YEFERSON NICOLAS BURBANO MELO
La economía campesina de El Peñol, Nariño, ha estado históricamente
sustentada en cultivos muy variados como lo es el maíz, fríjol, yuca, arveja, caña
panelera, plátano y café, complementados con ganadería de equinos y bovinos en
su mayoría. Esta estructura productiva ha permitido a las familias variar sus fuentes
de ingreso, adaptándose a los cambios de mercado, la infraestructura y las políticas
públicas. Sin embargo, en las últimas décadas, este periodo económico ha
convivido con la presión de cultivos ilícitos presentes en municipios vecinos y, en
menor escala, en el propio territorio, generando una tensión entre la comunidad, la
estabilidad que brinda la diversificación agrícola y los riesgos económicos y sociales
que conllevan estas economías ilegales.
Sus diferentes tipos de terrenos ha sido lo que más ha favorecido a esta
comunidad porque les ha permitido sembrar su gran variedad de cultivos gracias a
los diferentes pisos térmicos. Durante una gran parte del siglo XX, su base
alimentaria local se atribuyó al maíz, frijol, yuca, lechuga cilantro, entre otras cosas
que se daban en esta, teniendo como fuerte la venta de café, la caña panelera y el
plátano, así como también lo fue la ganadería. Estos sistemas agroforestales como
el café y el plátano han permitido un aprovechamiento muy integral del suelo
creando una mejor estabilidad de ingresos para las familias campesinas gracias al
trabajo familiar y una mejor adaptación en las diferentes temporadas y tiempos de
lluvia.
En la actualidad, las estadísticas que se puede conseguir a nivel municipal son
muy limitadas, se dispone de algunos indicadores que muestran una productividad
clara. El café sigue siendo una de las principales fuentes de ingreso respaldados por
la existencia de un punto de compra como en este caso lo es la (Federación
Nacional de Cafeteros), garantizando la comercialización formal del grano y los
accesos que esta anexa. Por otra parte, el limón Tahití se destacó como
diversificación frutícola en la zona norte y cordillera de Nariño, incluyendo a El
Peñol, a esto también se le suman cultivos como maíz, arveja, caña panelera,
plátano, entre otras. Que son base segura de alimentación y contribuyen también a
la economía local.
La actividad ilícita es algo que también se presenta en este municipio ya que no
es tan significativamente como en municipios aledaños como lo es Policarpa. Esta
no tenía tanto impacto en años anteriores como lo ha sido desde el año 2024 en
adelante. Esto es algo que impacta tanto como en lo social, laboral y económico, ya
que, al competir un jornal de productos agrícolas con un jornal de productos ilícitos,
el jornal de productos ilícitos tiende a ser en ocasiones hasta el doble que un jornal
de productos agrícolas, por esto toda la distorsión de los jornales y el incremento de
precio en arriendos por la expectativa de mayores ingresos rápidos. Todo esto por la
poca actividad que se presenta en el municipio y por decirlo así la (sombra) que
influyen municipios aledaños sobre la economía legal, afectando tanto los precios
como la seguridad y reputación de los productos agrícolas.
Por tanto, El Peñol, muestra una persistencia adaptativa en una economía
campesina que ha sabido combinar cultivos de renta como lo es el café, la caña
panelera, el plátano, contando con alimentos alimentarios secundarios y
apostándole a productos frutícolas. No obstante, la coca también genera plantear
nuevas políticas públicas integrales, fortaleciendo encadenamientos en lo comercial
y mejorando tecnologías en los sistemas productivos. Hacer efectivas estas
estrategias permitirán a El Peñol mantenga su matriz agrícola legal, convirtiéndola
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