Jhon Lasso
Es evidente para muchos en el
encierro que socialmente nos encontramos, pero a que hago referencia cuando
digo “encierro”. La sociedad actual se encuentra organizada en grandes centros
de encierros: la familia, la escuela, el ejercito, la fabrica, el hospital, la cárcel,
etc. Cada institución, organización y unidad rige bajo sus propias normas, que
de alguna manera condicionan, limitan y controlan el accionar de los
individuos.
Se puede afirmar que los
actores ya mencionados han configurado el pensamiento y el comportamiento de
las personas a favor de las necesidades del sistema.
Dentro de este proceso, primero llega la familia imponiendo rituales de tradición y la religión. Mas tarde
llega la escuela, la cual considero que es el punto de partida para que
adoptemos el actuar que caracteriza a la sociedad contemporánea.
Partiré haciendo una analogía
donde cada elemento de la escuela lo identifique con la realidad social la cual
conformamos.
El profesor toma una figura
imponente ante los infantes, figura que fácilmente la podemos asociar a la de
un jefe o patrón, debemos formar como reclutas o como prisioneros, debemos ser
disciplinados y cumplir con horarios de llegadas, de descansos y salidas al
igual que en las empresas, han incorporado en nuestro chip cerebral la idea de
estudiar para ser competentes en nuestro entorno labora, nos han inculcado como
gran valor la obediencia. En fin, han hecho de nuestra especie, una especie de
humanos robotizados, donde nos da miedo romper la rutina diaria, nos han hecho
creer que para ser felices debemos aprisionarnos en los centros de estudio durante
extensas jornadas, y para lograr configurar este proceso de felicidad debemos
conseguir un buen empleo y con ello una buen salario que nos ayude a satisfacer
nuestras necesidades Y las de los que nos rodean.
¡ahora piensa, reflexiona y
actúa!
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