Es interesante ver como la
ciencia nos ha catapultado hasta el estandarte actual y que parece la Diosa que
gobierna a cada individuo, aprovisionándolo de artilugios tecnológicos para
hacer la vida más amena. Pero la ciencia en sí misma no tiene valor, además por
no ser un ente autónomo libre de emprender su camino independiente y forjarse a
sí misma.
La ciencia como instrumento de dominación y
estrategia de imperio, muestra la historia, es magnífica. Los avances del imperio británico no hubieran
sido posibles sin los avances científicos: los descubrimientos que hizo la
medicina, encadenado con el estudio riguroso de los botánicos en la flora
exótica permite conocer contribuye a mejorar condiciones de vida de sus
combatientes y así poder tener ventaja sobre sus contendientes; la exhumación
de culturas que hizo la antropología permito legitimar la dominación en base al
conocimiento amplio de culturas ancestrales, que incluso los residentes
desconocían; la creación y el fortalecimiento de la estructura crediticia en
base a la “confianza en el futuro” implementado por los economistas de la época;
la construcción de máquinas como parte del andamiaje bélico por parte de la
industria militar, entre otras disciplinas que ayudaron consolidaron el poderío
imperial.
Pero el meollo que quiero
traer a colación es la dependencia de la ciencia a los sistemas de gobierno,
resaltar que la ciencia es tan solo un utensilio de intereses más grandes donde
la prioridad es el incremento
exponencial de los beneficios lucrativos. Es el títere de intereses
económicos, religiosos y políticos. Eso
me hace pensar en cuál ha sido el papel de los académicos de los anales del
tiempo, pues al parecer siempre estuvieron a merced de los caprichos de los
poderosos de su época. Es más: los académicos de hoy siguen en esa dinámica, al
parecer porque no hay escapatoria. Los fondos de recursos para la investigación
da prioridad a los proyectos que brinden una perspectiva de ser funcional y
aplicable, que dan como resultado nuevos
artilugios tecnológicos o permitan lo optimación, mejoramiento o restauración
de procesos ya existentes.
Un ejemplo claro lo propone
Yuval Harari, en su texto “De animales a Dioses”. El plantea la propuesta de
dos proyectos de investigación. Los dos proyectos requieren el mismo monto de
dinero para ejecutarse, que es un millón de dólares. El profesor del primer
proyecto “quiere estudiar una enfermedad que infecta las ubres de las vacas”
causando “la reducción del 10 por ciento en su producción de leche”. La
profesora del segundo proyecto “quiere estudiar si las vacas sufren mentalmente
cuando se las separa de sus terneros”. Se asume que los recursos, para este
caso hipotéticos, son limitados y tan solo es posible la financiación de uno. Pues
bien, la decisión de cual proyecto financiar está respaldada por el organismo
que tenga más influencia política y económica, en este caso el de la industria
lechera, pues por considerar de prioridad el potencial comercial de la leche.
Además da la forma de cómo podría reorientar el planteamiento del segundo
proyectos a términos más interesantes para la industria lechera y sin perder la
esencia del proyecto inicial “la depresión lleva a una reducción en la producción
de leche. Si comprendiéramos el mundo mental de las vacas lecheras, podríamos desarrollar
medicamentos psiquiátricos que mejoraran su talante, con lo que la producción
de leche podría aumentar hasta el 10 por ciento. Calculo que hay un mercado de
250 millones de dólares anuales para los medicamentos psiquiátricos para
bovino”
Ese caso hipotético es de la
cotidianidad de las comunidades académicas que se dedican a la investigación. Tienen
el dilema de filtrar sus deseos de investigación con base a las prioridades de
los que controlan el poder político y económico.
Ahora
me invade la duda ¿los académicos tendrán en algún momento la autonomía
suficiente para decidir sobre que investigar, sin la completa dependencia de
los intereses políticos y económicos?
La ciencia va de la mano con el progreso por lo que queda facil a traves de ella buscar intereses grandes y personales como mencionas
ResponderBorrarLa ciencia va de la mano con el progreso por lo que queda facil a traves de ella buscar intereses grandes y personales como mencionas
ResponderBorrarLa ciencia va de la mano con progreso bajo esta relacion se da en la mayoria de los casos la dependencia de esta con lo que pasa al rededor (social-economia-politica)
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