Andrea
Estefanía Collazos Cerón
Claudia una hermosa mujer
campesina de carácter sólido y tradiciones arraigadas, nació en una vereda en
el sur del cauca, la menor de 12 hermanos, creció rodeada de una numerosa
familia conformada por sus padres, sus hermanos, sus tíos, sus primos, sus abuelos y sus bis
abuelos, una familia que representa a
cabalidad la sociedad de “primera ola“, como lo denomina Toffler; basaron su
economía en la agricultura, vivieron
arraigados a la tierra, su energía recaía en la fuerza de “los hombres de la
casa”, y en caballo, los burros y las
mulas, que transportaban a los “peones”
(trabajadores), ayudaban en la molienda cuando se cosechaba caña, y cargaban los bultos en época de
cosecha de granos y frutales, la cual vendían en el pueblo el día sábado (que
era el día de mercado), la comida se realizaba en hornilla de leña, y sus
noches eran iluminadas por lámparas de aceite.
Sucede que conforme pasaban los
años sus hermanos mayores se fueron a probar fortuna y se radicaron en las
grandes ciudades, ella quiso hacer lo mismo pero era mal visto que una mujer dejara su casa de
no ser para para casarse, le surgió
entonces un profundo deseo por estudiar, deseo que fue reprimido por su padre,
pues según él “para cocinar barrer y atender al marido no se necesita estudio” y
fue entonces cuando se escapó de la casa, y ayudada por personas de un convento
viajo a la cuidad de Bogotá en donde
realizo su aspirantado. Dentro del convento contrario a lo que ella suponía, le
enseñaron religión, oficios de la casa, costura,
cocina, algo de lectoescritura e información básica de contabilidad, no
conforme con esto se escapó del convento viéndose desamparada regreso a casa,
situación que o duraría mucho porque en cuanto tuvo edad para ser
ciudadana viajo a cumplir su sueño de
estudiar esta vez a la ciudad de Cali, en donde a pesar vicisitudes consiguió
su título bachiller académica,
luego ingresó a la escuela normal en
Popayán donde se formó como normalista
superior; Ninguna de estas
circunstancias fueron coincidenciales simplemente la segunda ola llegaba la vida de Claudia.
Claudia conformo una familia
pequeña, solo tuvo dos hijos, se radicaban
en uno y otro pueblo donde a ella
y a su esposo les dieran trabajo en la docencia, solo se tenían los cuatro, si querían
comunicarse con el resto de parientes lo hacían por medio de telegramas, cartas
o en algunas ocasiones por teléfono, y ya que las malas noticias las publicaban
por la radio, no había una mañana o una tarde
en la que dejase de escuchar la emisora regional, pues siempre temía escuchar
que alguna desgracia ocurriera con sus
padres o hermanos, a quienes por culpa
del trabajo casi nunca veía.
Y así vivió el resto de su vida
en una constante lucha entre fuerzas de la primera y segunda ola, feliz
por alcanzar su meta de ser asalariada y
triste porque de alguna manera extrañaba la vida del campo.
Podemos decir y aun mas debemos sentirnos afortunadas de no haber estado en el momento en que golpeaban estas dos olas, donde la mujer solo era vista como una objeto de trabajo, como la sirvienta para ser mas precisa. El impacto de estas olas tiene sus pro y sus contras y para nuestros tiempos no es muy probable que a una mujer se le prive de sus derechos, amenos de la cultura a la que pertenezca, pero para este siglo una mujer es un ser independiente quien puede valerse de si misma.
ResponderBorrarClaudia, Maria ,Ana su hija, su mamá, abuela, una tía, una amiga, la vecina. mujeres a las que les debe respetar y dignificar en todos su actos, desafortunadamente el hecho de que dos olas ya pasaron, vemos que en una sociedad con principios mas moralistas que humanos, aun hoy siguen relegadas a un segundo plano y siguen estando resentes muchas formas de violencia de genero.
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