JHON
CRISTIAN ORTEGA
En el risco de una concepción en el que el capital produce
el cambio climático, entonces la mejor manera de evitar el cambio climático es
eliminando el capital, dirían convencidos de ello, los socialistas especialmente los del siglo
XIX.
La economía produce una transformación en la atmosfera. Ya
tan solo en 1972 se rumoraba con cierta certeza que no podía crecer tanto la
economía como se estaba pensado, Corrientes ambientalistas habían presentado un
informe de una comisión; integrada por científicos y economistas, en una
conferencia en la década de los setenta. Se conto cuantas reservas de materias
primas de recursos no renovables podía disponer el planeta, comparando el uso de esas materias en una taza del
crecimiento de la economía; producto interno bruto; sobre el efecto que podría provocar hacia un futuro.
Entonces ¿cuál sería la oferta disponible y cual la demanda a través del crecimiento
económico? Dicha tesis llego a la conclusión que los recursos se acabarían. Una
matemática simple ya indicaba que no podía crecer demasiado el capitalismo como
estaba pensado. Generando desde esa época la estimulación de una conciencia
global por el medio ambiente. Aquello solo eran especulaciones y leves
advertencias ya que ni siquiera se hablaba en ese tiempo de un cambio climático.
En la actualidad el tema gira de una manera mucha más seria y las matemáticas
ahora son más complejas.
El exponencial crecimiento de producción de mercancías y el
proceso económico acelerado produjo que cálculos como los de Svante Arrhenius se
quedaran cortos, puesto que decía en 1896 que dentro de 750 años habría
una duplicación de la cantidad de CO2
equivalente en la atmosfera lo que generaría que la temperatura del planeta
aumentara en 5 grados centígrados. Con el sistemas capitalista y
mas allá, neoliberalista, en el que estamos sumergidos, provocamos que 750 años
de un posible aumento de temperatura se convirtieran en 150 años de verdadero
comienzo de una crisis climática, aumentado la temperatura en ya casi de dos grados centígrados.
Aun que existen evidencias que el planeta a lo largo de su creación,
naturalmente ha tendido un calentamiento global y unas grandes heladas globales,
el cambio climático que hoy se manifiesta es antinatural, es antropogénico, es
decir causado por la actividad del hombre de la cual ya ni siquiera se duda de
ello, como lo hacían los escépticos en los noventas. Estamos ante una nueva
realidad. Si lo produce el ser humano, no estamos simplemente ante una realidad
geológica o científica, estamos también ante una realidad económica y política,
que tiene que ver con el consumo y el poder y con la cultura con la que nos
comportamos como humanidad.
Ha sido necesario para el hombre moderno conocer los datos y
estadísticas de un promedio sobre el impacto global que está causando su actividad
y compartir estas en conferencias dando así a conocer documentos en los que
afirma que las moléculas de dióxido de carbono desaparecen de la atmosfera en
promedio temporales que llegan hasta dos siglos, debido a ello esto, conlleva a
pensar, que las moléculas que ya están calentado en promedio el planeta en este
momento, arrojadas por la economía mundial actual en la atmosfera,
desaparecerán en uno o dos siglos.
Un cálculo simple sugiere que por cierta cantidad de CO2
lanzado anualmente, hace que cierta parte – llamados partes por millón -
ciertas moléculas, queden en el aire, así que con cada emisión por año se
acumularían con la cantidad de los años anteriores y posteriores. Haciendo de
esta coyuntura, además de ser acumulativo, también irreversible, prácticamente
un reloj contra la vida, segundos los
cuales no se pueden devolver.
“Apague y vámonos”,
apagar todo por dos siglos, una solución de espera biológica, pero no es más
que una vaga utopía considerando la sociedad en que vivimos y con la maquina económica andando, que mas mal
que para bien estamos produciendo un paso, pero, un paso más cada día hacia
nuestra muerte como especie.
Esta carga política y económica es mucho mayor que la se
vivió en las primeras décadas del siglo XX de los proletariados en contra del
patrón; muchas veces el opresor. La discrepancia entre un modelo económico y el
cuidado del medio ambiente es de mayor tención. Visto dentro los cambios de
hechos históricos sobre la economía, esta vez, es la lucha de la humanidad para
poder vivir.
Para amortiguar la realidad las naciones unidas realiza
convenciones sobre el cambio climático. En cumbres ambientales nunca antes todos
los presidentes del mundo se reunían en un mismo lugar, en una sola conferencia.
Es porque algo está pasando. El mecanismo financiero para la adaptación no de
cada nación, sino la de las cumbres internacionales, es decir en términos más
globales, los hace el banco mundial. Evidenciado esto por las recientes
reuniones de la tan llamada COP, la más reciente COP21, donde pretende
encontrar una receta ideal económica que se pueda brindar a la humanidad para
que el sistema financiero no se colapse y a su vez permita detener el cambio
climático y donde además de reunirse los presidentes y
delegados, también están presentes los grandes ejecutivos de las aseguradoras
los cuales dicen un poco cínicamente que “el mercado” puede adaptar una ciudad al cambio climático porque
no le dará pólizas de seguro a las constructoras que querían construir en
territorios de alto riesgo; dicho de otra manera, es una forma algo neoliberal
de aborda el problema. Es decir ¿que el mismo mercado (a través de la oferta y demanda, con libre
competencia) puede detener los problemas ambientales? Algo irónico ya que fue
el mercado quien produjo el cambio climático.
Para el banco mundial los países, según las cumbres,
entregaran unos fondos para el cambio climático, pero ¿Como los proyectos que
buscan mitigar el cambio climático se
van a financiar? Con un criterio poco alentador los grandes aseguradores
responden que solamente se financiaran si
son rentables. Se debe mostrar que el crédito se puede pagar.
¿Como es posible que el criterio a seguir sea la de la tasa
de interés y por tanto la rentabilidad del proyecto? – Que joyita de mercado
- entonces seria valido afirmar que posiblemente habrá circunstancias y
territorios donde el cambio climático demande proyectos que no son rentables y
que por tanto al no ser rentables ¿determinarían la muerte o el éxodo? De manera tal, se estaría indicando, que es
el mismísimo mercado quien iría adaptando a la humanidad, produciendo éxodos y
muertes porque allí no fue rentable el proyecto.
El calentamiento global no es más que el producto de una
economía fósil de mercado y por ende intensa. Es bien sabido que el petróleo es
el producto de animales que murieron hace muchos siglos, es decir, esta es una
economía que vive de la muerte. Los uwas, pueblo precolombino, ya lo decían en
su afinidad y sabiduría por la madre tierra “el petróleo es la sangre de la
tierra”, por ello eran fieles opositores que rotundamente se negaban a exploración petrolera del país.
Pese a ello esta economía fósil es nuestro sustento como
economía actual, pues todo lo que consumimos aporta al cambio climático. Así que
si queremos detener el reloj contra la vida misma debemos estar firmes y de
acuerdos en romper un paradigma de pensamiento ya que estoy convencido que
influye mayúsculamente la cultura de cada civilización. Un ejemplo muy breve
seria utilizar la moda - ya que muchos en
el mundo la siguen – como excusa para proponer la idea global de como “moda”
utilizar la ropa arrugada, imponer la estética del buen vestir usando la ropa
sin planchar, así por ejemplo se dejaría de usar la plancha de varios hogares
del mundo y se estaría horrando una buena cantidad de energía ya que este es uno
de los electrodomésticos que más consume energía. Otro breve propuesta es dejar
la construcción de urbanizaciones y estructuras arquitectónicas de una ciudad
en torno al carro. Dejar a un lado la proliferación de la cultura del carro
como vehículo indispensable, o al menos hasta que sea un hecho la utilización
de un combustible diferente del petróleo. Desarrollo urbanísticos a favor del ambiente se han dado y se pueden
dar mas. Así como estas, también se puede obtener más cultura en diferentes
campos del ahorro de recursos y de productos reciclables. El planteamiento de ¿Como
escapar de la economía fósil que va matar la vida y sustituirla por una economía
no fósil?, Aquello daría lugar para dotar de derechos a la naturaleza. Que
nuestra acción no puede atentar contra la naturaleza, que nuestra economía no
lo pueda hacer, es decir la creación de tribunales a favor de la naturaleza, es
unir entonces los derechos humanos con los de la naturaleza, es eso aquello que
hoy por hoy no existe como seguridad “vital” para la humanidad y el ecosistema.
La humanidad deberá asumir la responsabilidad de la trasformación de las formas
de producir y consumir en las sociedades modernas si queremos que esta viva.
Considerar la posibilidad de que en nuestro tiempo contemporáneo exista la esperanza de que en cada individuo verdaderamente esté como acto primordial la conservación de la especie por consiguiente de la naturaleza, es un poco difícil, como lo dices tú, una utopía prácticamente. Ciertamente llegamos a esté punto de crisis climática debido a ello, debido a que la “evolución” no ha traído consigo absolutamente todo lo positivo, sino que también nosotros mismos como especie humana simplemente nos hemos descontrolado, nos hemos dejado afectar y sobre todo influenciar por lo que quienes capitalizan el mundo imponen, hemos aceptado de una u otra forma el consumo excesivo y nos hemos hecho parte de él, protagonistas incluso, olvidándonos completamente de que los recursos naturales son quienes nos dan la posibilidad de vivir como vivimos, la naturaleza, es el centro, el núcleo, el origen de donde parte todo lo que poseemos, todo lo que hemos “evolucionado”. Está claro que sin el hombre y sin su inteligencia de pronto no habría sido posible contar con lo que contamos hoy en día, tecnología avanzada por ejemplo, pero ¿De que se dispone el hombre para lograr avanzar tecnológica y científicamente? La respuesta no la planteas tú con cifras, evidencias y datos que nos indican que el fondo de todo surge de los recursos cien por ciento naturales. Entonces el grave problema lo considero, es una pésima administración de ello, y estoy de acuerdo contigo, en reaccionar, unos ya dan por perdido cada suceso que ha pasado que simplemente queda la resignación, otros dispuestos a asumir con responsabilidad los cambios que hayan qué hacer para acércanos a la buena preservación de la naturaleza y valga la redundancia de nosotros como especie.
ResponderBorrarFelicidades por tu texto.
Cordialmente: Kelly Álvarez.