lunes, 30 de noviembre de 2020

la distorsión de la realidad


Andrés Mauricio Tovar Murcia

                                                     

A lo largo y ancho de nuestra existencia hemos sido superiores que todas las demás especies, con nuestro propio raciocinio hemos avanzado, construyendo una sociedad poco a poco, hasta lo que somos hoy en día, pasando por una serie de cambios significativos a través de la historia, creyendo en diversos dioses, hasta creer en sí mismos “antropocentrismo” ser el centro de todo lo habido y por haber, ¿que limite tenemos? Esa pregunta suena hasta imposible, considerando hechos tan increíbles como viajar al espacio, dividir un átomo, crear civilizaciones con millones de habitantes, crear teorías y pensamientos, medicina y hasta llegar a clonar animales, cualquier persona podría responder que no existe, que somos seres con un pensamiento y creatividad ilimitada, demostrado con el paso de los años, cosa que fácilmente puede ser cierta viendo todo lo anterior que hemos logrado como especie.

Esa es nuestra definición de límite, algo que nos frene, eso que no encontramos por más que revisamos la historia, y si, es posible que nunca lleguemos a parar o a frenar, nos creemos inamovibles; pero hasta cuando vamos a tener esa definición tan pobre de límite. Nuestro límite no es la imposibilidad de avanzar, va mucho más allá, hay que revisarnos como sociedad, como personas y como individuos, unitarios, no de una manera egoísta sino de reflexión, ¿qué pasa por la cabeza de la población?, ¿cuántos conflictos tenemos a diario?, ¿porque existen los conflictos?

 EL conflicto lo vemos como simple violencia, para nuestra concepción  es el deseo de un bien ajeno, un concepto capitalista, que siempre lo hemos tenido con la diferencia que ahora le damos nombre, este deseo de poder lleva al hombre a la decadencia por medio de las guerras, como las del siglo anterior, lo que creíamos que era lo máximo a lo que podríamos llegar en violencia, cuando tan solo ha sido lo más burdo, si analizamos con lupa y detalle lo que significó la guerra anterior, fue una división absoluta en contra de un régimen inhumano dictado por Hitler, una persona que genero todo el conflicto, donde una población entera se une buscando el bien para todos, eso es lo que se puede rescatar de toda la masacre que pudo significar la segunda guerra mundial.

Después de este que ha marcado nuestra era ya no existe un solo conflicto, realmente nuestro conflicto no tiene un enemigo claro, este se podría decir que esta oculto, no lo vemos a simple vista, pero está presente, es nuestra propia sociedad, es la decadencia del ser humano, en estos momentos la mayoría de las personas, se preocupan que cosa nueva pueden consumir, que iphone o Samsung comprar, que publicar en Instagram o Facebook, cuantos likes me dan a diario y quien me etiqueta, vamos de esta manera, pero claro, eso es lo que vemos por encima, una simple interacción entre nuestra sociedad, asi vemos a las redes sociales, las que atacan la única debilidad de todo el ser humano, el miedo a la aceptación, la depresión, la ansiedad, que nos causa la falta de dopamina que puede generar tan solo un like, lo vemos como una herramienta, pero realmente esta “herramienta” ha aumentado el nivel de suicidio a nivel mundial, dato que podemos corroborar con la propia OMS “Pese a los progresos, cada 40 segundos alguien se suicida” (Organización Mundial de la Salud. 2019, 9 septiembre) , ese progreso, es la causa de suicidio de cientos de miles de jóvenes al año. Pero eso no queda solo ahí, ¿estamos hablando específicamente de conflictos no, entonces qué sentido tiene nombrar a las redes sociales?

 Bueno, pues las redes sociales son la principal causa de los conflictos actuales, el incremento de la causa de suicidio solo es la periferia de todo el daño que hacen a la sociedad, estas redes son la principal fuente de conflicto de nuestra humanidad, desde ahí ocurren debates de ira, lleno de insultos y discordias, estos de tan solo algunas personas, que sigue siendo solo un poco de lo que aportan estas apps, el problema tan enorme del que hablamos va mucho mas allá, junto a la pregunta de ¿porque darle la responsabilidad a una red social? estas redes que tenemos hoy en día, están hechas para ganar dinero, todo a costa de los conflictos, en base a algoritmos que nos alimentan y nos controlan, todo con el fin de entretenernos, haciéndonos dar clicks a múltiples noticias y publicidades, noticias que a menudo son falsas, que curiosamente comparten nuestros mismos interese y perspectivas, claro pues están diseñadas y controladas específicamente para nosotros.

 En conclusión, estos algoritmos almacenan continuamente todo lo que hacemos, para adecuar la publicidad y noticias adecuadas para nosotros, quitando totalmente la libertad de elegir entre más información, mostrándonos un mundo totalmente personalizado y hecho a nuestra medida.

Gracias a esto podemos responder a cómo se crean los conflictos, las redes sociales son mundos individuales que nos muestran verdades totalmente subjetivas, creando esta discordia que va más allá de los virtual, nos hace creer en un mundo muy distinto al real, esto no solo para nosotros, es para casi toda la población, pues el mundo jamás había estado tan polarizado como ahora, lo podemos ver en pequeños conflictos, o los llamados movimientos sociales, el feminismo, los terraplanistas , los antivacunas y muchos más grupos diversificados, las redes terminan creando realidades distintas para las personas, mientras mas me intereso por algo, cada vez más, encontrare mas información, falsa o veraz del mismo, creando intereses propios que no nos permiten ver que no solo hay un afectado, sino que todos somos víctimas de lo mismo una distorsión de la realidad.

Distorsión que crea una perdida de empatía por los demás, hace que no veamos mas puntos de vista, porque para nuestras redes el mundo es de esa forma, hay que ser revolucionarios y luchar en lo que creemos, tal como lo es el feminismo, en creer que solo un genero o sexo es victima de un conflicto, cuando todas las personas constantemente sufrimos en el mundo, independientemente de nuestro sexo, ese deseo de destruir al que no piensa como yo, de creer que lo mejor para erradicar eso es con mas violencia, una idea que nos implanta las propias redes, dándonos no lo que necesitamos, sino lo que creemos necesitar.


                                                                   

Referencias

Cada 40 segundos se suicida una persona. (2019, 9 septiembre). Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news/item/09-09-2019-suicide-one-person-dies-every-40-seconds

Yuval Noah Harari. (2018). 21 lecciones para el siglo XXI (1.a ed.). Penguin Random House Grupo Editorial.





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