Para abarcar el tema es necesario que sepamos el concepto del conflicto
armado, por conflicto armado (interno) se entiende una situación de guerra civil entre
dos partes de una población, se reconoce también como un grupo terrorista alzado en
armas, que se financia con recursos provenientes del narcotráfico, extorsiones y demás
actividades ilícitas. El conflicto armado es un abismo de dolor y muerte donde la
humanidad se desvanece devorando vidas y destruyendo sueños, la destrucción es su
objetivo y su nombre tiene como sinónimo la crudeza y la devastación convirtiendo a
inocentes en victimas y a los civiles en sus objetivos.
Cauca, un departamento ubicado en el suroeste de Colombia, es un lugar que a
lo largo de los años ha vivido una compleja historia de conflicto social y armado. Esta
región lleva un legado de dolor y resistencia que afecta lo económico y lo social del
país, hemos sido testigos de miles de episodios violentos debido a que grupos como el
ELN o las FARC han utilizado la violencia para controlar territorios, intimidar y generar
miedo. El conflicto armado ha dejado una huella que no se borra en el corazón de
muchos colombianos, pero no una huella buena si no una mala, pues ha arrebatado
gente de nuestro camino injustamente, se ha adueñado de las pocas cosas que las
regiones tienen y no ha permitido que el pueblo viva una vida plena como merece
tenerla, estos daños han alterado profundamente los proyectos de vida de miles de
personas y familias; han cercenado las posibilidades de futuro a una parte de la
sociedad y han resquebrajado el desarrollo democrático.
Hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos
mayores presenciaron asesinatos atroces de familiares cercanos o vecinos; se les es
obligado a ver cosas que no quieren ver llenando así de traumas a familias. Fueron
víctimas de amenazas, encierros, reclutamientos ilícitos y forzados a colaborar con un
determinado grupo. Mujeres y niñas fueron víctimas de diversas formas de violencia
sexual, agredidas en sus cuerpos y su dignidad. Mas allá de esto, los costos
económicos y la reducción de variables como la inversión y el consumo, la expansión
de los actores armados insurgentes se traduce en panoramas de terror e intimidación.
Los grupos guerrilleros se sumergen en las elecciones de cargos públicos, los
contratos, los programas sociales, las inversiones y finalmente se crea un círculo
negativo de pobreza y desigualdad, pues a medida que aumentan los homicidios, las
extorsiones, la migración de la población y otros factores, la descomposición del
territorio se agranda más junto con la ida de recursos necesarios y personas que no
tienen culpa.
Cauca podría llevar una buena economía pero el conflicto armado muchas veces
perjudica su potencial económico, si hubiera ausencia del conflicto armado habría una
mejor inversión con los extranjeros, un buen desarrollo agrícola, un turismo sostenible e
inclusive podríamos hasta mejorar la infraestructura en las carreteras o puertos, el
conflicto no avanza ni deja avanzar, Colombia lleva un ciclo de violencia y
estancamiento, se ha convertido en un circulo vicioso ya que usan la represión para
manipular y controlar territorios, es como si todo se quedara pausado y se viviera por
vivir mas no para disfrutar ya que roban a su pueblo y roban y matan a su gente.
La economía del Cauca que podría ser una fuente llena de riqueza, paz y
prosperidad esta siendo destruida por completo, las personas que invierten se van
alejando, los locales se cierran, los jóvenes emigran por falta de oportunidades o
empleos, los campesinos que trabajan con la tierra y nos dan de comer están dejando
sus labores por miedo a que los asesinen, los niños no puede vivir una infancia normal,
pues, crecen con miedo y tristemente como siempre, las mujeres que deberían ser
respetadas, viven llenas de miedos debido a que las reprimen, las explotan, las
denigran y son las mayores victimas de violencia.
Para concluir todo esto, podemos definir que Colombia merece ser libre, no
queremos más ríos de lágrimas y sangre, queremos risas, juventudes felices, mujeres
no vulneradas, niños con infancias sanas y placenteras, campesinos disfrutando sus
tierras, indígenas viviendo en sus tierras ancestrales, madres compartiendo con sus
hijos, una Colombia feliz.
Queremos que haya tierras fértiles no cadáveres, que nuestros pueblos,
comunidades o regiones no sean olvidadas, que se luche por mejorar la economía y
que no olviden nuestra población. No es justo que los niños y jóvenes que son el futuro
del país tengan que irse de sus casas, dejar sus escuelas o dejar de educarse debido a
los desplazamientos o secuestros del conflicto armado, no es justo que en vez de tener
un libro o cuaderno en las manos tengan un fusil o una pala, nuestros jóvenes merecen
educarse, aprender de la historia social y económica del país para así no seguir
repitiendo los mismos patrones porque quien no conoce su historia está condenado a
repetirla, nuestros jóvenes tienen Colombia en sus manos, porque como decía Jaime
Garzón (1960-1999) “si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país,
nadie va a venir a salvarlo” y tiene mucha razón, por eso queremos que se haga justicia
y que nuestra querida Colombia y sus territorios se salven y puedan hacer de este país
un futuro mejor.
Bibliografía
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https://repository.eafit.edu.co/server/api/core/bitstreams/8fac023f-60e7-4899-
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