Código:
104416010723
El término globalización
comprende un proceso de creciente internacionalización o mundialización del
capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones políticas
internacionales y la aparición de la empresa transnacional que a su vez produjo
como respuesta a las constantes necesidades de reacomodo del sistema
capitalista de producción nuevos procesos productivos, distributivos y de
consumo, una expansión y uso intensivo de la tecnología sin precedentes. De
cierta manera el movimiento es contrapuesto al comercio internacional. Lo que
se exporta hoy en día no son sólo los productos manufacturados, sino el capital
y las ganancias. Y esta pérdida de ganancias también es una pérdida de capital,
lo que más empobrece a un país es la fuga de sus inversiones al exterior. El
país que recibe la inversión se beneficia de los salarios de los empleados y,
en algunos casos una actividad comercial secundaria; pero las ganancias se
reservan para los superiores, en forma de capital para inversión en otras
partes.
La globalización es un
fenómeno reciente, que marcará profundamente el futuro económico del mundo, y
que afectará a los países en desarrollo de una manera determinante. Muchos
autores y pensadores sobre el destino de la civilización, han venido repitiendo
incesantemente que el mundo está empeorando cada vez más, las comunicaciones
van a tener un gran impacto en los patrones de vida de los países, que el
acceso a la información va a determinar el desarrollo de las naciones, que el
mundo se ha transformado en una aldea global y que el conocimiento será el
mayor recurso de las naciones. La realidad, es que la globalización económica
ya no es una teoría, o un posible camino de la economía y el mercado, sino un
hecho concreto que está cambiando por completo las estrategias económicas de
todas las naciones, redefiniendo las relaciones internacionales y creando
nuevos y poderosos patrones culturales. La intención económica que inspiró la
globalización es, sin lugar a duda, el de crecimiento económico de la clase
empresarial, pero no hay evidencia de que la cuestión de desarrollo del ser
humano tiene parte importante en el movimiento, ahora precipitadamente a flote
en todas partes del mundo. Como tal, la globalización puede ser una buena
estrategia para la acumulación de riquezas, pero esas riquezas son ante todo
para unos pocos y no integra ninguna política proyectada para el desarrollo
integral de una comunidad o una población.
En conclusión, la
globalización es un fenómeno de carácter internacional, cuya acción consiste
principalmente en lograr una penetración mundial de capital financiero,
comercial e industrial, desarrollándose de forma multipolar. La exportación e
importación de productos se realizan, en muchos casos, entre diferentes ramas
de la misma empresa y de este modo no hay necesidad de compartir muy extensamente
sus ganancias. Es precisamente esa sutileza, que conlleva hacia una competencia
internacional de acceso a los mercados, la que permite el crecimiento y
expansión ilimitada de las empresas transnacionales por todo el mundo, las
mismas que a la vez cuentan con el respaldo incondicional de sus respectivos
estados nacionales. La globalización de la economía mundial ha avanzado en
muchos frentes como así también en muchos aspectos de la vida, en la cultura,
los medios de comunicación, el entretenimiento, el turismo, el dominio
creciente del inglés, entre otros.
Es probable que las sociedades
menos desarrolladas serán las menos preparadas para enfrentar todos los cambios
bruscos e imprevisibles que promete la globalización con seguridad. Si un país
no disfruta de un sistema democrático sólido, bien definido y apoyado por la
población, es probable que sea más vulnerable a las influencias del exterior
que los con sistemas democráticos más fuertes y estables. Lo mismo para la
economía. Un país que no tiene una economía generalmente fuerte, equilibrada y
estable, se encontrará probablemente muy vulnerable a la imposición de
expectativas de la comunidad internacional. Igualmente, es probable que un país
que no tiene un sistema de educación y de investigación útil y práctico, un
adecuado servicio médico y seguridad social, todo designado para satisfacer las
necesidades de la población, será más vulnerable a la imposición de normas
extranjeras que una sociedad desarrollada y estable en estos aspectos
fundamentales.
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