actual, debe mediar con nuevas pautas que ayuden hallar el equilibrio de una desigualdad que en nada favorece al consumidor.







Referencias Bibliográficas










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