lunes, 30 de noviembre de 2020

Evolución de la plusvalía a una inhóspita irrelevancia

Natalia Velasco Cometa


De seguro la pregunta de muchos de los trabajadores del siglo XIX fueron las siguientes: ¿dónde irá a parar toda la ganancia que genero con mi trabajo? ¿se lo quedará todo la empresa o me lo darán todo a mi?, pues estas preguntas incitaron a Karl Marx a dar una respuesta; y fue precisamente en la obra El Capital que dio paso a definir un nuevo concepto: plusvalía. Sin embargo, en este ensayo enfatizaremos en todas esas preguntas que se hacen los trabajadores del siglo XXI, y entre una de las más inquietantes está: ¿seré reemplazado por una máquina? Esto nos lleva a pensar en el hecho de que existe algo más grave que la explotación laboral, y esto es la irrelevancia del ser humano; entonces, imaginaremos un Marx del siglo XXI que en lugar de luchar contra la explotación que el sistema capitalista impone a los trabajadores, se planteará un nuevo problema, y este será  la evolución de la plusvalía a una inhóspita irrelevancia del ser humano frente a la inteligencia artificial, o bien, frente a la automatización. 

A finales del siglo XIX apareció uno de los conceptos económicos más fundamentales de la teoría marxista, pues fue precisamente la plusvalía un punto clave para dilucidar el concepto de explotación laboral y el proceso de acumulación del sistema capitalista. En primera instancia, la palabra plusvalía, también denominada como supervalía o plusvalor, es básicamente el valor no pagado del trabajador que crea un plusproducto, es decir, la parte de la producción creada por el trabajador que, sobrepasando todas sus necesidades materiales, es apropiada por los capitalistas. En términos generales, la plusvalía es aquella parte que se queda el empresario de las ganancias que genera su trabajador; y con respecto a la pregunta de que si el empresario se quedará con todo, la respuesta es que, evidentemente al trabajador se le paga menos de lo que produce, dando a entender que la diferencia entre lo que realmente produce y su salario es lo que se conoce como plusvalía, y que dicha plusvalía a su paso también constituye las ganancias extras del capitalista. Por tanto, tal como lo menciona Marx en su libro El capital: “De ahí que ser trabajador productivo no constituya ninguna dicha, sino una maldición” (Marx, 1867). 

Sin embargo, muchos se cuestionarán que, de igual forma, un mes en el que el beneficio para la empresa haya sido menor (menos clientes, menos ventas, un periodo de inactividad, etc.) habrá menos plusvalía; no obstante, el trabajador seguirá cobrando el mismo salario, entonces ¿no hay explotación? Cabe resaltar que, generalmente los salarios se suelen fijar en vistas a un mes de pocos ingresos, por tal razón, las empresas prácticamente están respaldadas ante cualquier repercusión. No obstante, también existen excepciones, pero en ningún caso son justificadas las enormes y estrambóticas plusvalías que extraen las grandes empresas (Amazon, Zara, Nike, Apple, etc.) valiéndose de trabajos en condiciones precarias y mal además mal remunerados, los cuales son los responsables de que se generen grandes concentraciones de capital. 

Ahora bien, una vez contextualizados en el tema de la plusvalía, cabe resaltar que, aunque aún en nuestros días sigue siendo una gran problemática el tema de la explotación laboral, en un futuro no lo será tanto, pues una máquina sustituirá al ser humano en aquellos trabajos rutinarios y repetitivos; y por tal razón, ya no se considerará explotación, sino un gran beneficio para la mayoría de los empresarios, pues un robot no se cansará ni necesitará de un salario. Por ejemplo, una de las carreras más demandadas es la medicina; no obstante, se encuentra en la lista de correr el riesgo de ser sustituida por una máquina, como es el caso del robot Da Vinci capaz de realizar cirugías, o bien, realizar extracciones de tumores. Inclusive, el director de ingeniería de Google Ray Kurzweil pronosticó que para 2029 los robots alcanzarán niveles de inteligencia similares a los de los humanos y Gartner, una empresa de investigación y asesoría tecnológica de información, predijo también que un tercio de los puestos de trabajo actuales serán reemplazados por software, robots y máquinas inteligentes para el año 2025.

Con respecto a lo anterior, la pregunta es ¿qué pasará con la alta tasa de desempleo a la que nos enfrentaremos?, pues aunque se argumente que a consecuencia de esto se generarán nuevos puestos de trabajo, cabe la posibilidad de que no habrá la suficiente mano de obra especializada en el mantenimiento o en el uso de la inteligencia artificial, o bien, la creación de nuevos empleos será menor que la pérdida de empleos; entonces, más que centrarnos en proteger a los puestos de trabajo, nos deberíamos centrar en el bienestar de los  seres humanos en un futuro, centrarnos en buscar erradicar esa irrelevancia que se nos avecina, pero que parece cada vez más es notablemente inevitable. 

En conclusión, en un futuro e inclusive en la actualidad nos enfrentamos a una plusvalía que ha evolucionado, convirtiéndose en la irrelevancia del ser humano, pero ¿qué hacer para evitar esto? La respuesta está en superar a la inteligencia artificial en aquellos aspectos que nunca podrán ser sustituidos: innovación, creatividad, empatía, trabajo en equipo, entre muchas otras cosas propias de nuestra naturaleza humana.

Referencias

Marx, Karl. (1867). El capital. 

WK. (30 de agosto 2019). El concepto de plusvalía. Valueschool. https://wkfinancialeducation.com/el-concepto-de-plusvalia/

Shutterstock. (11 de julio 2016). Seis puestos de trabajo que ya fueron ocupados por robots. infobae. https://www.infobae.com/salud/ciencia/2016/07/11/seis-puestos-de-trabajo-que-ya-fueron-ocupados-por-robots/ 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario