Individuos

¿Por qué la madre y el padre del individuo dan tan mal trato a su hijo? Según Yuval Harari el Estado y el Mercado hacen las veces de padre y madre del individuo, pues en uso de su creciente poder en el apogeo del industrialismo dieron la posibilidad de emancipación del individuo ofreciéndose como sustitutos de la familia y la comunidad local, con la característica de que cada ser podía elegir lo que desease y que “proporcionarían sustento, refugio, educación, salud, bienestar y empleo”. A mi criterio, era, y no deja de ser, una propuesta tentadora.

Al parecer el estado y el mercado se tomaron en serio el querer sustituir a la familia. Tanto así que el estado dicta a los padres biológicos que debe hacer con sus criaturas, limita su autoridad sancionándolo si el muy caprichoso se excede, empodera a los vástagos casi que permitiendo ejercer autoridad sobre sus progenitores y no al contrario. En la actualidad es evidente que la gran mayoría de los padres y madres han perdido autoridad sobre sus hijos e hijas y por consiguiente la obediencia a sus mayores brilla por su ausencia.

Pero la estrategia de liberación del individuo es una macabra jugada del estado-mercado para poder intervenir más fácilmente y modificar el orden social cuando les plazca, pues si existiesen familias y comunidades solidas el proceso mucho más difícil. A las vez que el matrimonio estado-mercado nos proporciona autonomía nos está haciendo conejo al poder actuar sobre entes más débiles, más desprotegidos que no tienen a quien acudir, que están acorralados.

Yo como individuo me siento satisfecho, puedo tomar decisiones que antaño eran impensables de tomar. A qué hora salir, con quien salir, que comer, donde comer, donde querer trabajar, estudiar, todo dentro de mis posibilidad adquisitivas y que tan cualificado este. Ese también es un limitante del estado-mercado, pues ofrece una cantidad pasmosa de opciones pero no todo individuo puede acceder a ellas, por falta de recursos, el estado-mercado fracaso y engaño con su propuesta de liberación del individuo debido a que en su apuesta sacrifico unos por otros. Es decir que unos individuos podemos gozar de alguno de los beneficios que promete el estado-mercado a merced de que otros individuos les son imposible acceder a los beneficios más mínimo que garantizan su supervivencia.

Al principio parecía que el estado-mercado hacia ese ejercicio en clave altruista, pero por desventura peque de ingenuidad. Desde mi posición más o menos cómoda, puedo decir que fue genial el desacoplamiento de cada individuo por fortuna puedo acceder a algunos beneficios que me hacen la vida más llevadera, pero al ver a mi alrededor todo no es color rosa, no hay igualdad de condiciones y no es justo el sacrificio de unos por otros.