La
desigualdad en el mundo
Para explicar la desigualdad en el mundo, la ‘Pobreza’
es el elemento principal para poder hacer el análisis.
Hoy en día la desigualdad ha alcanzado niveles
abrumadores en el mundo. Por ejemplo, los países ricos poseen veinte años más
la esperanza de vida que los pobres, la alfabetización es de 100% en los
primeros y de 60.8% en los segundos, si analizamos la desigualdad entre países.
La desigualdad a nivel de la población, es algo
devastador. Se ve un panorama muy complicado a la hora de querer combatir…
Además, se puede mostrar en datos más precisos los niveles de desigualdad, como
lo mostraré a continuación, en un párrafo tomado de la Revista Dinero:
“En
otras palabras, el 99% restante tiene menos riqueza que los más ricos. Esto desemboca en que
aproximadamente 1 de cada 9 personas no tiene lo suficiente para comer y
aproximadamente 1.000 millones de personas aún sobreviven con menos de US$1,25
al día.”
Entre otros datos, también tenemos que la mayoría de la población mundial es
pobre. La pobreza se mide en tres niveles; en el primer nivel está la extrema,
con menos de 1 dólar/día, y la sufren 1.000 millones de personas; en el nivel moderada, con menos de 2 dólares/día, hay 1.500 millones de
personas; y en la pobreza relativa 2.500
millones de personas.
Si miramos la desigualdad
desde un punto de vista más sensible, tenemos: 35 millones de personas mueren
al año a causa del hambre, y de esos 3.6 millones son niños. Además del dato no
menos significante de que más de 1000 millones de personas viven sin agua
garantizada.
Estos factores se ven muy
lejanos de una transformación: ya que, si a unos les va mal, a otros les va
bien con la desgracia de una mayoría.
Citando un párrafo de
‘http://www.pensamientocritico.org/mikisa0406.html’, notamos claramente la idea
que plantee en el párrafo anterior, con claros ejemplos:
“Evidentemente el fundamentalismo de mercado decide sólo en
función de los beneficios. Si hay beneficios, el sufrimiento es un efecto
colateral, desagradable, pero asumible. Pero sabemos que ese determinismo de
mercado es falso; quienes deciden que no haya medicinas baratas son personas
(dueñas de las farmacéuticas); quienes privatizan la enseñanza o la sanidad son
personas (los políticos); quienes marcan las directrices macroeconómicas son
personas (del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y la
Organización Mundial de Comercio).”
En conclusión, notamos
que la desigualdad en un problema mundial que afecta a la mayoría de la
población. Donde los intereses personales los ponen tan por encima, incluso, de
llegar al punto de terminar haciendo un mal a la población.
“Acabar con el hambre, la miseria y la muerte es
necesario y es posible, es cuestión de voluntad política. Esa es la esperanza y
el reto.”
Código: 104416011282
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