Oscar Fernando Campo.
Estos dos
personajes no solo han marcado la historia de la economía mundial, sino la
sociedad en su totalidad.
Se podría decir
entonces que se han estado siguiendo pautas económicas, no de desarrollo, sino
de pobreza para unos y de empoderamiento para otros.
Mientras Keynes
habla de mayor intervención del estado, proponiendo recibir los impuestos que
son en ultimas el dinero adquirido por los trabajadores, Hayek habla de un
mínimo estado, defendiendo mas la privatización donde el dinero lo tienen unos
pocos, entonces la pregunta es ¿cuál es el dinero que queda para comprar? La
respuesta seria no hay dinero para comprar, no hay quien compre porque nos
estaríamos viendo en una economía anti social, exclusiva, donde solo unos pocos
serian los que pudieran participar de ella. ya que si el primero habla de
incrementar impuestos para equilibrar faltantes y el segundo habla de mayor
intervención privada, los dos están ejerciendo una desmedida presión sobre la
base que son los consumidores.
Este tipo de
economía es poco beneficiosa, ya que excluirá del mercado a los compradores en
general, puesto que el consumo se estanca. Es importante tener en cuenta el
constante movimiento de mercado, que es relativamente proporcional a la
necesidad que tengan las personas. El poder adquisitivo que se tengan dependerá
siempre de sus ingresos, por ende, si se tiene dinero la tendencia es a poner
en ejercicio la demanda para satisfacer las necesidades del individuo o en
algunos casos estimular la compra por placer sin ser impulsada/o por ninguna
necesidad urgente del ser humano.
Keynes y Hayek
establecen su diferencia mayor, en hacer un énfasis en un gasto publico y la
mucha o poca intervención en el mismo y podríamos decir que estos dos grandes
personajes de la economía se sitúan en puntos extremos que en nada favorecen a
las grandes mayorías, es por ello que se podría argumentar que todo este tiempo
se ha trabajado con economías equivocadas que van en un detrimento paulatino de
una economía que debe buscar alternativas de un bienestar social, no solo para
algunos de sus integrantes sino para las mayorías que son quienes fundamentan
dicha economía.
La ineficiencia de
la economía planteada por estos dos representantes antes mencionados y su
contrapunteo no ha traído mas que graves consecuencias a la realidad del
consumidor que aunque parta de su necesidad no posea el poder adquisitivo para
hacerlo. Mientras Keynes habla de que el estado debe aliviar en parte este
poder adquisitivo en realidad lo que este hace es empobrecerlo mucho mas debido
a que sus recursos no solo son captados sino que no son re invertidos y máxime
en la actualidad en la que dicho capital queda en las manos de los corruptos y
este dinero va a parar a las arcas del capital privado o a manos de quienes se
hacen elegir como mandatarios.
En tanto que Hayek
habla de menor gasto publico y la poca intervención de la autoridad en los
aspectos ya mencionados lo único que ha logrado con esto es justificar el apoyo
del gobierno al capital privado dando el poder adquisitivo solo en quienes
ostentan el poder económico, dejando totalmente desprotegido al público que
vive con mas cercanía la escasez y la falta de oportunidades para tener un
empleo digno con el que pueda suplir sus necesidades.
El asunto ya
mencionado denominado fuerzas
estabilizadoras del mercado, en gran medida causó el efecto contrario a los
pensamientos de Keynes y Hayek, puesto que en la actualidad vemos que ninguna
de estas dos teorías da resultados óptimos a la realidad de la sociedad actual.
También es
controversial entre estos dos grandes, el incremento del ahorro que traería
mayor inversión sostenido por Hayek mientras que Keynes argumentaba que el
ahorro traería una contracción económica, sino se contemplaban expectativas
favorables de la inversión. Mas es bastante discutible hablar de ahorro si un
consumidor no tiene un buen salario o peor aun si se halla desempleado,
volviendo entonces en este caso a dejar en manos del capital privado esta
opción vista desde las dos partes, y quedando una vez mas reflejada en la
injusticia social de los últimos tiempos.
A diferencia de Keynes, Hayek, hablaba de una
producción libre y a su vez de contrarrestar el dinero fácil, tanto de liquidar
todo lo que no favorecería la inversión saludable mas estos pensamientos
optimistas fracasaron y su contrincante en cambio dio ideas a los gobiernos de
responder a los déficit presupuestales subiendo los impuestos y cortando el
gasto publico, es por esto que en definitiva siempre los mas perjudicados serán
obreros, trabajadores, empelados o de cualquier otra denominación dada a
quienes conforman la base económica.
mas los gobiernos
de las ultimas décadas hacen caso omiso a las recomendaciones tal vez bien
intencionadas y se dedican hacer políticas económicas de opresión que no solo
se reflejaron en el tiempo referenciado sino que se viven con mas fuerza en lo
contemporáneo en el que no solo se observan gruesas líneas de desempleo que el
gobierno mimetiza, bajo encuestas del DANE y colca las líneas de pobreza en
porcentajes supremamente bajos en los que ninguna persona se sienta
relativamente pobre y viva un conformismo que lo haga pensar en que no hace
parte de este grupo.
Keynes y Hayek en
su controversia tal vez hayan dejado indicios de cómo garantizar una buena
economía mundial mas el deseo de poder y la ambición de unos pocos deshagan o
no apliquen estas teorías a favor del pueblo sino a favor propio.
La economía actual
se une a una falsa democracia, esta raya en la infamia puesto que se ha
dedicado a malversar los recursos públicos sin ningún pudor. Lo mas triste de
ésta realidad es que desde el presidente de consejo comunal hasta el presidente
de la republica esta apropiándose del dinero publico para enriquecerse sin
importar las necesidades de un pueblo.
Es ahí donde el
punto de vista keynesiano se pierde; entonces aparece Hayeck como un fantasma
que les justifica diciendo que el estado no debe intervenir, y los mandatarios
ya empiezan a descuidar lo fundamental en la vida humano entre lo que está la
salud y la educación.
Por esta razón la
economía actual, debe mediar con nuevas pautas que ayuden hallar el equilibrio
de una desigualdad que en nada favorece al consumidor.
Referencias
Bibliográficas
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