Alejandro Muñoz Erazo
En Colombia, específicamente en Popayán, mi territorio muestra un
estancamiento a pesar de que intenta modernizarse al seguir modelos de otros
territorios pero en contextos diferentes, lo que nos hace evitar los problemas que
debemos vivir y solucionar en sociedad ya que solo al seguir supuestamente el
prototipo ideal, nos hace adaptarnos y a la vez tratamos de solucionar problemas de
otros territorios ignorando así los nuestros. Esta mirada desde fuera de pretender
mostrarnos como una sociedad que es moderna y actualizada, termina siendo una
trampa, porque aunque parezca un avance se convierte en retroceso al no
responder las necesidades del territorio.
Lo que cuenta mi territorio es desde la colonización, en la que Popayán fue
una de las provincias más relevantes del Imperio Español, buscando una riqueza a
base de minería, explotación agropecuaria y trabajo forzado de personas
esclavizadas, consolidando las elites coloniales con una estructuralización rígida y
desigual, por lo que desde este punto Popayán desde sus orígenes reprodujo
modelos externos en la que distintas elites se confrontaban sin resolver problemas
propios como lo es la propia creación de esas élites de clase alta las cuales dieron
un atraso rural, con infraestructura precaria y dependencia externa, problemas los
cuales nos persiguen hasta la actualidad.
En consecuencia, al dia de hoy seguimos con la misma dinámica de copiar
modelos ajenos, especialmente el europeo, al trasplantarse sin adaptación, dejaron
agujeros negros en la agenda local, por adoptar lenguajes y políticas de moda,
como lo es la social democracia que en esencia funciona como un progresismo, el
cual plantea que los problemas sociales se resuelven a traves de la intervención del
estado por ayudas y subsidios. Sin embargo, esto no ataca la raíz del problema que
conlleva estas desigualdades, esto solo genera nuevas dependencias como lo
afirma Agustin Laje en Generación idiota, “la socialdemocracia ha logrado crear
generaciones enteras dependientes de la dádiva estatal, convencidas de que sus
problemas se solucionan con más subsidios, cuando en realidad esos subsidios son
el instrumento de dominación de las élites políticas” (Laje, 2022).
Reflejándose claramente en Popayán que al tratar de resolver la desigualdad
estructural, el desempleo juvenil o el abandono del campo, se aplican programas
asistencialistas que apenas sostienen temporalmente a la población, siendo hasta
cierto punto ineficaz. Por otro lado, generan otros problemas que son a través del
estado en el que, a través de corrupción, clientelismo y pactos con élites locales,
perpetúa el atraso del territorio. Lo que debería ser una solución se convierte en
parte del problema.
Por lo cual, el verdadero obstáculo, no solo son esas élites y el Estado, sino
una cultura que ha normalizado la violencia, la ignorancia y la dependencia,
impidiendo que se cuestionen estas dinámicas y se busquen alternativas
auténticamente propias, aunque, cabe resaltar que ese mismo problema de cultura
no se soluciona por las mismas élites que tratan de seguir manteniendo las
dinámicas.
En conclusión, Popayán arrastra desde la colonia hasta el día de hoy una
dinámica de imitación de modelos externos que muy lejos de resolver sus
problemas estructurales de desigualdad, los ha profundizado. La dependencia de
políticas asistencialistas y de élites locales mantiene el atraso y la desigualdad,
mostrando que el verdadero cambio sólo podrá surgir de soluciones propias dando
una renovación cultural y no de copias ajenas, especialmente en Europa.
Referencias:
Echeverri, M. (s. f.). Esclavitud y tráfico de esclavos en el Pacífico suramericano
durante la era de la abolición.
https://www.redalyc.org/journal/600/60060718005/movil/?utm_source
Laje, A. (2022). Generación idiota: Una crítica al adolescentrismo.
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