Sara Meliza Martínez Ruiz
Popayán, capital del departamento del Cauca, es un ejemplo claro de cómo la
economía puede atravesar ciclos de cimas y crisis, no solo en las estructuras
productivas sino también las dinámicas sociales y culturales. Desde la llegada de los
conquistadores en el siglo XVI, la ciudad se convirtió en un lugar estratégico, primero
por la minería y la ganadería, y luego por la agricultura, el comercio y recientemente,
los servicios.
Tras la conquista española, a mediados del siglo XVI, la introducción de ganado
a través del puerto de Buenaventura permitió el fortalecimiento de haciendas en
Popayán y sus alrededores. Estas haciendas no solo transformaron la geografía rural,
sino que también articularon un modelo económico que giraba en torno a la agricultura
y la ganadería. Similarmente, la minería del oro se convirtió en un motor de riqueza que
consolidó a Popayán como un centro de poder económico y político en el virreinato. La
explotación minera, sin embargo, estuvo acompañada de la instauración de una
sociedad esclavista, sustentada en la importación de mano de obra africana y en el
sometimiento de comunidades indígenas.
La cima minera dejó una huella visible en el patrimonio cultural de la ciudad.
Iglesias, casonas coloniales y obras de arte son testimonio de una época en la que el
oro no solo enriquecía a las élites locales, sino que también moldeaba la identidad
cultural de Popayán. A la par, las haciendas productoras de caña de azúcar, café y
tabaco fortalecieron los circuitos comerciales que conectaban la región con mercados
nacionales e internacionales, generando una clase de empresarios coloniales que
establecieron vínculos con comerciantes extranjeros.
Con el paso de los siglos, y especialmente en el siglo XX, la minería perdió
protagonismo, mientras que el comercio y los servicios se consolidaron como ejes de la
economía payanesa. Popayán se convirtió en un nodo regional que aportaba de
manera significativa al Producto Interno Bruto del Cauca. Sin embargo, este proceso no
estuvo exento de problemas: la ciudad ha enfrentado altos niveles de desempleo
particularmente en las mujeres y una marcada expansión de la economía informal. Esta
última, que incluye desde actividades comerciales subterráneas hasta oficios
nocturnos, constituye tanto un desafío como un recurso de subsistencia para cientos de
familias que dependen de ella en el centro histórico.
En la actualidad, Popayán se caracteriza por una economía diversificada que
integra el comercio, los servicios, la actividad agropecuaria y la disminución de la
explotación forestal y pesquera. Aunque ya no goza del esplendor económico de la
Colonia, la ciudad se mantiene como un polo de atracción para empresas y como un
referente cultural e histórico en el suroccidente colombiano. No obstante, los retos del
desempleo y la informalidad plantean la necesidad de repensar estrategias de
desarrollo económico más incluyentes y sostenibles.
La trayectoria económica de Popayán es un relato de transformaciones. Del oro
y las haciendas coloniales al comercio y los servicios contemporáneos, la ciudad ha
sabido adaptarse a los cambios globales y regionales, aunque no sin dificultades. Su
historia económica revela la estrecha relación entre riqueza y desigualdad, progreso y
exclusión, esplendor cultural y tensiones sociales. Hoy, Popayán enfrenta el reto de
proyectar un modelo de desarrollo que no solo preserve su legado histórico, sino que
también garantice oportunidades para sus habitantes, especialmente frente a la
informalidad y el desempleo. Reconocer sus ciclos de cima y decadencia es una
invitación a construir un futuro económico más justo y sostenible para la ciudad y la
región.
Fuentes Bibliográficas
- https://lahistoria.info/historia-de-popayan/
- https://es.wikipedia.org/wiki/Popay%C3%A1n
- https://popayan.gov.co/MiMunicipio/Paginas/Historia.aspx#gsc.tab=0
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