martes, 8 de marzo de 2016

La desigualdad en el mundo

La desigualdad en el mundo

Para explicar la desigualdad en el mundo, la ‘Pobreza’ es el elemento principal para poder hacer el análisis.
Hoy en día la desigualdad ha alcanzado niveles abrumadores en el mundo. Por ejemplo, los países ricos poseen veinte años más la esperanza de vida que los pobres, la alfabetización es de 100% en los primeros y de 60.8% en los segundos, si analizamos la desigualdad entre países.
La desigualdad a nivel de la población, es algo devastador. Se ve un panorama muy complicado a la hora de querer combatir… Además, se puede mostrar en datos más precisos los niveles de desigualdad, como lo mostraré a continuación, en un párrafo tomado de la Revista Dinero:
En otras palabras, el 99% restante tiene menos riqueza que los más ricos. Esto desemboca en que aproximadamente 1 de cada 9 personas no tiene lo suficiente para comer y aproximadamente 1.000 millones de personas aún sobreviven con menos de US$1,25 al día.
Entre otros datos, también tenemos que la mayoría de la población mundial es pobre. La pobreza se mide en tres niveles; en el primer nivel está la extrema, con menos de 1 dólar/día, y la sufren 1.000 millones de personas; en el nivel moderada, con menos de 2 dólares/día, hay 1.500 millones de personas; y en la pobreza relativa 2.500 millones de personas.
Si miramos la desigualdad desde un punto de vista más sensible, tenemos: 35 millones de personas mueren al año a causa del hambre, y de esos 3.6 millones son niños. Además del dato no menos significante de que más de 1000 millones de personas viven sin agua garantizada.
Estos factores se ven muy lejanos de una transformación: ya que, si a unos les va mal, a otros les va bien con la desgracia de una mayoría.
Citando un párrafo de ‘http://www.pensamientocritico.org/mikisa0406.html’, notamos claramente la idea que plantee en el párrafo anterior, con claros ejemplos:
Evidentemente el fundamentalismo de mercado decide sólo en función de los beneficios. Si hay beneficios, el sufrimiento es un efecto colateral, desagradable, pero asumible. Pero sabemos que ese determinismo de mercado es falso; quienes deciden que no haya medicinas baratas son personas (dueñas de las farmacéuticas); quienes privatizan la enseñanza o la sanidad son personas (los políticos); quienes marcan las directrices macroeconómicas son personas (del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio).”
En conclusión, notamos que la desigualdad en un problema mundial que afecta a la mayoría de la población. Donde los intereses personales los ponen tan por encima, incluso, de llegar al punto de terminar haciendo un mal a la población.

“Acabar con el hambre, la miseria y la muerte es necesario y es posible, es cuestión de voluntad política. Esa es la esperanza y el reto.”




Código: 104416011282


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