Hablar de nuestro territorio, es hablar de donde somos, de donde
venimos, cuales son nuestros raises. Muchas veces la pregunta que
mas surge en nuestro entorno es: ¿DE DONDE ERES?, y es hay
cuando comenzamos a hablar de “territorio” un espacio geográfico
con el que tienes una conexión ya sea física, social, cultural o
emocionalmente. Ser parte de un territorio influye en nuestra
identidad, nuestro comportamiento, seguridad, y vínculos
emocionales que son muy importantes, ya que nos permiten
relacionarnos con nuestro entorno, además nos conecta
emocionalmente con lugares y personas.
En un municipio de la ciudad de Popayán está ubicada mi vereda
llamada San Antonio, un lugar con mucha historia, rodeada de
tradición, agricultura y paisajes únicos. En sus comienzos este era
un territorio en el que no había mucha población, eran tierras muy
solitarias, pero a causa de la guerra de los mil días comenzó la
llegada de nuevos habitantes, quienes fueron tomando posesión de
tierras, poco a poco fueron llegando mas personas con sus familias
de diferentes lugares, la población comenzaba a crecer y las
familias que se iban formando eran grandes, mientras las familias
crecían, también crecía la agricultura, la manera en la que el
campesino podía proveer a su familia. Los cultivos que mas se
sembraban eran: maíz, frijol , yuca, plátano, café, caña, entre otros,
lo que les daba identidad territorial, la agricultura era algo
fundamental para las familias ya que hacía parte también de sus
tradiciones, como la celebración de día del niño Jesús y otras
antigüedades conocidas en las que era costumbre reunirse toda la
familia en una casa para preparar muchos alimentos tradicionales y
la gran mayoría de esos alimentos que se preparaban eran
cultivados por los mismos campesinos, hasta los animales que se
preparaban eran criados por estas familias. La agricultura no solo
era importante para hacer posibles estas tradiciones, sino que
también era parte fundamental para la economía de este territorio,
los productos que daba la agricultura no solo eran para el consumo
humano, también era para la comercialización ya que esto permitía
a lo campesinos un ingreso económico para sus familias y así
también tener una mejor producción, unas mejores viviendas y una
mejor manera de vivir. En la actualidad ya hemos dejado muchas
tradiciones, las familias que nos rodean no son tan extensas como
antes, pero seguimos siendo un territorio que depende de la
producción agrícola siendo el café y la caña nuestro principal
producto para el comercio, algunas familias emplean la producción
pecuaria como ganadería, porcicultura, cunicultura, entre otros,
todo esto es lo que nos permite tener una entrada económica para
nuestras familias y permite que el campesino siga disfrutando esa
bella labor que es sembrar, porque ser campesino es sentir una
conexión con la tierra, la biodiversidad y su cultura.
En conclusión, mi territorio representa mas que un espacio
geográfico, es reflejar nuestra identidad, tradición y conexión con el
espacio que nos rodea. Ser campesino es un privilegio ya que nos
permite valorar el trabajo, las culturas, el entorno natural que nos
rodea, saber que la agricultura nos ha generado un desarrollo
económico y nos ha dado avances en nuestra calidad de vida. Así
pues, reconocer el valor de nuestro territorio es también reconocer
el potencial que tenemos para construir un futuro digno y
sostenible.
martes, 19 de agosto de 2025
MI TERRITORIO
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