La tercera ola nos golpea con la asincronicidad, la
generación propia de esta se impregna poco a poco de la no simultaneidad en sus
actividades, se despide poco a poco del legado de segunda ola de hacer todo en
un tiempo y momento indicado, un momento correcto. Pero este impacto tiene sus pros y sus
contras. Como pro tenemos que permite la sensación de libertad de elegir
cuando, como y en donde hacer las actividades que necesitamos hacer, esa
sensación de libertad donde aparentemente manejamos nuestros tiempos como se
nos venga en gana, siendo capaces de imponer nuestras prioridades nosotros
mismo, no un jefe.
En contra se puede ver que afecta las relaciones interpersonales
pues de una forma generalizada la impuntualidad se ha vuelto un factor común.
Los individuos propios de esta ola, que estamos siendo absorbidos por ella,
tendemos a llegar tarde a la mayoría de encuentros, citas, reuniones y
compromisos. Muchas veces sucede involuntariamente, simplemente sucede porque
no manejamos los tiempos adecuadamente, puede sonar a excusa, pero es como si
estuviéramos acoplándonos al sistema que empieza a impera, como si todavía no
estuviéramos acomodados a el nuevo hogar, como si nos hubiéramos acabado de
trastear y necesitamos de un tiempo prudente para poder encajar a la
perfección.
Pero no todos estamos permeados por la tercera ola, es
evidente el entrechocar de olas, pues hay personas que manejan un estricto
horario y se ven afectados por los individuos que manejan horarios más
flexibles. Muchas veces hay inconvenientes, se presentan dificultades y
altercados; pero las alteraciones hacen parte de los procesos de cambio, de
revolución.
Un causal que cataliza la popularidad y la generación del
hábito de la asincronicidad son la tecnología aplicada a los medios de
comunicación. Podemos enterarnos por medio de las redes sociales de sucesos del
otro lado del mundo que ha sido publicado unas horas antes, no es necesario
estar pendiente al frente de la pantalla del ordenador para recibir la
información, pues si no lo estamos no hay riesgo de no poder obtener dicha
información. Es así como funciona las redes de mensajería, los correos
electrónicos, los periódicos, diarios, blogs, revistar virtuales.
Parece que la asincronicidad funciona bien, es agradable
tener la sensación de ser autónomo y poder poner en práctica nuestro carácter a
la hora de tomar decisiones al identificar las prioridades. Sin embargo, existe
la problemática de afectar a los que conservan hábitos de la segunda ola, pero
espero que en un futuro sea una dificultad solucionada.
Pienso que en esta tercera ola el manejo de la sincronicidad es respetuoso las empresas asignan permisos y se hacen cumplibles las ocho horas laborales puede que no afecte a otras personas, pienso que cada lugar tiene sus propias normas y cada individuio puede que se encuentren en el mismo siendo mas comun que cada quien viva en su mundo y circulo social respecto al trabajo mas que todo
ResponderBorrarbuenas noches, pienso que la cuestión de la puntualidad que es lo que mas recalcas en tu texto la usamos cuando la estimamos convenientes según el evento, la sensación de ser autónomos nos permite elegir a que hora decidir realizar ciertas actividades y no tener que estar pendientes de un reloj como ocurría en la segunda ola. buen texto!
ResponderBorrarEstoy de acuerdo con tu texto, la asincronicidad en la tercera ola ha tenido muchos puntos a favor como tu lo mencionabas, esta la autonomía que hoy en día se le da a las personas y comodidades como el poder trabajar desde casa, en ciertos casos, pero a mi parecer esto es lo que ha conllevado a que las personas desperdicien tiempo en otras actividades cuando están en jornadas laborales y como tu lo mencionabas la impuntualidad que hoy en día manejamos.
ResponderBorrarBuena tarde.
ResponderBorrarConsideró que el tema de la puntualidad es una facultad que ejercemos al momento de hacer nuestras obligaciones o algún evento en especial, ya sea una cita de trabajo, una salida de amigos, etc. Sin embargo, en esta ola en la que estamos viviendo, nosotros como seres humanos tendemos a demostrar impuntualidad en algunas situaciones de la vida, ya que depende mucho el grado de valor que le damos a aquella situación o momento en especial, por lo tanto se puede decir que la puntualidad es un valor independientemente personal, ya que cada quien le da un interés al realizarlo y por ende a ejercerlo.
Manuela Ramirez Castaño
Generalizar en este caso sería un poco exagerado, más bien se podría hablar de una buena cantidad de individuos sobre todo la población joven, aunque no desacredito de ninguna manera que otra generación se vea implicada en este problema.
ResponderBorrarHemos llegado tal vez a un masoquismo, la idea de depender de aparatos electrónicos prácticamente para estar actualizados a nivel de información era una idea que no se concebía en lo más mínimo anteriormente, hace años. Sin embargo tal vez sea una consecuencia de tan anhelado avance, debemos reconocer que somos nosotros mismos los que hemos decido incorporarnos en tal sociedad con tales características, pues quien más sino los humanos quienes hemos creado tanta tecnología? Y su vez, nos hemos sumergido en ella en el afán de alcanzar una supuesta “evolución”. Respecto al factor de la impuntualidad, considero que es algo clave, pues el mal uso o la mala distribución de nuestro tiempo relacionado con dichas tecnologías han provocado un desnivel en nuestros horarios, sobre todo en aquellos que estamos involucrados de manera directa a dichos aparatos.
Atentamente: Kelly Álvarez.
Buenas noches, es un tanto sobrepasado generalizar que la esta asincronicidad nos golpea a todos y lo generalizas, ya que a pesar de que se maneja el tiempo por nuestras cuentas, no en todos los casos es así, el número de personas que maneja la facilidad de tiempo son pocas, ya que se necesitan por lo general cargos altos y para no ir mas lejos, son los empresarios los que manejan este tipo de tiempo; por ejemplo un arquitecto o ingeniero civil, casi no podrán manejar esta facilidad de tiempo, ya que la obra tiene que estar dirigida por ellos y los obreros tienen un horario para poder cobrar su remuneración, por lo tanto estas personas tienen que seguir cumpliendo horarios, los horarios son clabves para cargos bajos, puesto que segun esas horas de trabajo sera remunerado su trabajo.
ResponderBorrarBuenas noches, es un tanto sobrepasado generalizar que la esta asincronicidad nos golpea a todos y lo generalizas, ya que a pesar de que se maneja el tiempo por nuestras cuentas, no en todos los casos es así, el número de personas que maneja la facilidad de tiempo son pocas, ya que se necesitan por lo general cargos altos y para no ir mas lejos, son los empresarios los que manejan este tipo de tiempo; por ejemplo un arquitecto o ingeniero civil, casi no podrán manejar esta facilidad de tiempo, ya que la obra tiene que estar dirigida por ellos y los obreros tienen un horario para poder cobrar su remuneración, por lo tanto estas personas tienen que seguir cumpliendo horarios, los horarios son clabves para cargos bajos, puesto que segun esas horas de trabajo sera remunerado su trabajo.
ResponderBorrarEntiendo que el tema de la sicronisidad es algo que afecta a muchas personas, pero no se debe generalizar ya que cada persona maneja su tiempo a su manera, y asi como algunas personas manejan la inpuntualidad otras manejan de manera optimalapuntualidadco, son pros y contra que a mi parecer deben ser manejados por cada persona teniendo ecuenta su situacion situación tanto economica como social
ResponderBorrarLos puntos en pro y en contra que se plantean en el texto son muy banales y falsamente puntuales, Ya que se exagera la totalidad de una sociedad o en este caso el de Colombia, al tratar de ser especifico. La sincronizada debe ser tratada, quizá, como un tema más universal y menos fragmentado, puesto que el mismo tema así lo sugiere. Dado los casos por ejemplo de Dinamarca, suiza, Holanda, Alemania o Suecia donde la asincronicidad es “bien recibida” porque aquellos países se destacan por un espíritu de trabajo, orden y disciplina laboral propio de cada pueblo, ello permite una mejor vida laboral, que repercute en calidad, eficiencia y eficacia en su trabajo, siendo posible de esta manera una nueva forma de concebir el trabajo con horarios más flexibles propios de una “tercer ola”. Este aspecto para Colombia es aun distante y habría que accionar un poco más a nosotros mismo si queremos llegar al no “chocar” con la concepción de tiempo, pero esto depende claro de la cultura que tengamos hacia el trabajo.
ResponderBorrarCreo que la tercer ola trae una sensacion de autodeterminacion personal, Donde manejamos nuestro tiempo ya que el trabajo y la formacion academica tiene una tendencia cada dia a ser virtual. La ayuda de las telecomunicaciones nos aleja mas de la idea de lo presencial y nos acerca a un mundo en estrecha relacion con la internet. Esto aparentemente facilitara la producion y el consumo. Pero nos queda la incognita del deterioro de las relaciones interpersonales.
ResponderBorrarCreo que la tercer ola trae una sensacion de autodeterminacion personal, Donde manejamos nuestro tiempo ya que el trabajo y la formacion academica tiene una tendencia cada dia a ser virtual. La ayuda de las telecomunicaciones nos aleja mas de la idea de lo presencial y nos acerca a un mundo en estrecha relacion con la internet. Esto aparentemente facilitara la producion y el consumo. Pero nos queda la incognita del deterioro de las relaciones interpersonales.
ResponderBorrarcon respecto a la puntualidad pienso deberia hacer parte de la cultura ciudadana. Se decía antiguamente que la puntualidad era la cortesía de los reyes. Un país que cumple los horarios es un país donde la gente se respeta mutuamente , progresa y da muestra de una sana disciplina.
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