Hablar de Popayán es hablar de memoria. A esta ciudad, conocida como la “Ciudad
Blanca”, se la suele recordar por su arquitectura colonial, su Semana Santa o su cocina
declarada patrimonio inmaterial por la UNESCO. Sin embargo, detrás de las
procesiones solemnes y de los patios coloniales, se esconde una historia económica
compleja que ha marcado el destino de sus habitantes. Popayán ha sido, a lo largo de
los siglos, un territorio en tensión entre la riqueza cultural y la fragilidad de sus
estructuras productivas.
Este texto tiene como propósito explorar esa historia económica: desde sus raíces
coloniales y agrícolas, hasta sus transformaciones recientes, con el fin de comprender
no solo el pasado, sino también los retos actuales que enfrenta la ciudad. Mi intención
es mostrar cómo las tradiciones productivas de Popayán, sus cambios históricos y los
desafíos presentes configuran un territorio que lucha por encontrar un equilibrio entre lo
que fue y lo que puede llegar a ser.
Orígenes de una economía marcada por la tradición
En la época colonial, Popayán era uno de los centros más importantes del suroccidente
colombiano. Su ubicación estratégica la convirtió en punto de paso entre Quito y
Cartagena, lo que facilitaba el comercio. La riqueza provenía, en gran parte, de la
minería del oro y de la plata, pero también de la agricultura en las haciendas que se
expandían alrededor de la ciudad. La caña de azúcar, el maíz, el café y la yuca no solo
eran productos de consumo, sino también motores de una economía local que dependía
del trabajo indígena y afrodescendiente.
Estas dinámicas productivas dieron forma a un modo de vida que todavía se percibe. La
gastronomía tradicional de Popayán, reconocida mundialmente, es un reflejo de esas
raíces: cada receta es un testimonio del campo, del intercambio cultural y de la manera
en que la economía se entretejía con la vida cotidiana. En este sentido, la economía de
Popayán no era solo números o transacciones: era cultura, identidad y arraigo.
Sin embargo, la historia económica de Popayán no estuvo exenta de dificultades. El
siglo XX trajo consigo una industrialización débil que nunca alcanzó a consolidarse. A
diferencia de otras ciudades colombianas que crecieron de la mano de la industria,
Popayán permaneció más anclada al comercio regional y a los servicios. La falta de
inversión sostenida y la concentración de tierras en pocas manos limitaron las
oportunidades de desarrollo.
A esto se sumaron otros factores. El conflicto armado en el Cauca golpeó con fuerza las
dinámicas productivas y generó desplazamientos de comunidades campesinas e
indígenas, lo cual debilitó aún más la economía rural. Al mismo tiempo, la llegada de
productos externos al mercado desplazó prácticas agrícolas ancestrales, creando una
dependencia que aún hoy se percibe. Sin embargo, en medio de esas rupturas,
Popayán encontró en el turismo cultural y religioso un camino de sostenimiento. Las
celebraciones de Semana Santa y el valor de su patrimonio arquitectónico la
convirtieron en un destino que atrae visitantes nacionales e internacionales. Este
tránsito de lo agrícola y artesanal a lo turístico refleja un cambio en el eje económico de
la ciudad, aunque no resuelve del todo las desigualdades históricas.
En la actualidad, la economía de Popayán se sostiene en tres pilares fundamentales: el
comercio, el turismo y la educación. Sus universidades, encabezadas por la Universidad
del Cauca, generan movimiento económico y atraen estudiantes de diversas regiones.
El comercio local mantiene su dinamismo, mientras que el turismo sigue creciendo
gracias a la proyección cultural y gastronómica. Pero los desafíos son evidentes. La
informalidad laboral es alta, la desigualdad persiste y la ciudad aún carece de una
industria fuerte que diversifique su economía. Frente a esto, emergen posibilidades: el
turismo sostenible, la economía creativa y el fortalecimiento de la producción agrícola
campesina aparecen como alternativas viables. Popayán podría, si se lo propone,
construir un modelo de desarrollo incluyente que combine tradición y modernidad,
memoria e innovación.
La historia económica en Popayán es una historia de contrastes. Por un lado, se alza la
riqueza de su pasado colonial, sus tradiciones agrícolas y su patrimonio cultural; por el
otro, se evidencian las fracturas de una economía que nunca logró consolidar un
crecimiento industrial sostenido. Hoy la ciudad enfrenta la paradoja de ser rica en
cultura, pero limitada en oportunidades.
No obstante, este panorama no es una condena, sino una invitación. Reconocer la
memoria económica de Popayán es el primer paso para proyectar un futuro distinto,
donde la sostenibilidad, la economía local y la innovación se conviertan en motores de
desarrollo. Popayán no debe ser solo un museo vivo del pasado, sino un territorio de
oportunidades donde tradición y transformación puedan caminar de la mano.
Referencias
DANE. (2022). Informe económico del departamento del Cauca. Departamento
Administrativo Nacional de Estadística.
UNESCO. (2005). La gastronomía de Popayán, patrimonio cultural inmaterial de la
humanidad.
Universidad del Cauca. (2019). Historia económica y social del Cauca. Editorial
Unicauca.
PNUD. (2020). Economía y desarrollo sostenible en el suroccidente colombiano.
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario